Felipe Gonz¨¢lez, el 'ausente'

Cuando Fernando Mor¨¢n, ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, cita en su discurso ante la ONU el apoyo de Espa?a a la mejora de las relaciones Norte-Sur, entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres, m¨¢s de 20 jefes de Estado o de Gobierno, encabezados por la india Indira Ghandi y el franc¨¦s Fran?ois Mitterrand, dialogan sobre el futuro de la cooperaci¨®n econ¨®mica -y, en el fondo, pol¨ªtica- entre pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y pa¨ªses desarrollados.

La denominada minicumbre del te¨®rico di¨¢logo Norte-Sur, surgido tras la reuni¨®n de Canc¨²n (M¨¦xico), no habr¨¢ contado con la presencia de uno de sus m¨²ltiples invitados: el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez. "Fuimos invitados", dijo un diplom¨¢tico espa?ol, "pero ten¨ªamos problemas de fechas".

Gonz¨¢lez, que cuenta con un prestigio y simpat¨ªa internacionales nunca alcanzados por un jefe de Gobierno espa?ol, no se ha decidido a aprovechar el foro de la ONU -siguiendo el ejemplo del presidente Reagan, Mitterrand o Gandhi- para romper una tradici¨®n de ostracismo practicada por sus anteriores predecesores en la Moncloa. Nunca, en la historia de la ONU, un jefe de Gobierno espa?ol habl¨® ante la asamblea. Una asamblea pol¨¦mica en cuanto a eficacia pol¨ªtica, pero pr¨¢cticamente la ¨²nica con la que cuenta el mundo para dialogar entre pol¨ªticos y diplom¨¢ticos.

Felipe Gonz¨¢lez parece dispuesto a dejar pasar esta oportunidad, mientras Espa?a pierde una baza para expresar, al m¨¢s alto nivel, su pol¨ªtica exterior.

Espa?a, en la ONU, contin¨²a susurrando en voz baja, con un turno de palabra a ¨²ltima hora del d¨ªa y ante un auditorio semivac¨ªo, para presentar una pol¨ªtica exterior de cuyo eco internacional, probablemente, s¨®lo hablar¨¢ la Prensa espa?ola.