El debate sobre la protecci¨®n al cine se centra en las licencias de doblaje. El Parlamento Europeo proteger¨¢ a la cinematograf¨ªa comunitaria
La resoluci¨®n del Parlamento Europeo de proteger el cine en la Comunidad Econ¨®mica Europea contra las distribuidoras norteamericanas; la convocatoria en Bastia, C¨®rcega, de un festival de cine para la defensa de las culturas mediterr¨¢neas; y la consideraci¨®n de nuestros idiomas como valores culturales que no deben emplearse contra nuestra cultura, centran el debate sobre las medidas de protecci¨®n de nuestro cine, que ultima el Ministerio de Cultura, en la restricci¨®n de las licencias de doblaje.
El intento de racionalizaci¨®n del mercado cinematogr¨¢fico espa?ol, que ultima la Direcci¨®n General de Cinematografia, ha provocado respuestas, favorables o adversas en funci¨®n de qu¨¦ intereses entren en juego, en los sectores de la industria cinematogr¨¢fica afectados.En general hay coincidencia en considerar que la m¨¢s controvertida de las innovaciones que este texto legal introduce es la que imbrica la obtenci¨®n por las empresas distribuidoras de licencias de doblaje de filmes extranjeros a la explotaci¨®n rentable de los filmes espa?oles que esas empresas distribuyan.
Los detractores de esta medida, agrupados en los sectores de exhibici¨®n y distribuci¨®n, as¨ª como los actores y t¨¦cnicos de los equipos de doblaje de los laboratorios de sonorizaci¨®n de filmes, consideran "que esta medida atenta contra el principio de libre mercado y que puede quebrantar la estabilidad econ¨®mica y profesional de los laboratorios de sonorizaci¨®n de pel¨ªculas, que mueven en la actualidad un considerable volumen de negocio, con inversiones de alrededor de 2.000 millones de pesetas en unas 20 empresas".
Por el contrario, los defensores de esta medida, agrupados en torno a los sectores de producci¨®n y creaci¨®n del cine espa?ol, juzgan que "no hay en ella ning¨²n atentado contra la libertad de mercado, puesto que, por un lado, se mantiene abierta y libre la importaci¨®n de filmes extranjeros en versi¨®n original, y por otro se trata de una defensa de nuestra cultura contra intereses ajenos a ella, por lo que se trata de una restricci¨®n leg¨ªtima, un freno al empleo que se est¨¢ haciendo de un bien cultural especificamente espa?ol -las lenguas castellana, vasca, catalana y gallega- contra un inter¨¦s tambi¨¦n espec¨ªfico de la cultura espa?ola, como es la explotaci¨®n rentable de nuestros filmes".
Mercado de licencias
"En el actual estado de la legislaci¨®n cinematogr¨¢fica espa?ola", dicen productores y directores de cine, "que condiciona la obtenci¨®n de estas licencias de doblaje ¨²nicamente al comienzo de un filme espa?ol y a su simple estreno, las casas destribuidoras pueden desinteresarse del destino posterior de ese filme. Les basta comprarlo y estrenarlo para as¨ª obtener dos y hasta tres licencias de doblaje, sin que nada les obligue a explotarlo adecuadamente".
Esta facilidad para la obtenci¨®n de licencias de doblaje ha dado lugar a un curioso fen¨®meno: existen actualmente, seg¨²n fuentes del Ministerio de Cultura, unas 150 licencias de doblaje todav¨ªa sin usar, obtenidas por los distribuidores a trav¨¦s de las facilidades que les da para obtenerlas el sistema vigente. Esto supone que ya hay permiso para doblar a nuestras lenguas, es decir para emplear un bien cultural espec¨ªficamente espa?ol, a 150 filmes extranjeros, mientras la mayor parte de las pel¨ªculas espa?olas que han generado esa acumulaci¨®n de licencias han sido o est¨¢n siendo mal o nulamente comercializadas.
Al amparo de esta acumulaci¨®n de licencias de doblaje se especula sobre la hip¨®tesis de si se est¨¢ llegando incluso a establecer una especie de submercado o de mercado fantasmal de tales licencias, que se trasvasar¨ªan de unas empresas distribuidoras a otras, o de aquellas a subempresas filiales, lo que crear¨ªa en la periferia de la industria cinematogr¨¢fica una subindustria de importaci¨®n y doblaje de filmes, cuya rentabilidad entrar¨ªa en colisi¨®n con la de los filmes espa?oles que la han generado.
Pol¨ªtica cultural defensiva
Directores y productores de cine espa?ol se muestran acordes en juzgar que no se pueden desligar los aspectos culturales de los comerciales en un proyecto global de racionalizac¨ª¨®n del mercado cinematogr¨¢fico espa?ol, como el iniciado por el Ministerio de Cultura. Las razones que fundamentan esta afirmaci¨®n son, por un lado, "que se trata de un asunto de estrategia pol¨ªtica cultural emprendido simult¨¢neamente en toda Europa Occidental; y por otro, que el poder pol¨ªtico de los Estados que han promulgado o se disponen a promulgar leyes de protecci¨®n de sus respectivas cinematograf¨ªas act¨²a desde posiciones no ofensivas, sino defensivas de su cultura contra el enorme poder econ¨®mico, de orden neocolonialista, de las multinacionales distribuidoras del cine norteamericano, que imponen imperativamente en sus mercados el llamado sistema de lotes, que obliga a comprarles junto a los filmes de aut¨¦ntico valor cultural, que todo el mundo desea ver, otros filmes de estricto consumo y de nulo o mediocre valor art¨ªstico, que no se adquirir¨ªan de ofrecerse aisladamente".
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