Muri¨® Platko, ¨ªdolo del poeta Alberti
El ex futbolista y posteriormente entrenador de f¨²tbol Francisco Platko, de origen h¨²ngaro, falleci¨® el viernes en Santiago de Chile,"a la edad de 82 a?os, seg¨²n inform¨® su familia. En Chile habla dirigido a varios equipos de este pa¨ªs.
En 1922, Platko lleg¨® a Barcelona con el MTK de Hungr¨ªa y fue fichado por el Barga para sustituir a Zamora, que hab¨ªa sido traspasado al Espa?ol. Jug¨® en el Barcelona hasta el final de la temporada de 1929, consiguiendo con este equipo numerosos t¨ªtulos. Gan¨® la primera Liga espa?ola, en la temporada 1928-29 y fue campe¨®n de Copa en 1924,1926 y 1921 La final de 1928 se jug¨® en Santander y uno de los espectadores era un tal Rafael Alberti, que se qued¨® impresionado por el pundonor del jugador.Fue una de las finales m¨¢s violentas de la historia. Los jugadores de la Real le abrieron la cabeza al portero h¨²ngaro, pero, tras ser asistido, volvi¨® ¨¢l campo, donde se la volvieron a abrir. As¨ª naci¨® la oda del genial Alberti, escrita en el mismo Santander un 20 de mayo de 1928, poco despu¨¦s de presenciar la actuaci¨®n del "oso rubio de Hungr¨ªa":"Platko.
Nadie se olvida, Platko / no, nadie, nadie, nadie,/ oso rubio de Hungr¨ªa./ Ni el mar,/ que frente a t¨ª saltaba sin poder defenderte./ Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que m¨¢s reg¨ªa/ Ni el mar, ni el viento, Platko/ rubio Platko de sangre,/ guardameta en el polvo/ pararrayos./ No, nadie, nadie, nadie. Camisetas azules y blancas, sobre el aire,/ camisetas reales,/ contrarias, contra ti, volando y arrastr¨¢ndote,/ Platko, Platko lejano/ rubio Platko tronchado,/ tigre ardiendo -en la yerba/ de otro pa¨ªs. ?T¨², llave,/ Platko, t¨², llave rota,/ llave ¨¢urea ca¨ªda ante el p¨®rtico ¨¢ureo?
No, nadie, nadie, nadie,/ nadie se olvida, Platko./ Volvi¨® su espalda el cielo./ Camisetas azules y granas flamearon/ apagadas, sin viento./ El mar, vueltos los ojos,/ se tumb¨® y nada dijo./ Sangrando en los ojales,/ sangrando por t¨ª, Platko/ por su sangre de Hungr¨ªa,/ sin tu sangre, su impulso, tu parada, tu salto,/ temieron las insignias. No, nadie, Platko, nadie,/ nadie, nadie se olvida./ Fue la vuelta del mar./ Fueron/ diez r¨¢pidas banderas/ incendiadas, sin freno./ Fue la vuelta del viento./ La vuelta al coraz¨®n de la esperanza./ Fue tu vuelta./ Azul her¨®ico y grana,/ mand¨® el aire en las venas./ Alas, alas celestes y blancas, rotas alas,/ combatidas, sin plumas, escalaron la yerba./ Y el aire tuvo piernas,/ tronco, brazos, cabeza./ ?Y todo por t¨ª, Platko,/ rubio Platko de Hungr¨ªa./ Y en tu honor, por tu vuelta/ porque volviste el pulso perdido a la pelea,/ en el arco, contrario el viento abri¨® una brecha.
Nadie, Nadie se olvida./ El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan./ Las insignias./ Las doradas insignias, flores de los ejales,/ cerradas, por t¨ª abiertas./ No, nadie, nadie, nadie,/ nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salidad oso rubio de sangre,/ desmayada bandera en hombros por el, campo./ ?Oh, Platko, Platko, PlatkoJ t¨², tan lejos de Hungr¨ªa!/ ?Qu¨¦ mar hubiera sido capaz de no llorarte?/ Nadie, nadie se olvida,/ no, nadie, nadie, nadie."
Platko fue considerado en su juventud el mejor arquero de Europa. En la temporada 1934-35 entren¨® al Barcelona, pero no alcanz¨® ning¨²n t¨ªtulo. Tambi¨¦n lo hizo en el Ferencvaros h¨²ngaro. Volvi¨® a Barcelona como t¨¦cnico en 1955-56, sin resultado positivo. M¨¢s tarde entren¨® al River Plate de Argentina y en Brasil, tras dirigir a varios equipos locales, fue asesor de Feola en la preparaci¨®n de selecciones nacionales. En Chile, donde instal¨® en 1940. Fue contratado por el Colo Colo, y consigui¨® el t¨ªtulo nacional de Liga, adem¨¢s como invicto, por primera vez en Chile, en la temporada de 1941.
Francisco Platko, como entrenador, fue considerado como un renovador de los esquemas t¨¢cticos del f¨²tbol moderno en el Colo Colo y en la selecci¨®n nacional chilena.
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