Las internas de la c¨¢rcel de mujeres de Yeser¨ªas escucharon 'rock' en el patio de la prisi¨®n
La mayor parte de las 112 reclusas que se encuentran actualmente en la prisi¨®n de mujeres de Yeser¨ªas participaron en la tarde de ayer en una fiesta, organizada con motivo del D¨ªa de la Merced, en la que actuaron cinco grupos de rock. El concierto se celebr¨® en el patio de deportes del centro, bajo un sol aplastante y sin bebidas alcoh¨®licas y otros estimulantes habituales en este tipo de espect¨¢culos.
El festival hab¨ªa sido organizado por un grupo de psic¨®logos de la universidad de Comillas, con la colaboraci¨®n del Ayuntamiento de Madrid y la propia direcci¨®n del centro penitenciario. Las actuaciones fueron presentadas por el periodista Eduardo Haro Ibars, y los grupos que intervinieron, todos ellos sin cobrar cantidad alguna, fueron Ciudad Jard¨ªn, Flash Strato, PVP, Fiebres de Malta y At¨®micos.Una pancarta d¨®nde pod¨ªa leerse "Amor" y "Os queremos" colgaba bajo el rudimentario escenario.
En la prisi¨®n de Yeser¨ªas el n¨²mero de internas se ha reducido, como en otras instituciones penitenciarias, a ra¨ªz de las excarcelaciones derivadas de las reformas del C¨®digo Penal y de la ley de Enjuiciamiento Criminal. En el caso de esta c¨¢rcel de mujeres, el n¨²mero de internas ha quedado en la mitad.
Boda en la prisi¨®n
La mayor¨ªa de las reclusas est¨¢n encarceladas en situaci¨®n preventiva, a la espera de juicio, o condenadas por su participaci¨®n en delitos contra la propiedad. Ese es el caso de Alicia, quien el pasado martes se cas¨® dentro del recinto de la prisi¨®n con Manolo, internado, a su vez, en el centro penitenciario de Carabanchel. Ambos est¨¢n acusados de haber cometido juntos 40 atracos en el per¨ªodo de dos meses."El amor no entiende ni de ruinas ni de c¨¢rceles" dec¨ªa ayer Alicia, refiri¨¦ndose a las largas condenas que amenazan a la pareja.
Presenciaron el festival, siguiendo en muchos casos los compases de los grupos rockeros, mujeres gitanas con sus hijos, chicas colombianas o libanesas usadas como correos por sus novios en el tr¨¢fico de drogas, desequilibradas mentales que mataron a sus hijos, y tambi¨¦n esposas que agredieron a sus maridos porque no pod¨ªan soportar su crueldad.
Bailaron desde las cuatro y media de la tarde hasta las ocho de la noche, tiempo que dur¨® el festival. Varias de ellas expresaron su inter¨¦s porque este tipo de actos se repita.
Los grupos participantes ofrecieron todo su entusiasmo al inhabitual p¨²blico. Eugenio, uno de los miembros del grupo Ciudad Jard¨ªn, manifest¨® que la experiencia de actuar en la c¨¢rcel es "apasionante", pero precis¨® que hab¨ªa echado de menos "el ambiente de libertad que suele caracterizar los festivales de rock".
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