Las expulsiones de agentes sovi¨¦ticos durante el presente a?o casi duplican las de 1982
El Comit¨¦ Estatal d¨¦ Seguridad sovi¨¦tico (KGB) ha iniciado una fase de mayor agresividad en sus actividades en Occidente orientadas fundamentalmente a la adquisici¨®n de tecnolog¨ªa avanzada y a tratar de evitar el despliegue de los euromisiles, seg¨²n afirman autoridades aliadas. ?ste es el motivo citado como causa principal de la serie de expulsiones de agentes sovi¨¦ticos desde principios de 1983 que, a estas alturas del a?o, se eleva ya a 90, seg¨²n el Departamento de Estado norteamericano. Otras seis personas, identificadas como esp¨ªas, regresaron a Mosc¨² por su propia cuenta. La cifra total de expulsiones en todo 1982, seg¨²n el Gobierno de Estados Unidos, fue de 47, y de 27 en 1981. A estos agentes ilegales suman los servicios de informaci¨®n del Oeste las redes de agentes formadas por nacionales del pa¨ªs en cuesti¨®n.
El incremento en el n¨²mero de expulsiones de funcionarios de la URSS destacados en pa¨ªses occidentales, incluida la espectacular decisi¨®n francesa de ordenar en abril la salida de 47 sovi¨¦ticos, ha sido considerada como causa directa del aumento de las actividades del KGB y no como un resultado de una campa?a occidental coordinada.Aunque existen diferentes puntos de vista sobre el grado de incremento de las actividades del KGB, los expertos en espionaje, representantes gubernamentales y agentes de contraespionaje en activo y ex agentes consultados en seis pa¨ªses europeos en Estados, Unidos estuvieron de acuerdo en que las ¨¢reas en que se concentran los sovi¨¦ticos eran las de adquisici¨®n de tecnolog¨ªa avanzada occidental y en intentar bloquear, por medio de operaciones de inluenciaci¨®n pol¨ªtica, el despliegue por la OTAN a fin de a?o de nuevos misiles nucleares en Europa occidental.
Durante el primer semestre de este a?o, todos los miembros de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte, con, excepci¨®n de Luxemburgo y Portugal, han arrestado o expulsado individuos acusados de ser agentes sovi¨¦ticos.
Suiza, un pa¨ªs neutral, cerr¨® la oficina de Berna de la agencia de noticias Novosti debido a sus intentos de influir a los grupos pacifisas y xpuls¨® a un periodista sovi¨¦tico y a un diplom¨¢tico considerado como su superior en el KGB.
Dinamarca expuls¨® a Yevgeny Motorov, jefe de la l¨ªnea X del KGB en Copenhague. La l¨ªnea X es la secci¨®n de ciencia y tecnolog¨ªa. En B¨¦lgica Yevgeny Mikahailov, director general de una firma belga-sovi¨¦tica interesada en ordenadores, fue expulsado, al igual que lo hab¨ªa sido su predecesor siete a?os antes.
Estas expulsiones tienen sus equivalentes en Tailandia, Australia y Jap¨®n, blanco especialmente apreciado por sus innovaciones tecnol¨®gicas. Incluso el Ir¨¢n del ayatollah Jomeini mand¨® a casa a 18 sovi¨¦ticos acusados de ser agentes del KGB.
'Vemos una multiplicaci¨®n y una intensificaci¨®n en el campo de la tecnolog¨ªa que debe ser reflejo de una presi¨®n anormal para tener ¨¦xito", dice un oficial del contraespionaje de la Rep¨²blica federal de Alemania (RFA). "Esto no exist¨ªa antes con la misma intensidad. Se han vuelto muy agresivos".
En Par¨ªs, los ayudantes del presidente Fran?ois Mitterrand utilizaron las palabras "abusivo" y "descarado" para calificar las actividades del KGB que condujeron a las expulsiones.
Un estudioso americano de las actividades del espionaje sovi¨¦tico considera que este incremento se inici¨® hace dos a?os y medio o tres.
El ascenso de Andropov
El inicio de esta superactividad precedi¨® a la, llegada al poder de Yuri V. Andropov, el jefe del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica que dirigi¨® el KGB y su m¨¢s de medio mill¨®n de agentes durante 15 a?os.
Pero se desarroll¨® bajo su mando -y con ello la reputaci¨®n del KGB como una organizaci¨®n altamente profesional y experta-, obstaculizada por la burocracia, la corrupci¨®n y las rivalidades internas, pero aun as¨ª, indudablemente respetada, o denostada, como un instrumento de liderazgo internacional del poder sovi¨¦tico.
Adem¨¢s de las afirmaciones del KGB, hay informaciones sobre la creciente utilizaci¨®n de los servicios de inteligencia de los pa¨ªses del Este en operaciones coordinadas.
Los documentos entregados a las autoridades suizas despu¨¦s de la ocupaci¨®n de la. Embajada polaca en Berna por un grupo de disidentes informan de una incre¨ªble coordinaci¨®n entre las embajadas del Este.
La atenci¨®n de las agencias de contraespionaje europeas occidentales parece principalmente centrada en tratar de seguir los pasos de los agentes del KGB en las llamadas ?posiciones legales" -embajadas, misiones comerciales, organizaciones internacionales- que dirigen redes de agentes formadas por nacionales del pa¨ªs en cuesti¨®n, e "?legales", o rusos con identidad falsa que se hab¨ªan infiltrado en Occidente por per¨ªodos de entre 10 y 15 a?os.
La labor es enorme. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses occidentales, el porcentaje de agentes del KGB y de la GRU (la organizaci¨®n militar de inteligencia sovi¨¦tica) entre los legales" sovi¨¦ticos se estima entre el 30% y el 40% del total de la representaci¨®n sovi¨¦tica.
En un pa¨ªs como Francia eso supondr¨ªa unos 400 agentes. Seg¨²n Nikolai Polyansky, un sovi¨¦tico que desert¨® en 1981 cuando trabajaba para la UNESCO en Par¨ªs, el porcentaje de agentes del espionaje en un pa¨ªs como Suiza, un objetivo prioritario debido a sus organizaciones internacionales y comunidad financiera, alcanza casi los dos tercios de todo el personal.
En la RFA, donde la gran mayor¨ªa del trabajo de inteligencia del Pacto de Varsovia es realizado por alemanes orientales, entre los 408 sovi¨¦ticos de las delegaciones oficiales se incluye la cifra confirmada de 109 esp¨ªas inteligencia y 77 sospechosos de realizar funciones de espionaje.
Como para la vigilancia de 24 horas diarias de un solo agente sovi¨¦tico por el servicio de contraes pionaje se precisan 20 hombres a la semana, los servicios de contraespionaje se han visto sobrecargados.
Las expulsiones francesas, que indudablemente sirvieron de incentivo a la determinaci¨®n de otros Gobiernos a actuar contra las operaciones del KGB, estaban primordialmente dirigidas contra la l¨ªnea X en Par¨ªs. En realidad, Mitterrand recibi¨® 127 nombres para su posible expulsi¨®n, y la lista final fue elaborada a partir de ah¨ª.
Pobanski manifest¨® en una entrevista que todas las agencias occidentales de espionaje dispon¨ªan de suficiente informaci¨®n sobre los agentes de inteligencia sovi¨¦ticos para proceder a decenas de expulsiones.
"Lo ¨²nico que se necesitaba era decisi¨®n pol¨ªtica", dijo. "El se?or Mitterrand la tuvo y su predecesor no. La evidencia est¨¢ ah¨ª. Tengamos el caso de la RFA, por ejemplo. La evidencia est¨¢ ah¨ª, pero falta la decisi¨®n pol¨ªtica".
En medios oficiales se asume que buscaba el debilitamiento del Partido Comunista Franc¨¦s por considerarlo una fuente de problemas potenciales en el seno de su coalici¨®n gubernamental de socialistas y comunistas; para reforzar sus credenciales antisovi¨¦ticas en un momento en que Francia esperaba conseguir un m¨¢ximo de comprensi¨®n para sus problemas econ¨®micos entre sus aliados occidentales, especialmente por parte de Estados Unidos, y cortar el paso a toda oposici¨®n dom¨¦stica que pudiera inclinarse hacia una aceptaci¨®n francesa de la petici¨®n sovi¨¦tica de que se incluyeran los misiles, franceses en un posible acuerdo sobre euromisiles.
M¨¢s poder el KGB
Para un antiguo especialista brit¨¢nico en actividades de la inteligencia sovi¨¦tica, los aspectos m¨¢s significativos de esta serie de expulsiones son si a los rusos se les permitir¨¢ hacer sustituciones con personal nuevo y si hay muestras; por peque?as que sean, de que, las expulsiones afectan a las operaciones del KGB.
Las expulsiones por s¨ª solas parece que ha creado problemas suficientes en el seno del KGB: a causa de ellas muchos agentes expertos no podr¨¢n volver a ser facilmente empleados en Occidente, y han de tomarse grandes precauciones en las operaciones y en ampliar o mantener contactos con agentes que bien podr¨ªan estar bajo vigilancia. Como los cargos en el extranjero son considerados como una apreciada recompensa pol¨ªtica, hay ahora problemas psicol¨®gicos y burocr¨¢ticos para reintegrar a esos hombres en el servicio interior, a menudo en grises cargos de seguridad en las provincias sovi¨¦ticas.
El especialista brit¨¢nico mantuvo que, con Andropov en el poder en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, lo m¨¢s probable es que el papel del KGB siguiera en aumento.
"Su presencia en la cumbre solamente puede resultar beneficiosa para el KGB", dijo. "Conoce mejor que nadie sus recursos y la l¨®gica hace pensar que los utilizar¨¢".
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