Hay cosecha y es muy buena

La siembra de la Escuela de Tauromaquia ya ha ido dando frutos y tiene en circulaci¨®n novilleros punteros, matadores de cartel, aspirantes con ilusi¨®n de seguir sus pasos. Pero la ¨²ltima cosecha a¨²n puede resultar mejor; desde luego es muy buena.Ahora es preciso que la dejan madurar, y a¨²n as¨ª, necesitar¨¢ suerte. En el planeta de los toros los procesos de maduraci¨®n son muy dif¨ªciles, porque la transformaci¨®n de un becerrista en figura constituye un laborioso proceso que ha de discurrir por complicados alambiques y salvar obst¨¢culos, el menor de los cuales no es la escasa sensibilidad de los propios taurinos profesionales.

Ayer, por ejemplo, mientras viv¨ªamos en Las Ventas la delicia del toreo asombrosamente t¨¦cnico, dentro del m¨¢s estricto clasicismo, plet¨®rico de torer¨ªa, que interpretaban tres chavalines de la Escuela de Tauromaquia, alg¨²n taurino hab¨ªa por el tendido que profetizaba su ruina, simplemente por esta pintoresca unidad de medida que utilizan los de su especie: "No han puesto la plaza a revientacalderas"

Lo cierto es que era dif¨ªcil que as¨ª sucediera, pues no toreaban para la galer¨ªa, sino para aficionados, y de estos hab¨ªa pocos. Se echaba de menos a los que habitualmente acuden al coso en festejos de mayor fuste -por ejemplo, a ver a Anto?ete-, mientras abundaba gente que estaba all¨ª como podr¨ªa haber ido a la pradera, mirando sin ver y, por tanto, sin capacidad de reacci¨®n cuando cualquiera de los chiquillos resolv¨ªa las suertes con oficio e incluso con genialidad.

Estos detalles caros, que en sevillan¨ªa dir¨ªamos pellizco, suscitaban un ole ac¨¢, dos acull¨¢; apenas nada para lo que merec¨ªan los toreritos, nada en absoluto para lo brillante que pudo ser la atardecida taurina de contar con una afici¨®n aut¨¦ntica, pues su entusiasmo habr¨ªa caldeado el ambiente. Daba la vuelta al ruedo Jos¨¦ Mar¨ªa de la Llana, y la espera de Bote y Fundi recostados en tablas, el capote delante, era una estampa sep¨ªa de a?ejas tauromaquias; tal que ellos est¨¢n en cualquier p¨¢gina de revista antigua las cuadrillas de ni?os sevillanos, o Manolo y Pepote Bienvenida, que a tierna edad vistieron de luces.

La apostura de los tres, su colocaci¨®n, sus intervenciones en banderillas, derramaban aromas diriciles de aspirar cuando act¨²an los mayores en cualquier feria. Pero tambi¨¦n admiraban el conocimiento del toro y sus terrenos, el acabado manejo de los enga?os, el valor y la ambici¨®n de triunfo. Y, sobre todo, el repertorio. Ver¨®nicas en distintas versiones, con sus medias y revoleras; navarras, gaoneras, lances de frente por detr¨¢s, t¨ªjerillas, faroles, brega; todo esto y mucho m¨¢s exhibieron los alumnos de la escuela con el capote. Hicieron faenas de muleta valientes, bien construidas, variadas. Alguna vez perd¨ªan el ritmo del temple o equivocaban la t¨¦cnica, mas con eso cont¨¢bamos, con la imperfecci¨®n, pues otra cosa habr¨ªa sido milagro.

Bote domin¨® al m¨¢s grande y dif¨ªcil novillo; Llana es de un aplomo impresionante; Fundi, un chiquil¨ªn con casta indomable que hac¨ªa vibrar al p¨²blico, y si las suertes no le sal¨ªan bien renunciaba a recibir los aplausos. Cuando le paseaban a hombros, iba llorando, con hipo y todo, y s¨®lo porque hab¨ªa tenido que descabellar cuatro veces. La siembra de la Escuela Taurina ha dado esta excelente cosecha. Seria pecado no cuidarla.

Reaparece Victoriano de la Serna

La empresa de Las Ventas anuncia para el pr¨®ximo domingo una interesante corrida de toros, en la que reaparece Victoriano de la Serna, veterano diestro, hijo del famoso matador del mismo nombre, que falleci¨® hace pocos a?os. Alternar¨¢ con el mexicano Armillita Chico -tambi¨¦n hijo de otro cl¨¢sico del toreo- y con Pep¨ªn Jim¨¦nez, el cual sustituye a Pepe Luis Vargas. Los toros pertenecen a la ganader¨ªa de N¨²?ez hermanos. El lunes habr¨¢ novillada en Las Ventas, con reses de Villagodio, para Pascual G¨®mez Ja¨¦n, El Porte?o y Manolo Tirado.