Italia, como pa¨ªs m¨¢s afectado, se resiste a abordar la reestructuraci¨®n sider¨²rgica comunitaria en profundidad
Invocando la dif¨ªcil situaci¨®n de la siderurgia en Italia y la falta de un Gobierno en Roma, los italianos se quedaron ayer s¨®los antes los otros nueve para oponerse a dar el visto bueno a la decisi¨®n de la Comisi¨®n Europea de mantener hasta finales de 1985 las siderurgias nacionales de la CEE bajo el r¨¦gimen de cuotas a la producci¨®n que se instaur¨® en 1980. Pero solos, los italianos bloquearon el Consejo y los planes de reestructuraci¨®n del sector. A ¨²ltima hora de ayer se contemplaba la posibilidad de una pr¨®rroga del actual sistema por seis meses y no por dos a?os y medio.
Entre 1980 y 1985 la Comisi¨®n Europea, que goza de verdaderos poderes supranacionales en la CECA (Comunidad Europea del Carb¨®n y del Acero), quiere reducir en 30 millones de toneladas la capacidad de producci¨®n anual de las diez. Italia, qu¨¦ se hab¨ªa rezagado en este terreno, ser¨ªa uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados. Fueron los italianos los que propusieron una pr¨®rroga de las actuales cuotas hasta el pr¨®ximo enero, y nada m¨¢s. Entre otras razones, porque de otro modo el nuevo tren de bandas en caliente de Bagnioli, que supondr¨¢ una capacidad a?adida de 1,6 millones de toneladas, no tendr¨ªa siquiera garantizada su inauguraci¨®n.A ¨²ltima hora de ayer, con una reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa e Industria que amenazaba con prolongarse hasta esta madrugada, la negociaci¨®n estaba empantanada tras 14 horas de discusiones; todos, salvo Italia, apoyaban las tesis de la Comisi¨®n Europea, aunque no su contenido espec¨ªfico. El comisario Etienne Davignon, encargado de estos temas, anot¨® que desde junio han comenzado a caer los precios de los productos planos. Una mera pr¨®rroga de seis meses del r¨¦gimen actual podr¨ªa llevar a una ca¨ªda de los precios de 5.000 a 10.000 pesetas por tonelada. Por ello, en un esfuerzo, Davignon propuso un r¨¦gimen de cuotas hasta 1985, con una "cl¨¢usula de revisi¨®n" peri¨®dica "seg¨²n evolucionara el mercado", pero manteniendo los objetivos de la reestructuraci¨®n. En este sistema dirigista, las cuotas van por pa¨ªses y empresas. Por ello, Italia quiere mayores garant¨ªas de que podr¨¢ revisar sus cuotas.
Indirectamente, los ministros italianos amenazaron con recurrir al veto por estar en juego sus intereses vitales, pero hab¨ªa dudas y largas deliberaciones sobre esta complicada cuesti¨®n de procedimiento. El veto no ha sido nunca utilizado en cuestiones CECA, pero cuenta, por principio, con el apoyo de estados poco europe¨ªstas como Dinamarca o el Reino Unido.
La Comisi¨®n anunci¨® el 29 de junio el reparto de la tarta del acero europeo que pretend¨ªa llevar a cabo: una reducci¨®n del 8,4 millones de toneladas anuales de capacidad de producci¨®n. Entre 1980 y junio de 1981 las reducciones y planes en firme para ellas han totalizado ya 18,4 millones de toneladas. Todos de acuerdo -con las reservas italianas- en repartir la tarta, pero no en los tama?os de los trozos... Francia, por ejemplo, ped¨ªa 45.000 millones de toneladas m¨¢s de lo que se le ofrec¨ªa; Italia, 1,2 millones de toneladas m¨¢s. Davignon calific¨® en un momento dado las pretensiones francesas e italianas de surrealistas. Y ayer estaba mucho en juego. Incluso el futuro -en tomo al conglomerado de Cockerill-Sambre- del actual Gobierno belga.
Ayudas comunitarias
De hecho, un fracaso total era imposible, pues sin cuotas, tampoco habr¨ªa ayudas comunitarias para mantener los precios. La guerra entre las empresas ser¨ªa una realidad.
Y es la comisi¨®n la que, adem¨¢s, tiene que dar el visto bueno para las ayudas nacionales a las empresas en dificultades de este sector. El ambiente internacional es sombr¨ªo. Ah¨ª quedan las medidas restrictivas a la importaci¨®n introducidas por Estados Unidos.
Este pa¨ªs y Jap¨®n utilizan su plantas en un 60% de rendimiento. En la CEE, este ¨ªndice ha bajado al 54%. Davignon quiere que en esta primera mitad de la d¨¦cada de los ochenta la CEE reduzca en m¨¢s de un 17% su capacidad de producci¨®n. Espa?a, pr¨®xima a las puertas de la Comunidad, tendr¨¢ que seguir el paso.
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