'Top-less'
En el principio, la mano desarroll¨® el cerebro y el cerebro se dedic¨® a la tarea de calmar las ansias del est¨®mago. Juntos los tres -la mano, el cerebro y el est¨®mago- han formado la historia. En cada punta de ese tri¨¢ngulo ha cristalizado un principio de filosof¨ªa: el pragmatismo en el brazo, el idealismo en la sesera y el materialismo en el vientre. La cuesti¨®n consiste en dilucidar qu¨¦ lado de ese tri¨¢ngulo equil¨¢tero constituye la base. Por supuesto, de cintura hacia arriba el cuerpo humano siempre ha gozado de mejor Prensa. Pero a uno le parece muy maniqueo dividir a las criaturas por el talle cargando a la parte inferior con lo abyecto. Uno cree que es en el fondo de las v¨ªsceras donde el hombre ha engendrado las sensaciones m¨¢s espirituales y ha tramado las ideas m¨¢s revolucionarias.Antiguamente, en el pecho se hallaba situado el arrojo, la nobleza y el belcor. Pero ahora ha llegado el alcalde de C¨¢diz con ese bando liberal que permite el top-less, y de pronto las se?oras se encuentran con media inocencia corporal recuperada legalmente. Tambi¨¦n hace unos a?os el idealismo estaba debajo del sombrero. El pudor del cr¨¢neo, la sopa de neuronas, hab¨ªa que cubrirlas con la chistera, el hongo, la gorra o el borsalino. Llevar la cabeza despejada fue una, revoluci¨®n. Existen ideas muy indecorosas, fanatismos obscenos, creencias imp¨²dicas, pero nadie pide que las tape un jipijapa. Lo mismo ha sucedido con la mano. El saludo de los romanos con la palma abierta, ese nudo de dedos con que se recibe a las visitas o se presenta a los desconocidos es una forma de indicar que uno no va armado, que es inocente. Cuando las mujeres ya han recuperado las tetas y los hombres han descubierto la mano o la olla del pensamiento, ahora s¨®lo queda darle al vientre sus derechos. No se trata de quitarse el meyba o de arriar los calzones, sino descubrir la espiritualidad de los menudillos. El hombre fue un mono que comenz¨® a jugar con unos palillos. Su zarpa desarroll¨® el cerebro. Hoy estos dos instrumentos van desnudos por el mundo con una inocencia preternatural. Pero el vientre, o sea la parte m¨¢s m¨ªstica del cuerpo, todav¨ªa es culpable. A¨²n est¨¢ esperando el bando de otro alcalde de C¨¢diz.
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