Volver de la URSS

Las cr¨®nicas moscovitas de F¨¦lix Bay¨®n siempre me han parecido m¨¢s propias del Abc que de EL PAIS. Su estilo insidioso al comentar las realidades m¨¢s evidentes para que se entiendan de otra manera podr¨ªa hacer escuela en el dificil arte de ocultar la verdad evitando las mentiras, creando turbias opacidades en la claridad misma.Empero, en su art¨ªculo sobre "Los ni?os de la guerra", que desean volver a Espa?a (20 de junio), el corresponsal no logra impedir que llegue al lector gran parte de ese drama silenciado, vergonzante para la sociedad espa?ola y siempre latente para quienes lo sufren, as¨ª como el dolor de unas heridas que ni aun la muerte podr¨¢ cicatrizar.

No voy a referirme, por despreciables, a las inexactitudes, tergiversaciones o versiones m¨¢s o menos tendenciosas que pululan en el art¨ªculo de Bay¨®n, pero s¨ª al meollo del mismo: al parecer, la mitad de la mitad de nuestros compatriotas residentes en la URSS desean regresar a Espa?a. A ¨¦stos yo les dir¨ªa, parodiando al poeta: espa?olito que vienes a esto, te guarde Dios...

Porque hay almas c¨¢ndidas que pudieran creer, que creen, que la felicidad consiste en vivir en un pa¨ªs donde el vino es barat¨ªsimo y los coches abundan por doquier. El para¨ªso del consumismo, vaya. Y si adem¨¢s luce el sol casi todo el a?o, que ciertamente es as¨ª, ?qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?

A quienes se decidan a venir les auguro un mal negocio en todos los ¨®rdenes. Pero, eso s¨ª, los que vengan no tardar¨¢n en apreciar con justeza los valores que han dejado en aquella otra tierra, por la que sin duda sentir¨¢n un renovado amor. Suele ocurrir, y hay motivos para ello.

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