El fin de la era de los embargos

"Duras en el tono y moderadas en la f¨®rma" han sido los calificativos m¨¢s generalizados a la hora de valorar las medidas que el presidente norteamericano Ronald Reagan aplicar¨¢ contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica como r¨¦plica al ataque del avi¨®n comercial surcoreano que cost¨® la vida a 269 personas. En definitiva, Reagan, al margen del l¨®gico lenguaje de repulsa, esquiva la aplicaci¨®n de sanciones que puedan poner en peligro el t¨ªmido inicio hacia una nueva etapa de distensi¨®n entre EEUU y la URSS. Reagan decide suspender las negociaciones para nuevos acuerdos culturales y la apertura de nuevos consulados, y llama a la "solidaridad" occidental para un boicoteo hacia la Uni¨®n Sovi¨¦tica de todos los vuelos de compa?¨ªas a¨¦reas.La Casa Blanca, consciente de los errores del pasado, evita reanudar la pol¨ªtica de sanciones de dudosos resultados. Como respuesta a la intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n, el presidente Jimmy Carter decret¨® un embargo para la venta de cereales a la URSS. Reagan, tres a?os despu¨¦s, debi¨® levantarlo, a riesgo de perder un cliente tradicional y millones de votos de los granjeros norteamericanos. La aplicaci¨®n de la ley marcial en Polonia dio paso a un boicoteo de EE UU a la construcci¨®n del gasoducto siberiano, desechado despu¨¦s para no provocar una ruptura entre los aliados miembros de la OTAN.

Reagan, en su mensaje televisado a la naci¨®n, margin¨® la "doctrina de los embargos". Porque, a riesgo de recibir las cr¨ªticas de las alas duras del Congreso, los consejeros pol¨ªticos de Reagan desean mantener los canales de di¨¢logo con Mosc¨². Confirmaci¨®n que llega con la entrevista en Madrid entre el secretario de Estado norteamericano George Shultz,y el ministro sovi¨¦tico de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko. Con la continuidad en Ginebra de las negociaciones para una reducci¨®n y control de armas nucleares de medio y largo alcance, donde las posibilidades de un compromiso final no quedan del todo excluidas, a pesar del ataque militar sovi¨¦tico contra un avi¨®n civil surcoreano.

Reagan, a poco m¨¢s de un a?o de elecci¨®n presidencial en EEUU, tampoco parece querer hipotecar una eventual cumbre con Yuri Andropov. Por todo ello, Reagan ha abandonado la era de los embargos hacia la URSS.