La derecha francesa apoya la pol¨ªtica del El¨ªseo en L¨ªbano

El presidente franc¨¦s, Frangois Mitterrand, con su viaje de ida y vuelta a Beirut, consigui¨® un golpe de efecto que le granje¨® simpat¨ªas pol¨ªticas circunstanciales en la oposici¨®n de derechas y, una vez m¨¢s, como el ¨²ltimo fin de semana, a cuenta de su pol¨ªtica estrat¨¦gica antipacifista, desguaz¨® algo m¨¢s la mayor¨ªa parlamentaria que le apoya. Los comunistas, abierta y escandalosamente, escupen los ncies en la cara de Mitterrand. Por lo que afecta al drama liban¨¦s, el presidente socialista, con su viaje rel¨¢mpago, ha querido, sobre todo, evidenciar la decisi¨®n francesa demantener sus tropas ante la provocaci¨®n. Pero esto ¨²ltimo cabe pensar que no se prolongar¨¢ indefinidamente.Anoche, Mitterrand ya estaba de vuelta de Beirut, adonde lleg¨® de improviso por la ma?ana para demostrarles a los soldados franceses de la fuerza multinacional que "no est¨¢n solos". El diario independiente Le Monde, simpatizante de la izquierda gobernante, comentaba as¨ª ese objetivo del viaje: "No hay nada que a?adir, sino que es un bello gesto de simpat¨ªa y de solidaridad". El mismo peri¨®dico, as¨ª como otros diarios, estiman que, m¨¢s all¨¢ de estos primeros momentos posteriores a la provocaci¨®n terrorista, Francia debe clarificar su pol¨ªtica en L¨ªbano y, consecuentemente, repatriar o no sus soldados.

En t¨¦rminos expl¨ªcitos, si Francia ha enviado 2.000 soldados para pacificar el pa¨ªs, conseguir su unidad y forzar la evacuaci¨®n de todas las tropas extranjeras, y si este objetivo no se vislumbra, lo que aqu¨ª pide la mayor¨ªa de los franceses es que sus soldados regresen a sus casas, o que act¨²en llegado el caso. A esto ¨²ltimo, por ahora, las autoridades francesas se niegan rotundamente.

Mitterrand fue a Beirut despu¨¦s de mantener una conversaci¨®n telef¨®nica con su hom¨®logo norteamericano, Ronald Reagan, quien le dio garant¨ªas, seg¨²n afirman medios allegados al El¨ªseo, de que la Casa Blanca no piensa convertir L¨ªbano en el Vietnam de finales de siglo. Si as¨ª ocurriera, las tropas francesas no secundar¨ªan a las norteamericanas.

Mitterrand cuenta con el apoyo de la oposici¨®n de derechas para su pol¨ªtica libinesa, pero no de los comunistas que piden la vuelta de las tropas.