Cada contribuyente estar¨¢ adscrito a una de las 250 administraciones tributarias de nueva creaci¨®n
Al comenzar esta semana la segunda fase del "plan especial de lucha contra el fraude", Espa?a ha dejado de ser un catastro de cosas que producen renta, para convertirse en un censo de contribuyentes que pagan impuestos. Por ello, de ahora en adelante, los inspectores de Hacienda llevar¨¢n su lista de feligreses bajo el brazo, en lugar de la vieja cartera de fincas r¨²sticas, urbanas, coches u otros bienes. La Secretar¨ªa de Estado de Hacienda acaba de dar instrucciones a las delegaciones provinciales para la puesta en marcha, silenciosa y severamente, de la Ramada "reforma de la Administracci¨®n Tributaria" por la que ser¨¢n controlados y seguidos, en cada distrito fiscal, todos los contribuyentes espa?oles. El Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda piensa tambi¨¦n instaurar la "declaraci¨®n ¨²nica fiscal" para 1984 y la "cuenta corriente fiscal" para m¨¢s adelante.
El mapa de Espa?a, seg¨²n las l¨ªneas b¨¢sicas de esta reforma, queda cuadriculado en unas 250 administraciones tributarias territoriales -cada contribuyente estar¨¢ adscrito a una y s¨®lo a una de ellas-, en 56 delegaciones semejantes a las provinciales y en 17 superdelegaciones especiales, una por cada comunidad aut¨®noma. Las 250 o 300 mayores empresas recibir¨¢n atenci¨®n preferente en las "oficinas VIP" -Very Important Person- de Madrid y Barcelona, a las que est¨¢n ya siendo asignados los inspectores nacionales de Hacienda. Las empresas situadas en el segundo ranking ser¨¢n atendidas en varias oficinas especiales regionales.Los m¨¢s destacados del Cuerpo de Inspectores Financieros y Tributarios -que cuenta con una escalilla de unos 1.200 miembros- prestar¨¢n mayor dedicaci¨®n a las sociedades que a las personas f¨ªsicas. Muchos de ellos tendr¨¢n, incluso, que aceptar puestos de responsabilidad al frente de las nuevas administraciones territoriales, provinciales o regionales si quieren mantener su nivel de ingresos o aumentarlo, ya que la reforma prev¨¦, por primera vez en muchos decenios, que el jefe sea el jefe y que, adem¨¢s, gane m¨¢s que los subordinados. Hasta ahora, las resposabilidades recaudadoras o inspectoras no estaban claramente definidas y, en no pocos casos, algunos inspectores ganaban bastante m¨¢s dinero por el sistema de primas que los delegados de Hacienda.
El previsto cambio de baremos retributivos y de incentivos profesionales ha trastornado la tranquilidad de algunos inspectores que ven con recelo e, incluso, malestar e incomprensi¨®n una reforma que consideran perjudicial para los privilegios o tradiciones del Cuerpo. Fuentes del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda consideran, por el contrario, que la reforma, una vez conocida en sus objetivos y medios, ser¨¢ bien aceptada por los inspectores ya que les ampl¨ªa su horizonte profesional y les ofrece nuevas oportunidades de responsabilidad, adem¨¢s de las puramente inspectoras.
Pero si una gran parte de los 950 inspectores "de cartera", que suelen pasear por las calles su talonario de actas dentro de una vieja cartera de cuero, se encierran ahora en los despachos para gestionar -palabra que se repita machaconamente a lo largo de todos los informes y borradores de la autoridad fiscal- la nueva Administraci¨®n Tributaria, una buena parte de la tarea inspectora recaer¨¢ en el cuerpo auxiliar de subinspectores.
Lucha contra el fraude
Desde mediados de noviembre se est¨¢n cursando las ¨®rdenes para desarrollar la segunda fase del "plan especial de lucha contra el fraude fiscal", conocido en confianza como plan fin de a?o.
Ante la dif¨ªcil situaci¨®n planteada por el d¨¦ficit p¨²blico a toda la econom¨ªa espa?ola -el Estado segu¨ªa gastando m¨¢s de lo que recaudaba y a mayor ritmo- el Gobierno socialista fij¨® entre sus objetivos la reducci¨®n o el mantenimiento del gasto p¨²blico y el aumento de los ingresos. Si el d¨¦ficit p¨²blico se ha contenido, no ha sido precisamente por la reducci¨®n de los gastos de un. Estado manirroto, sino por el cumplimiento al 96% del presupuesto de ingresos y con un descarado aumento de la presi¨®n fiscal del 1,6% sobre el a?o anterior.
El plan fin de a?o va dirigido principalmente a la nueva organizaci¨®n que deber¨¢ gestionar las declaraciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas F¨ªsicas del ejercicio 1983 y que deber¨¢n realizarse en 1984, en base, con toda probabilidad, a una nueva concepci¨®n tributaria conocida como "declaraci¨®n fiscal ¨²nica" que englobar¨¢ todos los impuestos que recaen sobre cada sujeto.
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