El vicepresidente de EE UU considera que el conflicto del S¨¢hara no tiene salida militar

Estados Unidos apoya el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en el S¨¢hara occidental, estima que no hay salida militar a ese conflicto, conf¨ªa en que la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA) solucione el problema y garantiza que todo lo que pueda hacer para consolidar la monarqu¨ªa marroqu¨ª "no est¨¢ dirigido, de forma alguna, contra Argelia". Esta es la s¨ªntesis de lo declarado por el vicepresidente norteamericano George Bush tras una entrevista de m¨¢s de dos horas con el presidente Chadli Benyedid.

Bush ha abandonado Argelia rumbo a T¨²nez y hoy mismo llega a Yugoslavia. El dirigente norteamericano calific¨® de "satisfactoria" su visita a Argelia, de la que no se vislumbran resultados pol¨ªticos concretos. En un encuentro con los periodistas, poco antes de abandonar Argel, Bush declar¨® que su visita a este pa¨ªs no ten¨ªa como objetivo introducir la querella Este-Oeste en las relaciones de Estados Unidos con el Tercer Mundo, sino analizar las posibilidades de estrechar relaciones econ¨®micas y pol¨ªticas con todos los pa¨ªses magreb¨ªes.El vicepresidente norteamericano se declar¨® satisfecho de su visita a Argelia, que en breve plazo tendr¨¢ como efecto un incremento muy sensible de las relaciones econ¨®micas. En cuanto a los temas pol¨ªticos, Bush admiti¨® que, por diferentes que sean las posiciones ideol¨®gicas de los dos pa¨ªses, existe la posibilidad de mantener un di¨¢logo civilizado.

La independencia de Namibia

Respecto a Namibia, Bush se?al¨® que Estados Unidos cree firmemente que la retirada de las tropas cubanas de Angola servir¨ªa para que ?frica del Sur decidiera su propia retirada y, de esta forma, avanzar en la v¨ªa trazada por la resoluci¨®n 435 de las Naciones Unidas, respecto a la independencia de la antigua colonia alemana.Cauto, Bush se neg¨® a comentar el contenido de sus conversaciones sobre Chad con los argelinos, y se limit¨® a decir que, en su opini¨®n, el coronel Gadafi no hace nada para estabilizar ese pa¨ªs.

Los argelinos han tratado con una extrema cortes¨ªa al vicepresidente norteamericano y a su esposa, dispens¨¢ndoles una acogida de jefe de Estado; sin embargo, al margen de esa actitud protocolaria, la visita ha dado escasos resultados pol¨ªticos. Estados Unidos sostiene la voluntad de desarrollo argelino, valora su no alineamiento y se convence poco a poco de que la reconstrucci¨®n del gran Magreb ¨¢rabe no debe realizarse en detrimento de un pa¨ªs determinado. Los argelinos han insistido en la necesidad de poner t¨¦rmino a la crisis del S¨¢hara occidental de forma honorable y en base a la resoluci¨®n africana de Addis Abeba, antes de dar un nuevo paso en la v¨ªa del gran Magreb. El vicepresidente Bush se ha declarado sensible a tales argumentos, pero se?al¨® que no ten¨ªa mandato para tomar decisiones, que corresponden al jefe de la Casa Blanca.

La visita se salda con un avance en la comprensi¨®n mutua de los dilemas e intereses, el deseo de ir al fondo de los problemas, el convencimiento del peso espec¨ªfico de Argelia en el ¨¢rea africana y, al propio tiempo, un sentimiento argelino de frustraci¨®n, al comprobar que persiste la incomprensi¨®n entre la pol¨ªtica norteamericana en medio Oriente y la visi¨®n ¨¢rabe de la crisis palestina.