El espionaje de la URSS intenta dominar a los pacifistas europeos
Una de las actividades del KGB que m¨¢s recursos consume es la relacionada con el control y orientaci¨®n de los movimientos pacifistas europeos, que, si bien no han sido creados ex profeso desde Mosc¨², se presentan ante el Kremlim como una excelente oportunidad para controlar importantes aspectos de la pol¨ªtica internacional.
Los Gobiernos dan¨¦s y suizo han descubierto, durante los dos ¨²ltimos a?os, intentos de diplom¨¢ticos sovi¨¦ticos, identificados como agentes del KGB, de influir o infiltrarse en grupos que intentan bloquear la instalaci¨®n de los nuevos misiles de alcance medio de la OTAN proyectada para finales de a?o. Los casos son la mejor prueba ofrecida por una serie de agentes de contraespionaje, quienes creen que entre las prioridades del KGB en Europa occidental se incluye el intento de aprovechar los grupos pacifistas.Los expertos en espionaje reconocen que hay cientos de miles de personas opuestas a las armas nucleares que no est¨¢n influenciadas por el KGB, el partido comunista local o la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En ninguna parte se considera el movimiento pacifista como una creaci¨®n de la pol¨ªtica sovi¨¦tica; m¨¢s bien se ve como una excelente oportunidad para la influencia global sovi¨¦tica, que sobrepasa los l¨ªmites d el KGB.
Pero en su intento de demostrar convincentemente los esfuerzos sovi¨¦ticos, los expertos occidentales se encuentran con el problema de la desgana para perseguir a los nacionales involucrados en el llamado movimiento pacifista, en el que el KGB ha estado claramente presente.
En 1981, por ejemplo, cuando el Gobierno dan¨¦s expuls¨® a un diplom¨¢tico sovi¨¦tico, identificado como un comandante del KGB, por intentar influir, en el debate nuclear de este pa¨ªs, un dan¨¦s arrestado en el caso no fue acusado. Grupos pacifistas manifestaron que todo el asunto no era otra cosa que un intento para difamarlos.
El segundo problema reconocido por los agentes de contraespionaje para su trabajo es lo enmara?ado de la implicaci¨®n sovi¨¦tica, lo que el KGB llama sus medidas activas; actividad significa la creaci¨®n de un efecto pol¨ªtico en el exterior, en contraposici¨®n a la recopilaci¨®n de informaci¨®n sobre armamento, pol¨ªtica o tecnolog¨ªa.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA), de Estados Unidos, reconoci¨® sus dificultades el pasado a?o en una declaraci¨®n ante el Congreso: "Las operaciones de influencia pol¨ªtica son las m¨¢s importantes y peor conocidas de las medidas activas de los sovi¨¦ticos", dijo. "Son dif¨ªciles de seguir y de tratar porque se encuentran en los espacios oscuros entre un leg¨ªtimo intercambio de ideas y una operaci¨®n de medidas activas".
Sin embargo, en otra declaraci¨®n, la CIA llega a la conclusi¨®n de que existe muy poca influencia del KGB en el movimiento antinuclear de Estados Unidos.
En Europa, una serie de expertos de contraespionaje dicen que el intento de ejercer su influencia est¨¢ dirigido, principalmente, por el partido comunista del pa¨ªs implicado. La influencia sovi¨¦tica en el movimiento existe, dicen; pero, a menudo, en sentido jur¨ªdico, completamente legal.
Un documento interno preparado en junio por el ministro del Interior de la RFA, el cristiano social b¨¢varo Friedrich Zimmermann, ten¨ªa por objeto evaluar la implicaci¨®n del KGB entre los grupos pacifistas. El documento implicaba al Partido Comunista Alem¨¢n (DKP) y organizaciones afines en la tarea de influir en la planificaci¨®n y contenido de las acciones del movimiento pacifista.
La Agencia de Seguridad Interna holandesa, en un largo documento confidencial, relacionaba al departamento internacional del partido comunista sovi¨¦tico y al partido comunista holand¨¦s en un intento para influir en las actitudes de los grupos de la Iglesia holandesa en temas nucleares.
Seg¨²n un especialista en espionaje, el punto decisivo del esfuerzo sovi¨¦tico para bloquear el despliegue se producir¨¢ en oto?o, cuando muchos Gobiernos europeos esperan tener confrontaciones violentas con los manifestantes.
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