La decisi¨®n de Andropov de eliminar parte de los SS-20 refuerza la pol¨ªtica sovi¨¦tica de aproximaci¨®n a Pek¨ªn
La ¨²ltima decisi¨®n sovi¨¦tica de suprimir "una parte" de los cohetes nucleares de alcance medio SS-20 que tiene instalados en Europa en el caso de que se llegue a un acuerdo en las negociaciones sobre euromisiles de Ginebra, posee, a juicio de observadores occidentales, una doble finalidad: facilitar la obtenci¨®n de un acuerdo en dichas conversaciones y, a la vez, dar un paso m¨¢s en su pol¨ªtica de acercamiento a China.
En la entrevista publicada ayer en Pravda, en la que Andropov daba a conocer las ¨²ltimas posiciones del Kremlin respecto al desarme en Europa, el l¨ªder sovi¨¦tico anunciaba que el pr¨®ximo 6 de octubre se reanudar¨¢ en Pek¨ªn la tercera ronda de consultas pol¨ªticas entre ambos pa¨ªses.El l¨ªder sovi¨¦tico mostraba su inter¨¦s por la normalizaci¨®n de relaciones chino- sovi¨¦ticas, y agregaba que China estaba a favor de iniciar conversaciones de desarme con la URS S. "Los dirigentes de la Rep¨²blica Popular China", agrega en otro momento Andropov, "parecen manifestar inter¨¦s por ciertas cuestiones relativas al armamento nuclear debatidas en la Naciones Unidas y en Ginebra. Si esta tendencia se desarrolla no hay duda de que China podr¨ªa aportar una contribuci¨®n tangible a la soluci¨®n de los problemas sobre la prevenci¨®n de la guerra nuclear y el cese de la carrera de los armamentos nucleares".
El anuncio de que los SS-20 que se retiren de Europa ser¨ªan desguazados y no simplemente trasladados a Asia puede facilitar, sin duda, el acercamiento Mosc¨²-Pek¨ªn, seg¨²n se comenta en los mentideros occidentales de la capital sovi¨¦tica.
Hasta ahora, la posibilidad de que los S S-20 fueran trasladados al otro lado de los Urales creaba inquietud, a la vez, en Asia y Occidente: los asi¨¢ticos -China y Jap¨®n, principalmente- tem¨ªan que el desarme en Europa se terminara haciendo a su costa, ya que los SS-20 que dejaran su emplazamiento en el viejo continente ir¨ªan a incrementar el arsenal nuclear sovi¨¦tico en Oriente, que asciende ya a m¨¢s de un centenar de misiles SS-20 de triple cabeza. Los pa¨ªses occidentales tambi¨¦n ten¨ªan razones para inquietarse: la mudanza de los S S-20 al otro lado de los Urales no imped¨ªa que estas armas -que poseen gran movilidad- volvieran en pocos d¨ªas a sus primitivos emplazamientos en caso de crisis, y, adem¨¢s, su largo radio de acci¨®n seguir¨ªa poniendo a su alcance -incluso desde Asia- grandes superficies de Europa occidental.
Silencio en Pek¨ªnA pesar de que Pek¨ªn parece reaccionar con su parsimonia y cautela habituales y en la capital china a¨²n no se han pronunciado sobre las ¨²ltimas propuestas de Andropov, no ser¨ªa de extra?ar que ¨¦stas hayan tenido en Oriente una mejor acogida a¨²n que en Occidente. Ya va a hacer casi un a?o que chinos y sovi¨¦ticos reanudaron los contactos que fueron abortados hace casi cuatro a?os por la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, y, aunque parecen escasos los progresos obtenidos en estos contactos, da cierto pie al optimismo el anuncio hecho por Andropov del inicio de una tercera ronda el 6 de octubre.
En lo que respecta a las conversaciones de Ginebra sobre armas de alcance medio en Europa, que se reanudan dentro de una semana, Andropov ha vuelto a urgir a Estados Unidos, que, seg¨²n ¨¦l, no muestra ninguna flexibilidad y pone en peligro los posibles frutos de estas negociaciones, que no progresar¨¢n, seg¨²n el l¨ªder sovi¨¦tico, si Washington sigue empe?ado en no variar sus posiciones al respecto.
Despu¨¦s de este nuevo paso sovi¨¦tico en su pol¨ªtica de concesiones gota a gota, la oferta del Kremlin en Ginebra podr¨ªa resumirse as¨ª: Mosc¨² se limitar¨¢ a mantener en Europa un n¨²mero de SS-20 que equivaliese -en cantidad de cabezas nucleares- al conjunto de los arsenales franc¨¦s y brit¨¢nico. El n¨²mero de SS -20 que tendr¨ªan que ser destruidos no est¨¢ excesivamente claro, y los c¨¢lculos de los expertos var¨ªan desde un centenar hasta m¨¢s de 150.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.