Gadafi y los dirigentes pol¨ªticos marroqu¨ªes dialogaron ayer sobre el problema del S¨¢hara
Predicando sobre la necesidad de sacar al mundo ¨¢rabe de su letargo mediante la uni¨®n contra el colonialismo, el imperialismo y el sionismo, el jefe del Estado libio, Muamar el Gadafi, pas¨® la mayor parte de las escasas 48 horas que permaneci¨® en Marruecos en una visita que debe concluir a mediod¨ªa de hoy.
El rey Hassan II no pod¨ªa negarle ese desahogo a un hombre que con el s¨®lo gesto de viajar a Marruecos le ha aportado en sus posiciones e intenciones sobre el futuro del S¨¢hara Occidental un inestimable respaldo.Muamar el Gadafi se reuni¨®, en la noche del viernes, durante hora y media, con los rodad¨ªsimos l¨ªderes de los seis partidos pol¨ªticos m¨¢s importantes del reino, incluido el socialista, cada uno de los cuales tiene m¨¢s de 40 a?os de vida pol¨ªtica a sus espaldas, para hablar, como ¨¦l gusta hacerlo, de lo divino y de lo humano, y de pasada para dar testimonio, al menos en lo que al S¨¢hara concierne, de notables y revolucionarias mudanzas.
Los marroqu¨ªes presentes en la reuni¨®n, y muy particularmente el secretario general del partido socialista (USFP), expusieron a Gadafi todas las razones pol¨ªticas, hist¨®ricas y morales por las cuales entienden que el S¨¢hara les pertenece.
El ¨²nico momento de tensi¨®n fue cuando Gadafi evoc¨® la situaci¨®n del pueblo bereber, "dominado por los ¨¢rabes y cultural y ling¨¹¨ªsticamente postergado", lo cual provoc¨® la violenta reacci¨®n del ministro Mahyubi Ahardan, l¨ªder del partido bereber Movimiento Popular, quien asegur¨® a Gadafi que bereberes y ¨¢rabes constituyen desde hace siglos una misma y ¨²nica naci¨®n.
En la misma noche de su llegada, Gadafi tuvo una larga conversaci¨®n de dos horas con el rey Hassan II que, en este mes del Ramad¨¢n, de recogimiento y piedad, se vio obligado a vestir su uniforme de jefe de los Ej¨¦rcitos marroqu¨ªes para estar protocolariamente a tono con la boina verde y el sencillo atuendo castrense de verano del l¨ªder libio Muamar el Gadafi.
La Prensa oficial marroqu¨ª y la televisi¨®n le han dedicado amplios espacios a la visita de Gadafi, y a sus actividades en la capital del reino, entre otras, a la preceptiva oraci¨®n del viernes que el l¨ªder libio efectu¨® en el mausoleo de Mohamed V, despu¨¦s de unos minutos de recogimiento ante la tumba del sult¨¢n.
El rey Hassan II, que recibi¨® afines de febrero al presidente argelino Chadli Benjedid no puede menos que felicitarse por la visita del segundo e incorruptible hermano enemigo, que con su visita desarma al ¨²ltimo reducto radical prosaharaui.
Por encima de estas reconfortantes apariencias, la oposici¨®n marroqu¨ª, y en buena medida el partido del Istiq1al, sin embargo, entienden que una vez m¨¢s el rey Hassan Il se deja llevar por el lado superficial de las cosas y gana unos meses, pero entienden que el haber recibido a Benyedid y Gadafi, en verdad solamente ha favorecido a estos.
La oposici¨®n razona as¨ª: la visita de Benyedid prometi¨® que Argelia fuese considerada tanto por Marruecos como por la OUA como parte ajena al conflicto del S¨¢hara, lo cual ha dejado a Marruecos solo frente a frente con el Polisario. La visita de Gadafi ahora tiene id¨¦ntica ventaja para el l¨ªder libio, acusado urbi et orbi de aguafiestas.
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