Un d¨¦ficit p¨²blico de 209.000 millones de d¨®lares pone en peligro la recuperaci¨®n norteamericana
Despu¨¦s de un hist¨®rico incremento en el producto nacional bruto (PNB) del 9,2% en el segundo trimestre de 1983, la econom¨ªa norteamericana ha entrado en una fase de reactivaci¨®n sin precedentes, que no dudan en afirmar todos los analistas que se prolongar¨¢, durante la segunda mitad de este a?o y, previsiblemente, todo 1984. Pero con un d¨¦ficit fiscal pr¨®ximo a los 209.000 mifiones de d¨®lares (casi 32 billones de pesetas), previsto para cuando termine el presente a?o, la impresi¨®n general es que la recuperaci¨®n est¨¢ generando su propia tumba.
El ritmo de la recuperaci¨®n se ha moderado en la segunda mitad de 1983, a juzgar por los resultados del tercer trimestre, cuando el incremento en el PNB fue del orden del 4%. Pero un an¨¢lisis detenido de los indicadores econ¨®micos presagia que la velocidad emprendida por la econom¨ªa es lo suficientemente estable como para entrar en 1984 con buen pie y con la seguridad de que se alcanzar¨¢n cotas de crecimiento del orden del 4,5% en t¨¦rminos anuales.El secretario del Tesoro, Donald Regan, as¨ª lo hizo saber a sus colegas europeos en el curso de la reuni¨®n del comit¨¦ interino del FMI, celebrada la semana pasada en Washington.
Regan se?al¨® que la inflaci¨®n presenta se?ales certeras de mantener se estable a lo largo de 1984, una vez alcanzado un r¨¦cord hist¨®rico de reducci¨®n en 1983. Despu¨¦s de alcanzar niveles de dos d¨ªgitos en 1980, el ¨ªndice de precios al consumo se ha reducido a menos de un 3%, en t¨¦rminos anuales, en el pasado mes de agosto. Las expectativas del Gobierno apuntan hacia una inflaci¨®n del 4,5% a finales de 1983, y algo superior, pero menos de un punto, en 1984.
El nivel de desempleo tambi¨¦n ha comenzado a presentar datos positivos en Estados Unidos. La recuperaci¨®n ha hecho bajar casi un punto la tasa de desempleo de la econom¨ªa estadounidense, que fue del 11 % en 1982 y que se situ¨® en el 9,2% en el mes de agosto. Los expertos estiman que se llegar¨¢ al 8% a finales de 1984.
Pese a estas favorables perspectivas, y debido fundamentalmente a la naturaleza de la recuperaci¨®n de la econom¨ªa norteamericana que se ha basado en el est¨ªmulo del consumo por la v¨ªa de reducciones fiscales muy importantes desde hace dos a?os, los expertos estiman que la propia situaci¨®n ha generado su bomba de tiempo. Se trata del d¨¦ficit presupuestario, que al final del presente a?o fiscal ser¨¢ de 209.000 millones de d¨®lares.
Con un d¨¦ficit de estas caracter¨ªsticas, que supera el 6% del pro ducto nacional bruto (PNB), seg¨²n algunas estimaciones, las necesidades de financiaci¨®n del mismo terminar¨¢n por acogotar la econom¨ªa, al requerir enormes su mas de los recursos disponibles.
Hasta la fecha, una pol¨ªtica monetaria muy medida por parte del Sistema Federal de la Reserva (FED) ha permitido evitar este problema, a costa de crear una situaci¨®n potencial a medio plazo en la que se tendr¨¢ que recurrir a unos tipos de inter¨¦s, tanto nominales como reales, a¨²n m¨¢s elevados.
En uno de sus ¨²ltimos n¨²meros, la revista Business Week alertaba sobre las nubes que se ciernen sobre los tipos de inter¨¦s reales en Estados Unidos.
Seg¨²n los expertos de la publicaci¨®n especializada, el panorama que tiene ante s¨ª el FEB no es nada alentador. Sin una perspectiva a corto plazo de que se vayan a elevar los impuestos, la pol¨ªtica monetaria se convierte para Washington en la ¨²nica arma disponible para frenar la causa que produce un d¨¦ficit incontrolado, es decir, inflaci¨®n.
El remedio monetario
Por tanto, es previsible que Paul Volcker, el todopoderoso presidente de la Reserva Federal, recurra nuevamente a la restricci¨®n monetaria para frenar los impulsos inflacionistas que generar¨¢ la propia recuperaci¨®n, al tiempo que se tendr¨¢ que echar mano de unos tipos de inter¨¦s altos para primar el dinero destinado a financiar el d¨¦ficit, que ya se estima que todav¨ªa se mantendr¨¢ en tomo a los 180.000 millones de d¨®lares en 1984.
El presidente Reagan, en su discurso ante el FMI la semana pasa da, advirti¨® que su Administraci¨®n no pondr¨¢ en peligro la recuperaci¨®n por la v¨ªa de un incremento de los impuestos, extremo al que ha sido requerido por alguno de sus asesores como ¨²nico mecanismo para equilibrar la econom¨ªa.
Reagan todav¨ªa est¨¢ firmemente convencido, o as¨ª lo parece, de la doctrina de la econom¨ªa de oferta, seg¨²n la cual, es la propia recuperaci¨®n la que enjuga el d¨¦ficit presupuestario que se ha creado para provocarla, gracias al incremento de las magnitudes nominales.
Pase lo que pase, lo que parece descartado es que la recuperaci¨®n norteamericana vaya a tener un impacto apreciable en otros pa¨ªses. La raz¨®n de esta tesis es que los elevados tipos de inter¨¦s en Estados Unidos continuar¨¢n atrayendo recursos de otros pa¨ªses hacia la mayor rentabilidad que se les promete en esta parte del Atl¨¢ntico. Con ello se detraer¨¢n medios de inversi¨®n para estimular una econom¨ªa sobre la que no se ha actuado con recortes fiscales.
Cabe, pues, muy poca esperanza para algunos pa¨ªses europeos, que tendr¨¢n que recurrir a programas de ajuste internos muy f¨¦rreos, en lugar de esperar que la reactivaci¨®n norteamericana tire de ellos. Sobre todo cuando el d¨¦ficit comercial estadounidense rondar¨¢ los 60.000 millones de d¨®lares a finales de este a?o.
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