El estrecho del petr¨®leo
EL POSIBLE env¨ªo de cinco aviones franceses a Irak amenaza con poner al rojo la situaci¨®n econ¨®mica mundial y provocar incluso un conflicto militar en una de las zonas m¨¢s delicadas, con repercusiones imprevisibles. Desde hace m¨¢s de tres a?os, desde septiembre de 1980, Ir¨¢n e Irak est¨¢n en guerra; ¨¦sta se inici¨® por una agresi¨®n del dictador iraqu¨ª Sadam Husein, que intent¨® aprovechar la agitaci¨®n revolucionaria jomeinista para saldar a su favor el contencioso en las fronteras hist¨®ricas entre los ¨¢rabes y los persas. El c¨¢lculo result¨® err¨®neo: Ir¨¢n resisti¨®, recuper¨® los territorios que hab¨ªa tenido que abandonar en un principio y atraves¨® incluso en algunos puntos sus propias fronteras. Esta guerra, casi olvidada por la opini¨®n p¨²blica mundial, ha continuado con un n¨²mero muy elevado de p¨¦rdidas humanas. Si los frentes est¨¢n casi estabilizados desde hace aproximadamente un a?o, en el terreno econ¨®mico Irak est¨¢ sufriendo un desgaste cada vez menos tolerable. Mientras Ir¨¢n sigue exportando por su terminal de Jarq, en el golfo P¨¦rsico, unos dos millones de barriles de petr¨®leo al d¨ªa, con lo que obtiene la financiaci¨®n de su esfuerzo militar, Irak ha sufrido la destrucci¨®n de sus terminales en dicho golfo; su exportaci¨®n de petr¨®leo, exclusivamente por el oleoducto Kirkuk-Dortuol, que atraviesa Turqu¨ªa, ha sido reducida a unos 700.000 barriles diarios (antes de la guerra era de unos tres millones). De aqu¨ª parte la decisi¨®n de Irak de pedir a Francia los aviones Super ?tendard, con la idea de lograr un cambio en la correlaci¨®n de fuerzas no s¨®lo en los frentes de batalla, sino en el terreno econ¨®mico. Francia accedi¨® a esa demanda y se comprometi¨® a prestar cinco de dichos aviones hasta 1985. La entrega deb¨ªa efectuarse a mediados de septiembre. En la actualidad, los aviones deben estar en Irak, aunque las autoridades francesas dan noticias contradictorias, lo que no refleja precisamente confianza en que su decisi¨®n haya sido acertada. Con esos aviones, equipados para el lanzamiento de los misiles AM-39 Exocet, Irak puede destruir la terminal iran¨ª de Jarq, lo que crear¨ªa, seg¨²n un comentario del Quai d'Orsay, un mayor equilibrio entre los dos beligerantes.Desde que surgi¨® la noticia del env¨ªo de esos aviones, se ha pueste, en marcha una compleja cadena de repercusiones: los dirigentes iran¨ªes han afirmado que si los Super ?tendard entran en acci¨®n, ellos cerrar¨¢n el estrecho de Ormuz. Por este paso transita m¨¢s del 25% del petr¨®leo corisumido en el mundo industrializado. Las consecuencias ser¨ªan especialmente graves para Jap¨®n y Europa occidental. Estados Unidos, al movilizar parte de sus unidades de la flota del oc¨¦ano ?ndico, confirma su decisi¨®n, anunciada anteriormente, de que mantendr¨ªa abierto dicho estrecho como sea. Dif¨ªcilmente la URSS permanecer¨¢ pasiva en caso de operaciones militares norteamericanas en Ir¨¢n. No es inevitable que los acontecimientos sigan tal desarrollo. Francia est¨¢ desplegando intensos esfuerzos para desactivar los efectos de los cinco Super ?tendard; en particular, gestiona la presentaci¨®n. en el Consejo de Seguridad de la ONU, por un tercer pa¨ªs -quiz¨¢ Jordania o Malta-, de una moci¨®n exigiendo a Irak e Ir¨¢n que cesen las hostilidades y se comprometan a no realizar operaciones militares en el golfo y en el estrecho de Ormuz. No es probable que EE UU o la URSS se opongan a tal iniciativa. Irak est¨¢, al parecer, de acuerdo, con lo cual se compromete a no utilizar los famosos aviones en el plano militar; ¨¦stos s¨®lo habr¨ªan sido un instrumento de presi¨®n. Es evidente que si tal soluci¨®n prosperase ser¨ªa un paso positivo de suma importancia y acercar¨ªa el fin de una guerra terrible. Sin embargo, no es nada probable que la direcci¨®n iran¨ª acepte una resoluci¨®n de la ONU, si se produce, en ese sentido. Incluso sin llegar al cierre total del estrecho, pueden crear una situaci¨®n de creciente inseguridad en la zona (ya hoy los mercados financieros internacionales est¨¢n afectados por la perspectiva de inestabilidad en el estrecho de Ormuz). El ayatollah Jomeini ha definido como fin de la guerra la eliminaci¨®n de Sadam Hussin del poder en Irak; muchas razones le incitan a permanecer prisionero de esas palabras. Por ello resulta bastante dif¨ªcil imaginar una soluci¨®n negociada en un plazo breve.
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