Portugal necesita mantequilla, pero obtendr¨¢ canones
El pa¨ªs vecino puede ser convertido en un arsenal militar tras la renovaci¨®n de sus acuerdos militares con Estados Unidos
"?Oh, mar salado, cu¨¢nta de tu sal son l¨¢grimas de Portugal!". Los inspirados versos que el gran poeta lusitano Fernando Pessoa aplic¨® a la etapa de la longa noite da pedra sufrida por el pa¨ªs vecino bajo la ¨¦gida salazar-caetanista y colonial pueden, por desgracia, ser perfectamente aplicados a lo que est¨¢ sucediendo en Portugal, que se va a sentar a la mesa de negociaciones con Estados Unidos en estado de suma precariedad econ¨®mica.Este estado de necesidad casi absoluta hace de Portugal un interlocutor f¨¢cil para el coloso norteamericano, que, a cambio de unas monedas y un m¨¢s que nebuloso apoyo o recomendaci¨®n para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgue alg¨²n cr¨¦dito al pa¨ªs vecino -cosa nada sencilla, porque el propio FMI est¨¢ en crisis-, intenta, seg¨²n c¨ªrculos militares, y lo conseguir¨¢, no s¨®lo potenciar hasta extremos desconocidos su ya gigantesca base de Lajes, sino tambi¨¦n construir una nueva estaci¨®n ¨®ptica de rastreo en lugar no hecho p¨²blico por ahora; utilizar la base de Beja, hoy en manos de la Rep¨²blica Federal de Alemania, para fines nada claros, que pueden incluir la instalaci¨®n de misiles, as¨ª como disponer de los aeropuertos civiles lusitanos para caso de emergencia.
Portugal -lo han escrito estos d¨ªas ellos mismos- puede ser transformado en un paiol (pa?ol: compartimiento de los buques para almacenar armas, pertrechos, etc¨¦tera). En un paiol militar, en una especie de portaviones anclado en la Pen¨ªnsula y armado hasta los dientes.
En Oporto ya se han vuelto a abrir las puertas de los centros de beneficencia para dar la sopa de los pobres. El semanario Expresso hac¨ªa p¨²blica una encuesta la pasada semana en la que el 45% de los portugueses cre¨ªa que pronto habr¨¢ hambre y colas para conseguir ciertos alimentos. Gran parte del oro portugu¨¦s ya ha sido vendido. S¨®lo la presi¨®n estadounidense podr¨ªa hacer que el FMI otorgara nuevos cr¨¦ditos a Portugal. El ex primer ministro Carlos Mota Pinto acaba de manifestar que a medio plazo se puede llegar a una devaluaci¨®n del escudo del 40% y a un aumento muy sensible del desempleo.
En este cuadro, nada exhaustivo, de la actual pobreza lusitana se ha producido el reciente viaje del presidente de la Rep¨²blica, general Ramalho Eanes, a Estados Unidos. Ha querido apuntarse un tanto pol¨ªtico ante el inicio de la renegociaci¨®n de las bases norteamericanas y rest¨¢rselo al primer ministro Mario Soares. En Portugal, los pol¨ªticos ya piensan en las elecciones presidenciales de 1985. Ramalho Eanes no podr¨¢ presentarse, pero s¨ª alguien por ¨¦l interpuesto.
Pero Soares, ni corto ni perezoso, para paliar la acci¨®n de Ramalho Eanes, cogi¨® su fusil y se fue a la isla de Madera para defender que "debe potenciarse el tri¨¢ngulo militar Azores-Madera-Portugal continental", y Eanes, m¨¢s acostumbrado al uso de las armas, ha tomado su artiller¨ªa pesada y est¨¢ en estos momentos haciendo una gira de una semana por las islas Azores.
Todo Portugal vive pendiente del tema de las bases militares. Hasta el partido independentista Movimento Nacionalista A?oriano (MNA/FLA) est¨¢ de acuerdo en apoyar la ampliaci¨®n y alquiler de Lajes, y en un comunicado publicado en primera p¨¢gina de los diarios isle?os s¨®lo se queja de que el dinero que otorgue EE UU se va a ir a Lisboa y poco a las islas. Desde su nacimiento, siempre se ha sospechado que ese partido independentista mantiene muy buenas relaciones con Estados Unidos, donde viven cerca de un mill¨®n de azorianos, mientras en las islas s¨®lo residen unos 300.000.
Portugal est¨¢ dispuesto a vender su primogenitura por un plato de lentejas, pero ni siquiera le van a dar lentejas suficientes o no las que necesita. Por supuesto, EE UU va a darle auxilio, pero un auxilio, mayoritariamente militar (aviones, barcos, tanques), con lo que, en realidad, lo que har¨¢ Portugal es ayudar a mantener la industria de guerra norteamericana.
Al parecer, las contrapartidas ofrecidas por los estadounidenses se elevan a 148 millones de d¨®lares, de los cuales s¨®lo 40 millones ser¨ªan para proyectos de desarrollo socioecon¨®mico, y el resto, para la "modernizaci¨®n de las fuerzas armadas portuguesas". Ramalho Eanes y Soares, y casi toda la clase pol¨ªtica, se han mostrado de acuerdo en se?alar que es una imperiosa necesidad esa modernizaci¨®n "para la defensa de Portugal, y su ayuda, para la de Occidente". Mas, como escrib¨ªa el enviado especial a EE UU del semanario O Jornal en la visita de Eanes, "10 a?os despu¨¦s del fin de las guerras coloniales la militarizaci¨®n del pa¨ªs es la principal calidad de vida que se va a ofrecer a los portugueses".
Hasta los dientes
Actualmente, Portugal -am¨¦n de tener abiertas todas sus instalaciones militares a la OTAN, de la que es miembro fundador- cuenta con bases extranjeras singulares en Lajes (EE UU); Beja (RFA); isla de las Flores (Francia), que se dice es una estaci¨®n de investigaci¨®n mar¨ªtima; otra en Porto Santo, en el archipi¨¦lago de Madera, que est¨¢ desactivada y que se quiere volver a poner en funcionamiento, y otra en Cortega?a (espec¨ªfica de la OTAN), para la lucha a¨¦rea antisubmarina.Lo que en estos momentos va a comenzar a debatirse -mucho de lo cual puede ser establecido en cl¨¢usulas secretas- es, en primer lugar, una ampliaci¨®n de la ya superbase de Lajes, alargamiento naval que ocupar¨¢ toda la playa de la Vitoria; en segundo lugar, lo antedicho sobre una nueva base de seguimiento y rastreamiento en un lugar a determinar del Portugal continental, uso de aeropuertos civiles y uso indiscriminado para hacer de Lajes y las otras bases puntos de apoyo, abastecimiento o ataque para los conflictos que hay o pueda haber en ?frica y Oriente Pr¨®ximo, seg¨²n c¨ªrculos bien informados.
El punto m¨¢s inquietante es el de Beja. Ahora es una simple base de entrenamiento de pilotos de la Rep¨²blica Federal de Alemania. Los norteamericanos han mostrado su inter¨¦s por ella, aunque puedan coexistir con los alemanes occidentales. Mas, ?para qu¨¦? D. Dillinger, dirigente del movimiento para la no proliferaci¨®n de las armas nucleares, ya advert¨ªa en 1981 que aunque Espa?a permanezca en la OTAN no permitir¨¢ en caso alguno la instalaci¨®n de misiles en nuestro suelo. Por tanto, los estadounidenses no pueden querer Beja para entrenamiento de pilotos (le sobran lugares en Espa?a) ni para el abastecimiento de sus aeronaves (cosa que tambi¨¦n se hace desde las bases espa?olas). El inter¨¦s de Estados Unidos por Beja, opinan fuentes solventes, s¨®lo puede estribar en instalar misiles en dicha base, es decir, aqu¨ª, a un paso de la frontera con Espa?a.
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