Cient¨ªficos catalanes crean una m¨¢quina para leer diarios
Es el primer aparato de su g¨¦nero que existe en el mundo
La frase que inventen ellos... resume el triste panorama espa?ol en materia de investigaci¨®n. "Lo ¨²nico que a nosotros nos ocurre es que estamos locos", afirma Rafael Sala, promotor del proyecto de investigaci¨®n m¨¢s revolucionario que se ha llevado a cabo en los ¨²ltimos a?os en nuestro pa¨ªs. Durante ocho a?os, con una inversi¨®n de unos 300 millones de pesetas, dos equipos de investigadores han puesto a punto una m¨¢quina capaz de leer diarios, la primera de esta clase que se construye en el mundo, y est¨¢n confeccionando un sistema inteligente que comprenda textos y los ordene. El prototipo de la Lectora R¨¢pida Universal (LRU) estar¨¢ totalmente acabado a finales de este a?o.
Rafael Sala es un cuarent¨®n afable, algo desastrado, que consume t¨¦ en inmensos vasos a todas horas y que goza de un dinamismo que no est¨¢ nada de acuerdo con su aspecto algo redondeado. "Todo empez¨® hace ocho a?os" afirma mientras juguetea con el terminal de ordenador instalado en su despacho, "cuando se me ocurri¨® que ser¨ªa interesante fundar una revista de econom¨ªa que estuviera basada en todo lo que se hab¨ªa publicado de inter¨¦s en todo el mundo. Para hacer eso, tan s¨®lo necesit¨¢bamos tener un buen banco de datos informatizado. Pens¨¦ que deb¨ªa haber alguna m¨¢quina en el mundo que leyera todo lo que se publicara y fuera capaz de elaborar un ¨ªndice sistem¨¢tico de la tem¨¢tica de sus art¨ªculos, y todo esto informatizado y sin intervenci¨®n del operador humano".
Pero eso era mucho pedir. Despu¨¦s de iniciar la b¨²squeda descubrieron que esa m¨¢quina no pod¨ªa encontrarse ni en Espa?a ni en el mundo Joan Vinyoli, de formaci¨®n humanista e hijo del poeta del mismo nombre, y el economista Ricard P¨¦rez -el uno bajito y ocurrente; el otro, alto y reposado- se entrevistaron con especialistas Todos dec¨ªan lo mismo: aquella m¨¢quina no exist¨ªa y adem¨¢s era imposible crearla en un corto plazo de tiempo.
El hierro es est¨²pido
Los problemas eran m¨²ltiples. Las lectoras autom¨¢ticas s¨®lo aceptaban textos escritos en determinadas familias de letras y no distingu¨ªan, en la mayor¨ªa de casos, los distintos bloques de informaci¨®n, entre otros muchas deficiencias. Estos problemas s¨®lo se refer¨ªan a la primera parte del proceso, la lectura autom¨¢tica del texto. La segunda parte, quiz¨¢ la m¨¢s importante, presentaba a¨²n mayores dificultades. No hab¨ªa m¨¢quina alguna que fuera lo suficientemente inteligente como para entender lo que significaban los textos que tendr¨ªa que leer. "El hierro es a¨²n bastante est¨²pido", se?ala Sala.La futura revista econ¨®mica muri¨® antes de haber visto la luz. Lo que interesaba entonces era encontrar esa famosa m¨¢quina. Dos empresas de exportaci¨®n de Sala proporcionar¨ªan alas econ¨®micas al proyecto. "Es que si no la vida es muy aburrida", se sonr¨ªe Sala. Se firm¨® un contrato con el Centro de C¨¢lculo de la universidad Polit¨¦cnica de Barcelona (CCUPB) para que hicieran una prospecci¨®n mundial en busca del so?ado aparato. No lo encontraron. Pero la b¨²squeda hizo nacer en los miembros del CCUPB unas inmensas ganas de dise?ar el artefacto. Bajo la mirada poco patriarcal de Sala se constituyeron en 1979 dos equipos distintos que trabajar¨ªan en la consecuci¨®n de las m¨¢quinas que ser¨ªan necesarias para el proyecto final: la Lectora R¨¢pida Universal (LRU) y el Sistema de Indexaci¨®n Precoordinado Autom¨¢tico (SIPA). Un equipo de ling¨¹istas, bajo la direcci¨®n de Vinyoli y P¨¦rez, intentar¨ªan solventar los problemas te¨®ricos de lenguaje natural. El equipo de los inform¨¢ticos del CCUPB, se encargar¨ªa de dise?ar la lectora y construirla.
Sala, Vinyoli y P¨¦rez marcaron las caracter¨ªsticas que deb¨ªa tener la LRU: capaz de leer p¨¢ginas de diario que tuvieran caracteres impresos en que la distancia entre ellos pudiera no ser uniforme, con familias de letras distintas, que distinguiera bloques de noticias y con una velocidad de proceso m¨ªnima de 300 caracteres por segundo o una p¨¢gina por minuto. La LRU no deb¨ªa costar m¨¢s de 500.000 d¨®lares (75 millones de pesetas).
Jugo de cerebro
Los inform¨¢ticos del primer equipo iniciaron sus labores. Tres eran los principales responsables: el hoy decano de la facultad de Inform¨¢tica, Mart¨ª Verg¨¨s; el ingeniero Joan Ribera; y el director del CCUPB, Llu¨ªs Olivella. "Son geniales y lo mejor de todo es que lo han hecho sobre todo aportando jugo de cerebro", se entusiasma, entre sorbo y sorbo de t¨¦, Rafael Sala. Previeron con a?os de anticipaci¨®n cu¨¢ndo estar¨ªan disponibles en el mercado muchos de los componentes que necesitar¨ªan para construir el prototipo. Mejoraron otros componentes construidos por multinacionales -con presupuestos de investigaci¨®n hasta 10.000 veces superiores-. El segundo equipo, el de los ling¨¹istas, tampoco se quedaba corto en sus investigaciones. En estos momentos est¨¢ elaborando parte de la teor¨ªa que puede servir para la quinta generaci¨®n de ordenadores.El proyecto despert¨® la atenci¨®n de las altas esferas. Organismos del Estado ofrecieron ayuda econ¨®mica. "Pero nos hubi¨¦ramos tenido que estar un a?o haciendo papeles y un investigador lo que ha de hacer es investigar, y no dedicarse a pegar p¨®l¨ªzas", afirma Olivella. "Y es que adern¨¢s", recalca Ribera, "en ese tiempo los japoneses se nos hubiesen adelantado".
Las innovaciones que han desarrollado los inform¨¢ticos son impres¨ªonantes. Sin utilizar m¨¢s que el material -hardware- que se puede encontrar en el mercado, el equipo ha utilizado la t¨¦cnica del multiprocesador -en vez de colocar un s¨®lo cerebro electr¨®nico, poner varios en un mismo aparato-, paralelizando su utilizaci¨®n -o, lo que es lo mismo, hacer trabajar a todos los procesadores a la vez, repartiendo la carga de trabajo entre todos ellos-.
Con la LRU "se ha conseguido un producto capaz de leer todas las cosas impresas. Esto, para la creaci¨®n de bancos de datos, es un avance important¨ªsirno", afirma Olivella. "Hay que pensar", interviene Sala, "que el banco de datos del New York Times, el m¨¢s importante del mundo, necesita m¨¢s de 1.000 personas y cuesta 20 millones de d¨®lares (3.000 millones de pesetas) al a?o. Con la LRU, que podemos venderla por unos 45 millones de pesetas, parte del costo podr¨¢ reducirse".
Yo soy de letras
Los ling¨¹istas, por su lado, prosegu¨ªan su trabajo. "Nosotros de inform¨¢tica no entend¨ªamos casi nada. Cuando se presentaba un problema matem¨¢tico yo pensaba: 'Qu¨¦ hago aqu¨ª si yo soy de letras'", explica Vinyoli. Los ling¨¹istas -denominaci¨®n que reconocen falsa, pues s¨®lo hay tres ling¨¹istas de un total de nueve personas- descubrieron que no hab¨ªa ning¨²n programa para castellano o catal¨¢n que hiciera an¨¢lisis morfol¨®gicos y sint¨¢cticos. "Ya sab¨ªamos que no encontrar¨ªamos soluciones al an¨¢lisis sem¨¢ntico y pragm¨¢tico pero tampoco esper¨¢bamos que el nivel fuera tan bajo", afirma P¨¦rez.Con la colaboraci¨®n de personas de distintas universidades espa?olas, el equipo ha impulsado la investigaci¨®n sobre la gram¨¢tica, la morfosintaxis, la sem¨¢ntica y la pragm¨¢tica del castellano y su introducci¨®n en programas inteligentes de integraci¨®n del lenguaje. "Y es que lo que nos pasa es que estamos todos locos", se r¨ªe Sala.
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