Roger Dupuls, en huelga de hambre desde hace 30 d¨ªas en contra de su extradici¨®n a Francia
Roger Dupuis, interno en la c¨¢rcel de Carabanchel, 41 a?os, natural de Par¨ªs, que desde 1968 est¨¢ recluido sin interrupci¨®n en prisiones francesas y espa?olas, salvo un per¨ªodo de siete meses, mantiene des de el 1 de agosto una huelga de hambre en contra de un expediente de extradici¨®n a su pa¨ªs natal aprobado por la Audiencia Nacional espa?ola. Dupuis, condenado en Espa?a a 15 a?os de reclusi¨®n, vinculado en Francia a grupos de extrema izquierda, cree que la polic¨ªa francesa quiere acabar con ¨¦l y afirma que la extradici¨®n se ha concedido a causa de una operaci¨®n de tr¨¢fico de drogas por la que ya ha sido condenado en Espa?a.
Roger Dupuis es divorciado y tiene dos hijos, de 20 y 21 a?os, a los que ha visto muy poco. En 1968, y tras estudiar tres a?os de filosof¨ªa, ingres¨® en las c¨¢rceles francesas por un atraco perpetrado, afirma, con objeto de conseguir dinero para las actividades de los grupos de extrema izquierda en que militaba junto a c¨¦lebres activistas franceses, como Pierre Goldmann y Henri Curiel, fundador este ¨²ltimo del Partido Comunista Egipcio y organizador de la red de franceses que colaboraron con el Frente de Liberaci¨®n Nacional de Argelia. Ambos fueron asesinados en Par¨ªs.
Pas¨® 10 a?os en las c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad del pa¨ªs galo. Luch¨® dentro de la c¨¢rcel para lograr la desaparici¨®n de estos penales. "En ellos", afirma, "no permit¨ªan que viera a nadie, ni a la familia. Estuve siete a?os sin poder salir de la celda, aislado, solo. Te volv¨ªas loco. Depend¨ªa directamente del Ministerio del Interior, no del de Justicia. Al fin, y gracias a la ayuda de un juez llamado Albert Petit, se logr¨® la desaparaci¨®n de estos centros".
En febrero de 1978 consigui¨® la libertad condicional. Vino a Espa?a, pero sigui¨® vinculado a grupos de extrema izquierda de Alemania y Francia. Decidieron montar una infraestructura para sus actividades, y realiz¨® dos atracos en Espa?a y una operaci¨®n de tr¨¢fico de drogas. Le detuvieron cuando regresaba a Madrid con el dinero obtenido por la venta de 100 kilos de hachis en Suecia. Dupuis fue condenado a dos penas de cinco a?os y medio por los atracos, y tres a?os y medio por complicidad en tr¨¢fico de drogas. En 1980 lleg¨® la petici¨®n de extradici¨®n de las autoridades francesas por el transporte de las drogas a Suecia desde Bayona, seg¨²n informaron ayer fuentes del Ministerio de Justicia. Es el mismo tr¨¢fico pero en distintos momentos.
Perseguido
Dupuis piensa continuar la huelga de hambre, "hasta el fin", porque est¨¢ convencido de que la polic¨ªa francesa quiere acabar con ¨¦l. "Ya hab¨ªan solicitado dos extradiciones por otros motivos, que fueron denegadas, y ahora se inventan ¨¦sta". "Hace dos a?os y medio", cuenta Dupuis, "me visitaron dos polic¨ªas franceses en el penal de Oca?a. Quer¨ªan que firmara una declaraci¨®n falsa, en la que se afirmaba que la muerte de Pierre Goldmann -asesinado el 20 de septiembre de 1979 en Par¨ªs- se debi¨® a un ajuste de cuentas entre delincuentes. Pero yo me negu¨¦. Pierre era un gran amigo m¨ªo y hab¨ªa sido asesinado por la polic¨ªa. Entonces dijeron que me matar¨ªan". La Prensa francesa recogi¨®, poco despu¨¦s de que el izquierdista jud¨ªo cayera abatido a tiros en la calle, el comunicado de un supuesto "Comit¨¦ de Honor de la Polic¨ªa" que se atribu¨ªa la muerte de Goldmann. M¨¢s tarde, la misma Prensa recog¨ªa versiones seg¨²n las cuales un grupo de extrema derecha espa?ola, conectado a la Triple A argentina, era el autor del crimen.Dupuis piensa que la extradici¨®n es inconstitucional porque no se puede juzgar a nadie dos veces por el mismo delito. Adem¨¢s por el mismo delito puede ser condenado en Francia hasta 20 a?os. En Espa?a no existe mecanismo para presentar recurso a las extradiciones aprobadas. Dupuis habl¨® con el Defensor del Pueblo a finales de junio. Ruiz Jim¨¦nez le asegur¨®, seg¨²n afirma, que buscar¨ªa la forma de presentar recurso para su caso y otros similares.
Dupuis, que no ser¨¢ extradicto hasta que no cumpla condena aqu¨ª, hacia el 1990, afirma que despu¨¦s de las dos primeras semanas de negarse a ingerir alimentos ha perdido el hambre. "Ahora me da asco la comida". El ayuno le produce "momentos de gran claridad mental", aunque se siente muy d¨¦bil y le duele todo el cuerpo. Los m¨¦dicos a¨²n no han detectado ning¨²n s¨ªntoma de gravedad, que, seguramente, aparecer¨¢n dentro de una semana. Entre 40 y 60 d¨ªas es el l¨ªmite en el que una huelga de hambre pone en peligro la vida. "Primero te quema la grasa, luego la carne, hasta dejarte en los huesos", anuncia Dupuis con una sonrisa en la boca. Sabe lo que se juega, y piensa jugar fuerte. "All¨ª me matan, as¨ª que prefiero morirme aqu¨ª".
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