La decisi¨®n de abatir el 'jumbo' surcoreano pudo ser tomada por el mando militar sovi¨¦tico sin contar con el poder pol¨ªtico
La decisi¨®n de abatir el Boeing 747 de las l¨ªneas a¨¦reas surcoreanas, con 269 personas a bordo, fue tomada veros¨ªmilmente por la jerarqu¨ªa militar sovi¨¦tica, independientemente del poder pol¨ªtico, se se?alaba ayer por la tarde en la capital sovi¨¦tica de fuente digna de fe, informa France Presse.
Seg¨²n la misma fuente, que se refiere a la gran autonom¨ªa de que goza el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, la orden de derribar un avi¨®n que haya violado el espacio a¨¦reo de la URSS es competencia del comandante en jefe de las Fuerzas A¨¦reas, en esta ocasi¨®n el mariscal Pavel Koutakhov, viceministro de Defensa. En su defecto, contin¨²a France Presse, tal orden puede ser dada por el comandante en jefe de la artiller¨ªa antia¨¦rea, mariscal Alexandre KoIdounov y, en caso de fuerza mayor, por mandos inferiores, incluso el de la regi¨®n militar concernida, es decir, el de VIadivostok.La misma fuente no excluye la posibilidad de que la ca¨ªda del aparato haya sido causado por disparos de misiles cuando el avi¨®n se encontraba ya fuera del espacio a¨¦reo sovi¨¦tico, ya que el alcance de los misiles aire-aire de que disponen los cazas sovi¨¦ticos es de alrededor de 30 kil¨®metros.
Esta hip¨®tesis no est¨¢ en contradicci¨®n con el comunicado oficial publicado el viernes por la agencia oficial sovi¨¦tica Tass, se?alan los observadores. El texto declaraba que los radares de la URSS hab¨ªan perdido la pista del Boeing por encima del mar del Jap¨®n 10 minutos despu¨¦s de que saliese del espacio a¨¦reo sovi¨¦tico.
De otra parte, se ha sabido de buena fuente, citada por France Presse, que el incidente del jumbo fue objeto de una informaci¨®n comunicada el viernes a los cuadros del PCUS (partido comunista de la URSS) en la que se precisaba que el avi¨®n hab¨ªa sido abatido por los cazas sovi¨¦ticos.
La explicaci¨®n dada a los responsables del partido fue que el aparato surcoreano cubr¨ªa operaciones de espionaje y ten¨ªa por misi¨®n verificar la eficacia del dispositivo de control por radar a lo largo de las costas orientales sovi¨¦ticas. El avi¨®n estaba, se ha dicho, dotado de instrumentos especiales, y fue por este motivo por el que los cazas sovieticos recibieron orden de no dejarle posarse en territorio de la URSS.
Por otra parte, seg¨²n informa F¨¦lix Bay¨®n desde Mosc¨², la Uni¨®n Sovi¨¦tica no parece dispuesta a ofrecer disculpas por el derribo del avi¨®n, seg¨²n se desprende de las ¨²ltimas informaciones dadas a conocer anoche por Tass, que insist¨ªan en las tesis de los dos d¨ªas anteriores.
La agencia volvi¨® a acusar a EE UU de utilizar el incidente del avi¨®n como una provocaci¨®n contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En medios occidentales, se subrayaba ayer el paralelismo entre la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n y el derribo del jumbo correano. Ambos hechos, seg¨²n estos medios, se produjeron justo en momentos en que se observaban progresos en las relaciones Este-Oeste y comenzaba a vislumbrarse una relajada perspectiva internacional.
Los ciudadanos sovi¨¦ticos se despertaban ayer con un comunicado de Tass algo m¨¢s amplio que el del d¨ªa anterior, pero no menos misterioso. Pravda, como ya hizo la televisi¨®n sovi¨¦tica en su principal programa informativo del viernes, ofrec¨ªa a sus lectores un mapa con el recorrido seguido por el avi¨®n intruso.
El viernes por la noche, la Tass hac¨ªa p¨²blica la nota en la que se relataba la reuni¨®n ordinaria del Politbur¨® -¨®rgano principal del partido comunista-, pero no indicaba si en ella hab¨ªa sido tratado el asunto del avi¨®n coreano. Seg¨²n este comunicado, el Politburo hab¨ªa discutido temas interiores e internacionales, pero no se daban detalles de qu¨¦ pudo suceder sobre los cielos del extremo oriental de la URSS.
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