Violenta discusi¨®n entre los conservadores brit¨¢nicos sobre las minor¨ªas raciales
![Soledad Gallego-D¨ªaz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F59d0121e-34c2-42ae-9720-96991394acc9.png?auth=9618d8510e6d38fb4af0fc3320ebbd584c15c5aa49a79f467985675046e6d666&width=100&height=100&smart=true)
Una moci¨®n proponiendo que no se deje emigrar al Reino Unido a caribe?os y paquistan¨ªes y que se favorezca la repatriaci¨®n voluntaria de estas minor¨ªas raciales, provoc¨® ayer una violenta discusi¨®n en el congreso del Partido Conservador brit¨¢nico, que se celebra en Blackpool. La moci¨®n, a la que se opon¨ªa el Gobierno, fue rechazada por aplastante mayor¨ªa, pero dej¨® los ¨¢nimos agitados y oscureci¨® la tan esperada reaparici¨®n p¨²blica del ministro de Comercio e Industria, Cecil Parkinson, tras el esc¨¢ndalo familiar en el que se ha visto envuelto.Los dirigentes del partido no hab¨ªan previsto en la agenda ninguna discusi¨®n sobre temas raciales, considerados como un punto sensible en la organizaci¨®n tory, pero los delegados lograron introducir ayer una pol¨¦mica moci¨®n al respecto.
El texto sometido a discusi¨®n, y defendido fundamentalmente por el diputado Harvey Proctor, dec¨ªa: "Se pide el Gobierno de Su Majestad que proh¨ªba la inmigraci¨®n procedente de la nueva Commonwealth (Caribe) y Pakist¨¢n, que se aumenten los fondos para la repatriaci¨®n voluntaria de los naturales a sus pa¨ªses, y que se anule toda la legislaci¨®n sobre relaciones raciales". Nada m¨¢s llegar Proctor a la tribuna, de la que se hab¨ªa marchado minutos antes la primera ministra Margaret Thatcher, se oyeron los primeros gritos de protesta (verg¨¹enza, verg¨¹enza) y de apoyo.
La sesi¨®n se hab¨ªa iniciado con la intervenci¨®n de Cecil Parkinson, que estuvo rodeado en la tribuna de oradores por gran parte de sus colegas de Gobierno y por la primera ministra, Margaret Thatcher.
De la acogida del congreso depend¨ªa, seg¨²n la Prensa brit¨¢nica, el futuro pol¨ªtico del ministro favorito de Thatcher. Parkinson recibi¨® una acogida amigable, pero la gran mayor¨ªa de los delegados no se levant¨® para aplaudirle como hab¨ªa hecho con otros ministros. Tampoco lo hizo Margaret Thatcher, que aplaudi¨® discretamente con el semblante serio. Cecil Parkinson no logr¨® disipar la impresi¨®n de que m¨¢s tarde o m¨¢s temprano tendr¨¢ que abandonar el Gobierno, tal y como pidi¨® ayer p¨²blicamente el obispo de Bath, primera jerarqu¨ªa de la Iglesia de Inglaterra que hace o¨ªr su voz en relaci¨®n con el esc¨¢ndalo de adulterio que Parkinson protagoniz¨® la semana pasada.
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