De Madrid a Berna
The TimesLa Conferencia de Madrid est¨¢ llegando a su fin de un modo muy similar a como comenz¨®, hace ya muchos meses, en septiembre de 1980: con vivos desacuerdos en la cuesti¨®n de los derechos humanos. Habida cuenta de que la URSS ha estado violando los principios de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) desde el momento mismo de la firma del acta final de Helsinki, en 1975, cabr¨ªa arg¨¹ir que cualquier nuevo acuerdo tendr¨¢ igualmente escaso impacto, y que la reuni¨®n de seguimiento de Madrid deber¨ªa haber concluido hace mucho tiempo. Pero eso ser¨ªa un error.
Ser¨ªa asimismo err¨®neo, no obstante, permitir a la URSS que cambie el ¨¦nfasis de la CSCE, de forma que se vuelva principalmente a una conferencia de desarme dedicada a ret¨®rica hueca sobre la conveniencia de la paz. (...)
Los debates que han suscitado mayores problemas en Madrid han sido los relativos a la libre circulaci¨®n de las personas y de la informaci¨®n. Mosc¨² sigue interfiriendo las emisiones radiof¨®nicas de Occidente, que el r¨¦gimen considera "una interferencia en los asuntos internos sovi¨¦ticos". Un sistema basado en la censura no puede permitir fuentes alternativas de informaci¨®n ni tampoco que sus ciudadanos salgan del pa¨ªs. (...)
Los portavoces sovi¨¦ticos pueden arg¨¹ir que su sistema ofrece ventajas, como la libertad de no estar en el paro y la de que quienes son educados a expensas de la comunidad deben reintegrar los gastos efectuados qued¨¢ndose en ella y contribuyendo con su talento, en lugar de buscar mayores recompensas en otros lugares. Pero hasta que los pueblos bajo reg¨ªmenes comunistas no tengan una mayor participaci¨®n en los asuntos internos y externos de su pa¨ªs seguir¨¢n produci¨¦ndose peligrosas tensiones entre el Este y el Oeste. Por tal raz¨®n, los negociadores occidentales deben perseverar en la cuesti¨®n de los derechos humanos.
6 de julio.
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