Graves deficiencias estructurales bloquean el desarrollo de Andaluc¨ªa
El desarrollo econ¨®mico de Andaluc¨ªa, bloqueado por una serie de nudos (deficiente estructura productiva, aislamiento geogr¨¢fico con el exterior, dispersi¨®n interna, desv¨ªos de la financiaci¨®n, inexistencia de capitalistas vinculados a actividades productivas), depender¨¢ fundamentalmente de la puesta en marcha de fuerzas propias.
Este es el mensaje fundamental que ha elevado a la Junta un informe sobre las potencialidades de la regi¨®n en la perspectiva de la entrada de Espa?a a la Comunidad Econ¨®mica Europea, encargado a nueve catedr¨¢ticos, doctores y licenciados en Econom¨ªa. El texto acaba de ser publicado por el Banco Exterior de Espa?a en un libro de 500 p¨¢ginas, titulado Claves para el desarrollo econ¨®mico de Andaluc¨ªa.Pese a la afirmaci¨®n de que sin la voluntad pol¨ªtica y social de los propios andaluces, Andaluc¨ªa no se desarrollar¨¢ o por lo menos no lo har¨¢ en una direcci¨®n aceptable, los autores del informe, dirigido por Juan Antonio Payno, llegaron a la conclusi¨®n de que s¨®lo un factor de desarrollo en el sur puede tirar de las extensas zonas interiores de la, Pen¨ªnsula. M¨¢s adelante, adem¨¢s, Andaluc¨ªa deber¨¢ saltar el Estrecho y ser un agente primordial en las relaciones con ?frica.
Aislamiento completo
Ahora, sin embargo, el aislamiento es casi completo, y no cabe esperar superarlo con la integraci¨®n en la CEE. Subdesarrollada, agraria y poco abierta comercialmente, por sus escasos lazos con la CEE, incluso de trabajo y capital, su inter¨¦s por ingresar se deriva del necesario mantenimiento de la exportaci¨®n agraria y de precaverse contra la creciente competencia planeada por los pa¨ªses del Norte de ?frica.Las caracter¨ªsticas de este desarrollo son explicadas en la tradicional funci¨®n de Andaluc¨ªa, durante el crecimiento econ¨®mico espa?ol, de suministrar trabajo y capital a los centros m¨¢s din¨¢micos. Ello ha alimentado una ineficiencia que debe romperse. En primer lugar, la ineficiencia productiva, manifestada por el hecho de que el sector primario, base fundamental de la econom¨ªa, presenta un excesivo peso del subsector agr¨ªcola; la productividad de la superficie agraria ¨²til est¨¢ por encima de la media espa?ola, pero por debajo de las regiones ganaderas y de huerta. As¨ª, el subdesarrollo carece de alternativas: el desempleo agrario es m¨¢s grave porque no hay otro sector que pueda absorberlo. El sector de servicios, insuficiente, ha crecido al margen de la actividad productiva regional, polarizado hacia los servicios prestados por la Administraci¨®n p¨²blica y con un reparto espacial muy desigual. La hipertrofia no se ha dado por la posibilidad de emigraci¨®n, pero puede existir en el futuro por la crisis, que impide la emigraci¨®n, y el paro, que provoca migraciones de las zonas m¨¢s deprimidas a las m¨¢s din¨¢micas.
Por ¨²ltimo, siendo una de las regiones menos industrializadas, predomina el minifundismo, las explotaciones artesanales de car¨¢cter familiar con m¨¦todos tradicionales, junto a otras modernas, pero dispersas y poco integradas, sin posibilidad de econom¨ªas de escala. Fuera de algunas industrias alimentarias, falta un capitalismo industrial, problema acentuado por la polarizaci¨®n marcada de clases sociales (la dominante es minoritaria y con alto grado de poder derivado de la propiedad de la tierra, mientras que las clases son muy reducidas y con escasa vinculaci¨®n a actividades productivas).
Recomendaciones
En este contexto, los autores del estudio se?alan que de nada sirve estimular la producci¨®n si antes no se estimula el esp¨ªritu die empresa. Tampoco valen las ventajas crediticias, que hoy favorecen la exportaci¨®n de capital. Asimismo, detectan cuatro econom¨ªas distintas, configuradas por dos ejes: el interior (C¨®rdoba, Ja¨¦n y Granada), de mayor desarrollo relativo, y la Andaluc¨ªa del Estrecho (Sevilla, C¨¢diz y M¨¢laga), de mayor vitalidad y diversificaci¨®n; junto a ellas, dos provincias con problemas muy espec¨ªficos, Huelva y Almer¨ªa. Entre todas ellas hay una desarticulaci¨®n espacial, y las redes de transporte no facilitan ni la comunicaci¨®n entre n¨²cleos ni el tr¨¢nsito de actividades econ¨®micas en los espacios de dispersi¨®n. Alrededor, "no hay ning¨²n espacio que pueda provocar efectos de difusi¨®n", exceptuado el tr¨¢fico mar¨ªtimo alrededor del Estrecho.Debido a todo ello, el aumento de los flujos de capitalino acelera los procesos acumulativos necesarios para la actividad empresarial. Y los efectos positivos del sector p¨²blico, que colocan la renta disponible por encima de la interior, no suponen incremento de la capacidad financiera, sufragan en su mayor parte gastos corrientes, y no generan capacidad productiva. Lo que acaba reforzando actitudes pasivas y receptivas. Por la interrelaci¨®n de estos problemas, concluyen los autores que de nada servir¨ªa tocar los de pobreza si no se rompen los bloqueos, para los que piden prioridad, frente al est¨ªmulo a sectores. Hay que modificar la especializaci¨®n productiva aprovechar mejor las materias primas.
En el sector agrario, ello debe traducirse en mejorar la especializaci¨®n de cultivos y productos, racionalizar las explotaciones, aumentar las extensiones de regad¨ªo, reforzar la relaci¨®n entre agricultura e industria, fomentar la formaci¨®n de cooperativas y el -desarrollo de una nueva f¨®rmula jur¨ªdica que permita su crecimiento y la creaci¨®n de sociedades de compra y comercializaci¨®n, organizar agencias oficiales que suministren informaci¨®n al agricultor, integrar y fomentar lo forestal y ganadero.
En la industria, mejorar la productividad y el tama?o de los establecimientos, mejorar la especializaci¨®n de industrias alimentarias, fomentar los transformados met¨¢licos y los art¨ªculos de cuero y madera, facilitar la presencia de sectores de maquinaria y qu¨ªmicas, crear una red de conexiones, emprender acciones comunes con las autonom¨ªas lim¨ªtrofes, y con Portugal y Marruecos. Todo ello, manteniendo las actividades existentes hasta que puedan ser reemplazadas o reestructuradas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Relaciones auton¨®micas
- Derecho constitucional
- Boicoteo
- Pol¨ªtica agraria
- Financiaci¨®n auton¨®mica
- Conflictos comerciales
- Gobierno auton¨®mico
- Andaluc¨ªa
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Pol¨ªtica exterior
- Comunidades aut¨®nomas
- Comercio
- Derecho
- Agricultura
- Finanzas p¨²blicas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Uni¨®n Europea
- Agroalimentaci¨®n
- Legislaci¨®n
- Organizaciones internacionales
- Justicia
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Espa?a