La autonom¨ªa municipal, en peligro
El anuncio por parte del Gobierno de consignar solamente 35.000 millones de pesetas en los Presupuestos de 1984 para liquidar d¨¦ficit acumulados en las corporaciones locales (y acumulados no en su totalidad por culpa de las mismas) en lugar de los 100.000 millones o 120.000 millones inicialmente previstos y necesarios, recuerda m¨¢s a la escasa inyecci¨®n de dinero -que efectu¨® el Gobierno de UCD en 1980 con el mismo objetivo que a una pol¨ªtica seria de puesta al d¨ªa de las haciendas locales.Este recorte sit¨²a a los ayuntamientos espa?oles con importantes d¨¦ficit acumulados que gravan sensiblemente sus presupuestos ordinarios y recortan las posibilidades inversoras de los mismos.
Es un incumplimiento m¨¢s del programa electoral socialista y supone un serio freno en la lucha contra el desempleo, puesto que ayuntamientos saneados -es decir, ayuntamientos con capacidad inversora- son instituciones generadoras de inversi¨®n p¨²blica que a la vez que dan trabajo, solucionan necesidades locales muy sentidas por la poblaci¨®n.
La decepci¨®n puede extenderse entre aquellos que creyeron' que el cambio real se pod¨ªa producir tras las elecciones de octubre de 1982. Son muchos los que dudan hoy en Madrid, despu¨¦s del serio aviso que supuso el recorte presupuestario en 1983 en los barrios en remodelaci¨®n, que el Plan General pueda llevarse a cabo. Son muchos, igualmente, los que dudan hoy en Madrid que esos 48.000 millones/ a?o de inversi¨®n que necesita nuestra ciudad desde la Administraci¨®n central vayan a venir despu¨¦s de las recientes experiencias.
Pero hay m¨¢s. Se nos anuncia una reducci¨®n de la aportaci¨®n del Estado al Fondo de Cooperaci¨®n con las corporaciones locales de un 8% en 1983 a un 7,2% en 1984. (Boyer habl¨® hace algunos meses de bajar al 6%). Esto significa no cumplir las peticiones absolutamente recortadas que hab¨ªan presentado instituciones nada sospechosas de pretender el derribo del Gobierno socialista, como es la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios, que ped¨ªan un incremento de ese porcentaje en los pr¨®ximos a?os. Y significa tambi¨¦n que en el modelo de Estado defendido por el Gobierno no est¨¢ previsto incrementar el porcentaje de gasto local sobre el conjunto del gasto p¨²blico, ni est¨¢ previsto que nuevas competencias pasen a los ayuntamientos desde el poder central, y todo ello a pesar de las continuas, reiteradas y entusiastas manifestaciones del PSOE, previas a su acceso al Gobierno, sobre la autonom¨ªa pol¨ªtica y econ¨®mica municipal.
Hace falta otra pol¨ªtica
Es necesaria otra pol¨ªtica hacia los municipios desde el Gobierno. Esta pol¨ªtica, que va a tener reflejos inmediatos en los presupuestos pero que va a tenerlo a medio plazo en las leyes de medidas urgentes, y en las de financiaci¨®n de haciendas locales y la b¨¢sica de administraci¨®n local, debe basarse en los criterios que socialistas y comunistas defendimos juntos antes del 28-O (y que, de hecho, me consta, seguimos defendiendo comunistas y muchos socialistas).
La reciente entrevista entre el presidente del Gobierno y los alcaldes de las principales ciudades deber¨ªa servir para modificar esos criterios restrictivos del Gobierno en cuanto a lo econ¨®mico, y para establecer unos lazos de negociaci¨®n entre Gobierno y corporaciones locales sobre las leyes previstas.
Es por la v¨ªa del esfuerzo y de la austeridad por donde debemos ir, pero todos. Si no hay dinero en el Estado, que se saque de donde est¨¢, que hay mucho. Y que, de una vez por todas, por ejemplo, se mejoren las cantidades recibidas en los ayuntamientos procedentes de la licencia fiscal -que, como se sabe, son recaudadas por la Administraci¨®n central-. Hoy hace falta esfuerzo y trabajo que no se ve por ning¨²n lado. Pero a continuaci¨®n hace falta dise?ar una estrategia en cada uno de los municipios si no se consigue parar el recorte previsto.
Las previsiones que realiz¨¢bamos en el Ayuntamiento de Madrid hace escasamente dos semanas (cuando segu¨ªamos confiando en la liquidaci¨®n del d¨¦ficit), eran las de incrementar los ingresos en 1984 en tres puntos por encima de los gastos para, con el ahorro conseguido, poder destinar en ese a?o unos 10.000 millones a nivel de inversi¨®n m¨¢s necesario si partimos de que en 1983 el ayuntamiento va a destinar a ese objetivo una cifra pobre, 4.247 millones, que no suponen casi nada frente a las actuales necesidades de la ciudad). El recorte anunciado supone que el ayuntamiento no podr¨ªa alcanzar ese nivel de inversi¨®n y que seguir¨ªamos como siempre sin invertir en torno a un programa que garantizara a medio plazo la superaci¨®n de los d¨¦ficit existentes en nuestra ciudad.
Y estoy hablando de una previsi¨®n en la cual el esfuerzo del ayuntamiento iba a ser muy grande. Al margen de las medidas restrictivas previstas en la ley de Medidas Urgentes (congelaci¨®n de plantillas, igualaci¨®n de salarios con los equivalentes en la Administraci¨®n central, etc¨¦tera ... ) -medidas con las que, en principio, no coincido como norma general, puesto que estas normas generales no contemplan las particularidades y esfuerzos aut¨®nomos de cada municipio, Y con las que tampoco coincido como filosof¨ªa, puesto que significan. que durante tres a?os los ayuntamientos incluidos en la financiaci¨®n estatal no pueden prestar nuevos servicios a sus administrados-, es obvio que en el Ayuntamiento de Madrid, voluntariamente, hemos asumido buena parte de las restricciones y sacrificios que entendemos imprescindibles en una situaci¨®n econ¨®mica dificil¨ªsima como la que atraviesa nuestro pa¨ªs.
Y tambi¨¦n es claro que tendremos que superarnos en algunos puntos dif¨ªciles que a¨²n existen y que deben y pueden arreglarse:
1. La mejora de la pol¨ªtica de pagos a las contratas que supone un importante incremento del coste de las obras, dado el retraso con el que en la actualidad se efect¨²a el pago.
2. La disminuci¨®n general de los per¨ªodos de contrataci¨®n de las concesiones de servicios y la diversificaci¨®n m¨¢xima de los contratistas ofertantes.
3. La mejora de la gesti¨®n en dependencias o patronatos municipales fuertemente deficitarios (matadero, cementerios, Instituto Municipal de Deporte), con actuaciones dr¨¢sticas dirigidas a lograr un equilibrio financiero,
Pero todo ello tiene que estar ligado a un objetivo central mantener la inversi¨®n en 1.984 a niveles adecuados. No son aceptables, por tanto, en mi opini¨®n, pol¨ªticas paralizadoras de la inversi¨®n basadas en las dificultades exteriores y en la falta de ayuda del Gobierno, porque son pol¨ªticas conservadoras que no dar¨¢n soluci¨®n a los problemas de nuestro ayuntamiento.
Igualmente, son inaceptables las opiniones de la oposici¨®n, que quiere pagar todas las deudas a base de recortar los presupuestos culturales y festivos. Adem¨¢s de incorrecto pol¨ªticamente, eso es -basta saber sumar- el chocolate del loro, no una posici¨®n seria.-
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