Las razones de una negativa
El documento final de la Conferencia de Madrid fue aprobado el 15 de julio pasado por 34 de los 35 Estados que integran la CSCE. Malta es el ¨²nico pa¨ªs que se opone a su firma, y las reglas de la conferencia exigen la unanimidad del consenso. El embajador Evarist Saliba, que ha representado a Malta desde los comienzos de la CSCE, explica aqu¨ª las razones de esa negativa en solitario.
EVARIST SALIBA
RIDRUEJO,
Malta ha querido participar en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) porque es un Estado europeo. No existe ninguna duda sobre ello y nosotros somos muy conscientes del hecho de que nuestra seguridad est¨¢ estrechamente ligada a la seguridad en Europa.Sin embargo, al contrario que otros Estados participantes en la CSCE, Malta tiene s¨®lo una frontera, es con el mar Mediterr¨¢neo. Es por esta raz¨®n por la que, desde el primer d¨ªa de la reuni¨®n preparatoria de la CSCE en 1972, las autoridades maltesas vienen insistiendo en que la consideraci¨®n de la cuesti¨®n de la seguridad y de la cooperaci¨®n en Europa sin tener en cuenta la misma cuesti¨®n en el Mediterr¨¢neo representa un ejercicio incompleto, especialmente en lo que se refiere a los temas de seguridad que afectan a Malta.
No s¨®lo tal ejercicio resultar¨ªa incompleto, sino que tambi¨¦n podr¨ªa conducir de hecho a una disminuci¨®n de la tensi¨®n en Europa central, a cambio de aumentar esa tensi¨®n en la periferia de Europa, particularmente en el Mediterr¨¢neo, como resultado del despliegue de fuerzas o el cambio de las consideraciones estrat¨¦gicas. La lucha de Malta por esta idea desde 1972 a 1975, y el lento y reservado apoyo que hemos recibido es parte de la historia. El resultado est¨¢ escrito en el Acta Final de Helsinki, que lleva las firmas de los 35 jefes de Estado o de Gobierno.
La forma en que el compromiso del Acta Final ha sido o no ha sido cumplido ha representado un acalorado debate desde entonces, y en particular en Belgrado y aqu¨ª en Madrid. Malta mantiene que nada significativo se ha puesto en pr¨¢ctica del compromiso tomado con respecto a la seguridad en el Mediterr¨¢neo, con la excepci¨®n de la decisi¨®n maltesa de suprimir en 1979 todas las bases militares en su suelo.
Malta lleva esperando mucho tiempo a que los dem¨¢s hagan algo, y sus autoridades sienten que ha llegado el momento para que se d¨¦ un primer paso. El esperar hasta despu¨¦s de la propuesta reuni¨®n de Viena en 1986 es demasiado tarde y lo consideramos como una forma de evadir nuestras propias obligaciones.
El contenido del proyecto de documento final de la reuni¨®n de Madrid hace todav¨ªa m¨¢s necesario que esa acci¨®n sea desarrollada en este momento. En este documento se consigui¨® con grandes, esfuerzos mantener el equilibrio; pero ese equilibrio siempre ha sido, desafortunadamente, el mantener los deseos del Oeste en un platillo de la balanza y los deseos del Este en el otro.
Adem¨¢s, tenemos un programa de acci¨®n muy cargado por delante: una conferencia sobre seguridad, medidas de confianza y desarme en Europa que seguramente cubrir¨¢ los dos a?os y medio hasta la pr¨®xima reuni¨®n de Viena, una reuni¨®n de expertos sobre contactos humanos (de la que se empez¨® a hablar en noviembre de 1982) y otra sobre derechos humanos. No hay forma de encontrar un hueco para tratar de la cuesti¨®n de la seguridad en el Mediterr¨¢neo.
Malta est¨¢ tratando de subsanar esta deficiencia con una reuni¨®n de expertos u otras iniciativas similares. Esta idea fue sugerida al mismo tiempo que la de la reuni¨®n de expertos sobre contactos humanos, y, por lo tanto, no demasiado tarde.
El hecho de que la planeada conferencia de desarme excluye al Mediterr¨¢neo, la omisi¨®n de una menci¨®n sobre reducci¨®n de fuerzas militares en la regi¨®n del Mediterr¨¢neo, que se encuentra en el Acta Final, y la resistencia a cualquier iniciativa respecto al tema de la seguridad en el Mediterr¨¢neo nos devuelve a los d¨ªas anteriores de Helsinki.
Todo esto no puede ser aceptado por las autoridades maltesas porque deja pr¨¢cticamente a la CSCE sin significado para nosotros, y esto explica por qu¨¦ Malta reh¨²sa unirse al curso que sigue el documento final de Madrid tal como est¨¢ ahora.
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