Un realismo necesario

Soy plenamente consciente de que cada vez que he aconsejado la castraci¨®n de un gato me he ganado, al mismo tiempo, la enemistad de muchas personas que consideran la operaci¨®n como algo cruel. Seguramente estas personas no han convivido nunca con un gato entero en su piso.Quienes tengan un gato en posesi¨®n de todos sus atributos en el hogar advertir¨¢n pronto un olor inaceptable aun para aquel olfato m¨¢s carente de sensibilidad. Abandone un pu?ado de sardinas debajo de un mueble y al cabo de los d¨ªas notar¨¢ que el perfume es mucho m¨¢s soportable que el del caj¨®n de un gato que no haya sido operado. M¨¢s todav¨ªa: un gato no castrado seguramente olvidar¨¢ de repente su costumbre de acudir a miccionar al serr¨ªn que usted le prepar¨® y entonces ser¨¢ todav¨ªa peor, porque ser¨¢n los rincones o las butacas y camas los lugares que el animalito seleccionar¨¢. Entonces usted puede optar por intentar borrar el hedor insoportable o simplemente tirar la cama.

Un gato entero estar¨¢ deseando salir a buscar aventuras amorosas. Eso le convertir¨¢ en un ser intranquilo que acechar¨¢ el momento en que alguien abre la puerta para escapar con la rapidez del rayo. Volver¨¢ probablemente para comer y dormir si todo le fue bien y la relaci¨®n con, la hembra consentidora fue placentera, pero en el caso, muy posible, de que esa hembra ya contase con algunos admiradores la situaci¨®n ser¨¢ m¨¢s y m¨¢s complicada porque su animal habr¨¢ de entablar pelea contra los adversarios y su regreso ser¨¢ lastimoso, porque llegar¨¢ lleno de heridas y sangre como resultado. Usted, si es persona razonable, tendr¨¢ preparados todos los productos necesarios para las curas de urgencia.

?Por qu¨¦ entonces algunas personas se obstinan en conservar gatos enteros para la convivencia? Yo dir¨ªa que sencillamente por falta de informaci¨®n. Hay quienes alegan que un gato castrado, por ejemplo,, aumenta su peso hasta convertirse en una bestia a la que es casi imposible mover del coj¨ªn que seleccion¨® para su descanso. Eso es falso. Los gatos no engordan como consecuencia de la castraci¨®n, sino de lo inadecuado de la dieta que reciben. L¨®gicamente un gato operado pasea menos que otro aventurero y por eso sus necesidades alimenticias son menores. Lo razonable es darle algunos gramos menos al d¨ªa y el animal puede ser tan esbelto como cualquier otro.

La pregunta l¨®gica ahora es ?cu¨¢ndo deben ser operados? La respuesta es que en cualquier edad, aunque es mucho m¨¢s sencillo realizarla cuando el gato es todav¨ªa joven. No es dolorosa y en la mayor¨ªa de las ocasiones ni siquiera requiere anestesia.

Si se decide a operarle cuando ya se hizo adulto, entonces hay que hacerlo con mayor cuidado y proceder con anterioridad a un anestesiado general. La ligaz¨®n de los vasos tambi¨¦n ser¨¢ necesaria para evitar posibles complicaciones.

En los dos o tres d¨ªas siguientes a la operaci¨®n el gato debe mantenerse en casa procurando que la raci¨®n de agua abundante y fresca no le falte. Prontamente se olvidar¨¢ de las hembras en celo y podr¨¢ disfrutar de las comodidades a placer. No habr¨¢ m¨¢s salidas y los cong¨¦neres ser¨¢n compa?eros, no adversarios.

Cr¨¦ame, si desea un gato, y a menos que sea un ejemplar magn¨ªfico que quiere dedicar a la reproducci¨®n como semental, piense en serio en su castraci¨®n. Plant¨¦ese la situaci¨®n con absoluto realismo y no se deje llevar por sentimentalismos poco razonables.