Flushing Meadow, el coto de los americanos
Las repetidas victorias de jugadores estadounidenses han convertido el Louis Amstrong Stadium en un talism¨¢n para los norteamericanos. Desde que en 1977 W. E. Hester, un rico petrolero entonces presidente de la federaci¨®n norteamericana, tomase la decisi¨®n de abandonar la hierba de Forest Hills, hastiado del conservadurismo de las tradiciones del West Side Tennis Club, el Open se ha convertido en un torneo con sabor americano. El cambio de superficie ha sido esencial para marcar la diferencia entre los jugadores norteamericanos y el resto. En Flushing Meadow las pistas son de deco-turf, un material parecido al cemento, aunque m¨¢s flexible. Bjorn Borg, que domin¨® totalmente sobre hierba y tierra batida a finales de los setenta, fue incapaz de alcanzar la plenitud de su juego en este torneo.Ahora, cuando Flushing Meadow cumple cinco a?os, las posibilidades de los jugadores nacidos en Europa parecen haber crecido. Tras largas temporadas de entrenamiento sobre este tipo de superficie, el checo Ivan Lendl y Martina Navratilova (nacida en Checoslovaquia y ahora estadounidense) parecen haber encontrado el estilo necesario para ganar los 18 millones de pesetas del torneo neoyorquino. Lendl est¨¢ totalmente obsesionado con la idea de vencer en un torneo del Grand Slam.
Los dos mejores jugadores estadounidenses no parecen estar en un momento asombroso de juego. McEnroe perdi¨® recientemente la final del torneo de Cincinnati frente al sueco Mats Wilander, que ha entrado en la lista de favoritos para el Open neoyorquino tras su primer triunfo en Estados Unidos. Jimmy Connors no ha conseguido ni una sola victoria importante este a?o y la reciente reconciliaci¨®n con su esposa Patti McGuire -ex conejito de Playboy-, con la que ya hab¨ªa iniciado los tr¨¢mites de divorcio, pueden haberle hecho perder el inter¨¦s por una competici¨®n que ya ha ganado en cuatro ocasiones (1974 y 1976, en Forest Hills y en 1978 y 1982, en Flushing Meadow). Quiz¨¢ quien m¨¢s a gusto se sienta en este torneo sea John Patrick McEnroe. Acostumbra do al ambiente neoyorquino des de que era un ni?o, McEnroe es el jugador que mejor acepta los continuos ruidos de los aviones que se dirigen al vecino aeropuerto de La Guardia, que mejor entiende a los espectadores que han olvidado hace a?os el "silencio, por favor", y que mejor se adapta a la iluminaci¨®n nocturna bajo la que se juega el 50%. McEnroe, que ha insultado p¨²blicamente a los ingleses en Wimbledon en m¨¢s de una ocasi¨®n, s¨®lo se atreve a comentar: "El p¨²blico neoyorquino es muy duro". Las posibilidades para los otros cabeza de serie se reducen a la sorpresa. Tras MeEnroe (n¨²mero l), Connors (2) y Lendl, (3), est¨¢n colocados el franc¨¦s Yannick Noah (4), que ha jugado tan s¨®lo un torneo desde que venci¨® en Roland Garros y que adem¨¢s tiene graves problemas en una rodilla; el sueco Mats Wilander (5); el argentino Guillermo Vilas (6), totalmente en baja desde la amenaza de sanci¨®n por un a?o; el surafricano Kevin Curren (7), semifinalista en Wimbledon; el argentino Jos¨¦ Luis Clerc (8), que ha ganado varios torneos este verano, pero todos sobre tierra batida; el norteamericano Jimmy Arias (9), que parece destinado a ser la nueva figura del tenis de su pa¨ªs; el espa?ol Jos¨¦ Higueras (10); los estadounidenses Gene Mayer (11), John Kriek (12), Steve Denton (13), Elliot Telstcher (14), Vitas Gerulaitis (15) y Bill Scanlon (16). Higueras tiene un cuadro relativamente f¨¢cil, aunque, pese a que lleva viviendo varios a?os en Estados Unidos, a¨²n no se ha adaptado al deco-turf. Higueras explic¨® a EL,PAIS, tras perder en las semifinales de Roland Garros, por qu¨¦ iba a jugar en Nueva York: "Quiero poder decirle a mi hijo, cuando sea mayor, que su padre jug¨® el Open de Estados Unidos". Higueras se enfrentar¨¢ en la primera ronda al estadounidense Matt Anger, un jugador mediocre de 20 a?os. En caso de llegar a octavos de final, Higueras se enfrentar¨ªa a Curren y, si vence, a McEnroe.
El roto de Martina
En el torneo femenino todo estar¨ªa claro si se tuviesen en cuenta los resultados de esta temporada. Martina Navratilova s¨®lo ha perdido un partido, en Roland Garros, en los ocho meses de competici¨®n. Sin embargo, la historia est¨¢ en su contra. Martina nunca ha ganado en Flushing Meadow, y tan s¨®lo jug¨® y perdi¨® la final de 1981 frente a Tracy Austin. El pasado a?o fue eliminada por su amiga y compa?era de dobles, Pam Shriver. La foto de Martina, llorando, acompa?¨® a sus declaraciones, en las que justific¨® su derrota por haber contra¨ªdo una enfermedad que le hab¨ªa transmitido su gato. Este a?o Chris Evert-Lloyd, ganadora seis veces del Open estadounidense, parece lejos de poder plantear problemas.
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