Bergamin y 27
Jos¨¦ Bergam¨ªn muere con el puntazo -como esp¨¢ viejo que era- de no haber entrado nunca en n¨®mina y antolog¨ªa del 27. Era s¨®lo de la generaci¨®n del 27 cronol¨®gicamente y porque escrib¨ªa versos, pero sus versos, precisamente, le separan, le distancian del 27 y le certifican a Unamuno e incluso a Sor Juana In¨¦s de la Cruz.Todo escritor quiere salvarse colectivamente en la gloria generacional. Azor¨ªn, incluso, se inventa una generaci¨®n, el 98, para salvarse dentro. Es el zapatero de portal del 98. Borges, llegado a Espa?a en estos d¨ªas, ha reiterado su menosprecio por la inanidad de Azor¨ªn. El viejo capa Jos¨¦ Bergam¨ªn no ten¨ªa por qu¨¦ temerle a eso, pues que es uno de los escritores al margen del escalaf¨®n -Rani¨®n, Mir¨®-, cuyo bloque generacional es la soledad: los que uno m¨¢s ama. Pero Bergam¨ªn -"el insuficiente Bergam¨ªn" de Juan Ram¨®n- es un casi excesivo modelo de escritor fronterizo y cimarr¨®n, al que le coge un aire, el aire guadarrame?o de Unamuno, y le roza de costado un fastuoso trasatl¨¢ntico: el 27. Quiso meter lo uno en lo otro y ¨¦se fue su error genial de escritor genialoide. La clave de Be.rgam¨ªn nos la da Graci¨¢n, unos siglos antes: "El ingenio se propone excesos y logra prodigios". O sea, que hay que ponerse a jugar con las palabras y, si uno es creador, siempre sale algo. Si no, el algo lo da la creacionalidad natural del idioma. As¨ª, ideas libres/ ideas liebres. Un juego muy Bergam¨ªn. Las ideas libres corren como liebres. S¨®lo que Unamuno se juega la vida a cada uno de estos juegos y Bergam¨ªn no se juega nada. Es un Unamuno "desdramatizado", como dicen hoy los ministros.
Siempre me ha fascinado el caso de los escritores sin sitio, quiz¨¢ porque yo sea uno de ellos. Bergam¨ªn no lo tuvo nunca. Para 27 resulta demasiado desentra?al, demasiado Unamuno, y para Unamuno o 98 queda un poco mondaine. Su fascinaci¨®n es su marginaci¨®n (mucho m¨¢s apasionante de estudiar que la marginaci¨®n f¨¢ctico/pol¨ªtica). Frente a la Revista de Occidente saca Cruz y Raya, que Juan Ram¨®n, caprichosito e implacable con ¨¦l, llama "revista del m¨¢s y el menos". Aunque la revista del m¨¢s y el menos llegara a dar textos tan' perdurables como el ensayo sobre lo cursi, de G¨®mez de la Serna. Cuando Ortega dice "lo cursi abriga", est¨¢ citando t¨¢citamente a Ram¨®n, y Mar¨ªas, que no lo sabe, anota puntualmente la frase del maestro. Estuvo siempre sin sitio, Bergam¨ªn, como torero sin toro que lidiar, y Jorge C. Trulock, siendo redactor / jefe de un semanario donde colaboraba, Bergam¨ªn, me lo dijo una vez: "Le he propuesto al di-, rector dar los originales de Bergam¨ªn directamente, por la belleza caligr¨¢fica y las correcciones, ya que, entenderse, no se van a entender de todos modos". Algunas noches cen¨¦ con ¨¦l, por los finos oficios de Mar¨ªa Cuadra y el doctor Barros. Fue cuando me dijo aquello:
-"Al pobre Juan Pablo I lo han dormido en el Se?or".
Siempre de foulard (Vilallonga le hubiera dicho que el foulard no se lleva hace 20 a?os), tuvo una ¨¦poca tardofranquista de cenar en El Alabardero, junto a su casa de la plaza de Oriente. Luis Lezama le puso rinconera con cornucopia y fotos sepia. "Le vamos a dar a usted la mesa de don Jos¨¦, que esta noche no viene". Siempre era un toque. Quiso ser Unamuno y 27 al mismo tiempo.
S¨ªntesis imposible. Sus ideas libres / liebres estaban ya, m¨¢s que en el conceptismo de Unamuno, en el automatismo de Bret¨®n. A este gran escritor le cogieron todas las corrientes del siglo, y ya se sabe que las corrientes son malas.Drama callado
M¨¢s que exiliado de la guerra, exiliado de la Iglesia o exiliado del exilio, yo veo a Bergam¨ªn exiliado del 27. Me parece que es el drama callado de su vida. Pero el 27 es una gran generaci¨®n a dos aguas: surrealismo europeo del momento (Aleixandre, Lorca); racionalismo Val¨¦ry/Perse. El 27 viene del institucionismo y de Juan Ram¨®n, claro: dos inventos laicos. La moral del 27 no est¨¢.en los versos, sino en la decisi¨®n de no moralizar en verso. La conflictividad de Bergam¨ªn y, el trascendentalismo de las formas (sonetos barroco/conceptistas/unamunianos) hacen de ¨¦l un gran poeta- metarisico que nada tiene que ver con los exentos poetas del 27, entre los que siempre quiso estar. ?sta me parece hoy la clave/llave de su vida/obra. Era un egregio exiliado natural, s¨ª, pero, m¨¢s que de la cronolog¨ªa, de la poes¨ªa.
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