Se iniciaron las sesiones veraniegas
Al amparo de un nuevo descenso en el nivel medio de negocio, los mercados espa?oles de acciones consiguieron terminar la semana presentando un perfil discretamente positivo, que se apoyaba en las mejoras selectivas generadas en torno a algunos valores de los grupos qu¨ªmico y sider¨²rgico, y contando como broche final con las mejoras generalizadas que se produc¨ªan en los precios de las acciones de los siete grandes bancos.
La tanda en s¨ª tuvo bastante poco que contar, si se except¨²a el comportamiento de los derechos de suscripci¨®n de Hidroel¨¦ctrica Espa?ola, que llegaron a pagarse a 10 pesetas para terminar cerrando a 7,75. Todo lo m¨¢s que cabr¨ªa apuntar es que se han enfilado, ya de forma clara, las reuniones de claro signo veraniego, definidas por lo exiguo del negocio y los frecuentes cambios de alternativa en la trayectoria gen¨¦rica de los valores de segunda fila, sometidos al juego de compras especulativas y realizaciones de beneficios r¨¢pidas. Todo ello amparado por el gran paraguas que representa el voluntarismo de las propias compa?¨ªas, que acostumbran a utilizar estas fechas para realizar operaciones de maquillaje a los precios de sus acciones, buscando generar unas mejoras susceptibles de ser administradas durante las crudas ¨¦pocas invernales.
El discreto optimismo que se respiraba a la conclusi¨®n de la tanda, no tiene por tanto una gran trascendencia, aunque hay que reconocer que ayuda a confortar algunos ¨¢nimos excepcionalmente bien dispuestos para las impresiones ravorables a sus propios intereses. As¨ª, es bastante posible que en las pr¨®ximas jornadas se manten gan las mejoras artificialmente buscadas y abultadas, a las que suceder¨¢n las realizaciones de beneficios, de la misma forma que la noche acostumbra a suceder al d¨ªa.
Pero la realidad es que, mientras los tipos de inter¨¦s se mantengan en sus niveles actuales y las necesidades de financiaci¨®n del sector p¨²blico le obliguen a demandar fondos en proporciones similares a las que viene manteniendo, es completamente irracional exigir nada m¨¢s a los mercados de renta variable. Es de manual y, adem¨¢s, de los facilitos. Por otra parte, tampoco se va a terminar el mundo si se produjese alguna cura de raciocinio en algunos supervivientes de los legendarios bolsistas que fiaban la salud del pa¨ªs a la apariencia externa de un organismo aquejado de un raquitismo tan cr¨®nico como son los mercados nacionales de acciones.
En cualquier caso, tan s¨®lo la evoluci¨®n del precio de los derechos de suscripci¨®n de los derechos de Hidrola ha aportado alg¨²n elemento de reflexi¨®n digno de destacar. La fiebre de las desgravaciones llev¨® a plantear una paradoja tan grande como era el que las acciones nuevas procedentes de la suscripci¨®n resultaban a un precio superior al 90% -con el cup¨®n a 10 pesetas- y hab¨ªa bofetadas para conseguir derechos.
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