Un presunto delincuente muere de un disparo por la espalda en una persecuci¨®n policial
Un joven, de unos 24 a?os, falleci¨® ayer de un disparo en la espalda en el curso de una persecuci¨®n polic¨ªal iniciada minutos antes, cuando una pareja de polic¨ªas de paisano sorprendieron a dos personas que al parecer intentaban robar en un veh¨ªculo aparcado. El hecho se produjo poco antes de las diez de la noche, en la esquina de las calles de la Madera y Escorial, en el barrio de Malasa?a, a escasos metros de un grupo de ni?os y a la puerta de un bar en el que en esos momentos se encontraban unas 20 personas. Fuentes policiales consultadas por este peri¨®dico confirmaron, de forma no oficial, el suceso, aunque no facilitaron la identidad del fallecido.
La persecuci¨®n policial debi¨® comenzar, seg¨²n testigos presenciales, en la calle del Esp¨ªritu Santo, cuando una pareja de polic¨ªas, que vest¨ªan de paisano, intent¨® detener a un joven en el momento en que al parecer trataba de robar un autom¨®vil. El presunto delincuente iba acompa?ado de otro muchacho que, al advertir la presencia policial, lanz¨® contra uno de los funcionarios una piedra, momento que aprovecharon los dos supuestos ladrones para darse a la fuga en direcci¨®n a la calle de la Madera. Esta es al menos la versi¨®n que los testigos presenciales de la muerte escucharon a los polic¨ªas minutos despu¨¦s, cuando hablaban con sus compa?eros.A partir de ese momento, los hechos se sucedieron r¨¢pidamente. Javier y Antonio, dos de los ocho ni?os que estaban apoyados en un Seat 600 situado en la esquina de las calles de la Madera y Escorial, vieron a los j¨®venes correr hacia ellos. No prestaron mucha atenci¨®n, hasta, que escucharon dos o tres disparos.
"Cuando ya estaban cerca, vimos a un hombre con una pistola que ven¨ªa detr¨¢s de los que corr¨ªan. Gritaba soy polic¨ªa, alto. Alto o disparo. Cuando los j¨®venes estaban ya en la esquina, el polic¨ªa dispar¨® otra vez y uno de los que corr¨ªan cay¨® al suelo de rodillas", explica Javier con todo lujo de detalles. "El otro que corr¨ªa intent¨® ayudar a su compa?ero, y el polic¨ªa le orden¨® qu¨¦ tambi¨¦n se tirara al suelo. Luego dijo a la gente que llamara a una ambulancia, que el joven estaba herido, que ¨¦l era polic¨ªa. Y ense?aba un carn¨¦", apunta Antonio, otro de los muchachos que presenciaron los hechos. Ninguno de los testigos vio en poder del herido o su acompa?ante arma de ning¨²n tipo.
El polic¨ªa, cuya identidad no ha sido facilitada, se guard¨® entonces la pistola, y el compa?ero del herido aprovech¨® el momento para darse a la fuga por la calle Escorial hacia abajo. "Todo el af¨¢n del polic¨ªa era decir que hab¨ªa que meter al herido en un coche. Cuando vi que parec¨ªa como querer marchar le dije que no se moviera de all¨ª. ?l sac¨® el arma de nuevo, por lo que me met¨ª en el bar", manifest¨® un taxista que estaba en el establecimiento.
El autor de los disparos, seg¨²n parece muy nervioso, par¨® un veh¨ªculo particular con objeto de trasladar al herido a un hospital. La llegada en esos momentos de dos coches Z de la Polic¨ªa Nacional hizo que las protestas e increpaciones de, los vecinos, que iban en aumento, disminuyeran.
"El muchacho estaba muerto. Yo le tom¨¦ el pulso y le toqu¨¦ la car¨®tida", dijo una chica que estudia quinto a?o de Medicina. A pesar de ello, la dotaci¨®n de uno de los coches patrulla le meti¨® en el veh¨ªculo, en el que entr¨® el autor de los disparos, y le traslad¨® al hospital Cl¨ªnico, donde, seg¨²n fuentes del centro, ingreso, cad¨¢ver.
A ¨²ltima hora de la noche, la identidad del fallecido, del que se comentaba que era hermano del huido no era conocida. En el Cl¨ªnico informaron que el ingresado iba indocumentado, y en la comisar¨ªa de Centro, cerca del lugar de los hechos, informaron desconocer detalles de lo ocurrido.
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