Inesperada renuncia del general Paredes como candidato a la presidencia paname?a
La carrera presidencial en Panam¨¢ queda abierta a los candidatos civiles tras la sorpresiva renuncia del general Rub¨¦n Dar¨ªo Paredes, que con el apoyo de tres partidos se configuraba como virtual ganador de las pr¨®ximas elecciones. En su mensaje televisado el martes por la noche, Paredes present¨® esta decisi¨®n personal como una contribuci¨®n al proceso democr¨¢tico de su pa¨ªs.
JES?S CEBERIO, M¨¦xico
M. R.,
Los partidos de oposici¨®n al sistema ideado por Omar Torrijos han venido exigiendo con tenacidad el abandono por Paredes de sus aspiraciones presidenciales, ya que en otro caso la neutralidad pol¨ªtica de las Fuerzas Armadas, consagrada tras la reciente reforma constitucional, ser¨ªa papel mojado.En su empe?o de forzar el retiro de Paredes, algunos l¨ªderes pol¨ªticos no dudaron en pedir cierta presi¨®n a las autoridades norteamericanas. El embajador de EE UU se habr¨ªa mostrado sensible a estas sugerencias, lo que motiv¨® en febrero una nota oficial de la guardia, firmada por Paredes, acus¨¢ndole de intromisi¨®n en asuntos internos. Su renuncia coincide ahora con la visita a Panam¨¢ del titular del Pent¨¢gono, Caspar Weimberger.
Las aspiraciones presidenciales del general Paredes no tardaron en hacerse visibles tras la muerte en accidente a¨¦reo del general Torrijos. Nombrado primero jefe del Estado Mayor, le bastaron ocho meses para desplazar de la comandancia de la guardia al general Flores, en un acto que constituy¨® un golpe interno. Cuatro meses despu¨¦s provocaba el gargantazo de Ar¨ªstides Royo para poner en la presidencia a un hombre m¨¢s d¨®cil, Ricardo de la Espriella.
Reforma constitucional
A partir de entonces, nadie dud¨® que su objetivo era la candidatura presidencial. en las primeras elecciones del postorrijismo. Para no dejar bazas al azar, consigui¨® que se pasara por alto su edad de retiro militar y se prorrogara su mandato en la guardia por un a?o m¨¢s, hasta el pasado mes de agosto.
Durante ese tiempo sorprendi¨® incluso a la oposici¨®n promoviendo, en contra de los m¨¢s ortodoxos seguidores de Torrijos, una reforma constitucional que homologaba el r¨¦gimen paname?o a las democracias liberales. La ¨²nica pieza que faltaba era su propia renuncia a la carrera presidencial. Mientras esto no se produjera, los militares seguir¨ªan siendo el patr¨®n pol¨ªtico del pa¨ªs.
Lo que muy pocos creen es que el abandono de un proyecto personal tan largamente madurado sea fruto exclusivo de sus convicciones democr¨¢ticas. En un pa¨ªs tan habituado a las conspiraciones de palacio es l¨®gico que se busquen razones ocultas que todav¨ªa no se han desvelado.
El Partido Social Democr¨¢tico (PSD), que se proclama heredero de Torrijos, tendr¨¢ que improvisar ahora un candidato civil. No tiene mucho donde elegir, lo que aumenta las posibilidades de Ricardo de la Espriella. La oposici¨®n ha acogido con j¨²bilo la decisi¨®n del general, con el convencimiento de que ¨¦sta puede ser su hora, aunque su principal enemigo sea la divisi¨®n interna. S¨®lo el octogenario Arnulfo Arias, tres veces elegido presidente y derrocado las tres, conserva intacto el carisma, aunque su avanzada edad constituya un serio impedimiento.
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