Thatcher vot¨® a favor de la restauracion de la pena de muerte, pero rechaz¨® intervenir en el debate
La derrota de los partidarios de la restauraci¨®n de la pena de muerte en el Reino Unido ha sido total. Es altamente improbable que la cuesti¨®n vuelva a plantearse en la presente legislatura. Margaret Thatcher vot¨® por la horca, pero fue un voto con sordina. Un s¨ª mayoritario habr¨ªa supuesto la primera crisis de un gobierno que tiene s¨®lo unas semanas de vida. James Prior, ministro para el Ulster, ten¨ªa ya su dimisi¨®n preparada. La primera ministra no puso toda la carne en el asador. No quiso quemarse. Envi¨® por delante a Leon Brittan, su ministro del Interior, que sali¨® del debate del mi¨¦rcoles en los Comunes con su futuro pol¨ªtico hipotecado.
En realidad, Brittan se mostr¨® como un restauracionista a medias. S¨®lo es partidario de la pena de muerte para asesinatos terroristas. Dos acciones del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA), que causaron seis muertos en el Ulster el mismo d¨ªa del debate, apoyaron en cierto sentido la argumentaci¨®n de Brittan de que el terrorismo es un caso especial. "La cuesti¨®n", dijo, "es si vamos a dejar de hacer lo que creemos que es justo por amenazas y chantajes".Varios pesos pesados le dieron la r¨¦plica, entre ellos un bar¨®n de su propio partido, el ex primer ministro Edward Heath. "Debo decir", se?al¨®, "que encuentro la venganza completamente inaceptable desde cualquier punto de vista moral". En las filas laboristas, uno de los m¨¢s firmes candidatos al liderazgo en el partido y ministro del Interior en la sombra, Roy Hattersley, calific¨® de locura" la idea de tratar de forma diferente a los terroristas asesinos. Como Prior, Hattersley cree que la pena de muerte convertir¨ªa a los terroristas del Ulster en m¨¢rtires y contribuir¨ªa a aumentar la espiral de violencia. Merlyn Rees, ex ministro del Ulster, apoy¨® esta argumentaci¨®n. "Irlanda del Norte arder¨ªa en cuanto la primera persona fuese ejecutada", afirm¨®.
Sin jurado
Roy Jenkins, candidato a la jefatura del gobierno por la alianza socialdem¨®crata-liberal en Ias ¨²ltimas elecciones y ex ministro del Interior, puso la puntilla al advertir que podr¨ªa ocurrir que, por primera vez en 100 a?os, se dictasen penas de muerte en procesos sin jurado, una eventualidad perfectamente posible en el marco de la actual legislaci¨®n en el Ulster.El voto sobre asesinatos terroristas fue altamente significativo. Hubo 245for (a favor de la restauraci¨®n de la pena de muerte) y 365 against (en contra). Una diferencia de 116 votos muy cercana a la que se alcanz¨® el a?o pasado en una votaci¨®n similar (124). No menos revelador fue el voto del Gobierno. Margaret Thatcher (que no intervino en el debate) y ocho de sus ministros votaron for, pero otros ocho (incluyendo al de Defensa, Michel Heseltine) votaron against. Una vez resuelto a favor de los abolicionistas el primero y m¨¢s importante de los casos particulares, las dem¨¢s votaciones fueron puro tr¨¢mite.
Imnediatamente despu¨¦s se discuti¨® la cuesti¨®n general y principal, planteada en los siguientes t¨¦rminos: "Esta C¨¢mara favorece la restauraci¨®n de la pena de muerte por asesinato". Y el tr¨¢mite se complet¨®: 223 diputados votaron a favor, 368 en contra.
La diferencia (145), en una C¨¢mara en la que los conservadores cuentan con una amplia mayor¨ªa absoluta, nuestra que los 101 nuevos diputados tories est¨¢n tan divididos como sus colegas m¨¢s antiguos. Tambi¨¦n refleja que la libertad para votar en conciencia dej¨® la puerta abierta a un resultado que contradice el programa electoral del partido.As¨ª est¨¢n las cosas; con tres millones de parados, el Gobierno no pod¨ªa permitirse el lujo de enfrentarse a una campa?a ciudadana masiva contra la pena de muerte. Ya tiene bastante con los opositores al despliegue de los euromisiles.
Por lo dem¨¢s, un importante recordatorio: la pena de muerte no est¨¢ totalmente abolida en el Reino Unido. Se mantiene para delitos de alta traici¨®n, pirater¨ªa violenta e incendio provocado en los muelles reales. Un grupo de diputados laboristas propuso al final del debate. una enmienda abolicionista para estos casos, pero no lleg¨® a ser sometida a votaci¨®n.
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