Woody Allen, sue?os de camale¨®n
A lo mejor, pese a las apariencias, este jud¨ªo bajito y miope neoyorquino e, hipocondriaco, adicto al Valium con vodka y a las mujeres neur¨®ticas, sigue cont¨¢ndonos su propia vida en esta su ¨²ltima pel¨ªcula, por extra?o que pueda parecernos. Eso estaba claro en Toma el dinero y corre, Bananas, El dormil¨®n, Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y no se atrev¨ªa a preguntar, Annie Hall, Manhattan, Interiores, Stardust memories y Comedia sexual de una noche de verano. Era evidente, sobre todo, en Annie Hall, Manhattan y Stardust... Woody Allen se ha contado siempre a s¨ª mismo, y cuando lo ha hecho bien, ha puesto al descubierto al hombre de hoy, y tambi¨¦n a la mujer de hoy, a esos seres urbanos, egoc¨¦ntricos, que tratan de encontrarse al filo de hamburgers de pl¨¢stico, de noches asfaltadas y deseos insatisfechos.Incluso en Comedia sexual de una noche de verano, Allen se retrataba. Era el sue?o de fin de semana de un crecido espermatozoide ciudadano que se viste de antiguo se entrega a ligeramente incorrectas fantas¨ªas er¨®ticas en medio de una naturaleza que ya no le pertenece.
Zelig, que es la historia de Leonard Zelig, puede ser tambi¨¦n la historia de un artista que se niega a permanecer al margen. Este hombre, que existi¨® de verdad, fue un tipo camale¨®nico que engordaba al lado de un obeso, ennegrec¨ªa cuando quer¨ªa ganarse el afecto de un negro, boxeaba por influencia de Jack Dempsey y escrib¨ªa cerca de Eugene O'Neill. La ausencia de una ientidad concreta -y qu¨¦ es la imagen cinematogr¨¢fica, y en ¨²ltima instancia el propio Allen, sino la sombra chinesca de todos y ninguno?- le transformaba en la persona que ten¨ªa m¨¢s a mano. Sediento de cari?o, Zelig se dejaba vampirizar.
Recurriendo a todos los recursos de un oficio que domina con singular maestr¨ªa, Woody Allen ha realizado un espl¨¦ndido falso documental, quiz¨¢ un poco largo para lo que el tem da de s¨ª, pero siempre interesante. ?l mismo interpreta a Zelig en aquellas secuencias descriptivas de su habilidad para no ser, para ser los dem¨¢s. Hay entrevistas, declaraciones de personajes que conocieron o estudiaron al curioso transformista. Hay tambi¨¦n una fotograf¨ªa impecable e inventiva que utiliza el blanco y negro para dar la sensaci¨®n de realismo y que, sin que te lo puedas explicar despu¨¦s de haberla visto, aparece en tu memoria como si fuera en colores.
Al final uno se pregunta, cu¨¢l fue el verdadero rostro de Zelig, sabiendo que es probable que nunca lo sepamos. Quiz¨¢ sus facciones son las de Woody Allen, y quiz¨¢ Woody Allen ya no tiene un rostro propio. Lo que tiene es una personalidad cinematogr¨¢ficamente camale¨®nica. En cuanto a su verdadero aspecto, es un secreto que seguramente se llevar¨¢n a la tumba su psiquiatra y ¨¦l.
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