Arzallus y la reforma interna de su partido
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) fue fundado en 1895. Su estructura confederal y r¨ªgidamente piramidal ha permanecido inalterable desde comienzos de siglo, y sus estatutos actuales son, en los fundamental, los aprobados en 1932. Su letra obliga a que cualquier decisi¨®n pol¨ªtica deba pasar por el complicado filtro de toda la estructura partidista, cuya base est¨¢ constituida por las juntas municipales.El proceso de toma de decisiones, seg¨²n queja que dista de ser infrecuente entre los dirigentes m¨¢s avezados en la batalla parlamentaria, es de una. lentitud desesperante. Por lo dem¨¢s, el r¨ªgido sistema de incompatibilidades entre cargos internos y representantes p¨²blicos obliga sistem¨¢ticamente, seg¨²n las mismas fuentes, a pasarse la vida desvistiendo un santo para arropar a otro.
De ah¨ª que, una vez elegido presidente del consejo nacional del partido, en 1979, Xavier Arzallus se propusiera como tarea prioritaria de su trabajo la modernizaci¨®n interna del partido y, en primer lugar, la reforma de sus estatutos. Tras largos debates, que se prolongan desde hace ya un a?o, la asamblea nacional acept¨® el pasado fin de semana eliminar de aqu¨¦llos la cl¨¢usula que imped¨ªa a los cargos internos permanecer en sus puestos por m¨¢s de dos per¨ªodos bianuales consecutivos.
Dicha reforma permitir¨ªa, en principio, la reelecci¨®n de Arzallus en el proceso de renovaci¨®n interna, que de momento ha sido aplazado hasta despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas.
Que acepte presentarse es una petici¨®n que le ha sido hecha reiteradamente, tanto en los debates como en art¨ªculos de opini¨®n publicados en la prensa nacionalista, en ocasiones con una encendida prosa. "Arzallus", pod¨ªa leerse en uno de esos art¨ªculos el pasado 2 de octubre, "tiene una gran bombilla siempre encendida dentro del cerebro, que puede iluminar todo el partido. Su talla intelectual le permite dialogar o discutir con cualquier presidente de Gobierno, incluyendo a Reagan". El autor del art¨ªculo advert¨ªa que Arzallus "no necesita que yo magnifique sus extraordinarias cualidades de dirigente excepcional. Puedo afirmar, sin ser tachado de pedante m¨¢s que por los que lo son, que es un l¨ªder nato, un fuera de serie como no hay otro en todo el Estado espa?ol".
Pese a tales invitaciones, quienes conocen bien a Arzallus aseguran que ¨¦ste no se volver¨¢ atr¨¢s de su decisi¨®n inicial, p¨²blicamente expresada hace meses, seg¨²n la cual "no ser¨ªa propio ni honesto que se aplicase a mi persona una reforma realizada mientras yo permanec¨ªa en el cargo". Descartada por la asamblea nacional la posibilidad alternativa de crear una presidencia honoraria especialmente para ¨¦l, la futura participaci¨®n de Xabier Arzallus se canalizar¨¢ probablemente a trav¨¦s de su integraci¨®n en el consejo consultivo, ¨®rgano previsto en los estatutos y que ya sirvi¨® en 1970 para prolongar la influencia en la cima del partido de quien durante los a?os de clandestinidad fuera su l¨ªder indiscutible: Juan Ajuriaguerra.
En 1971, Ajuriaguerra fue, sin embargo, reclamado por la direcci¨®n de Vizcaya, en raz¨®n de las condiciones de aguda efervescencia pol¨ªtica que siguieron al proceso de Burgos. El viejo l¨ªder nacionalista se neg¨® a aceptar la invitaci¨®n por respeto a los estatutos, pero propuso que se llamase a Luis Mar¨ªa Retolaza, un aut¨¦ntico n¨²mero dos -dirigente discreto, eficaz, poco amigo de figurar-, el cual acept¨® con la condici¨®n de que tambi¨¦n se llamase a un profesor de derecho pol¨ªtico, ingresado un a?o antes en el partido, llamado Xavier Arzallus. Si, como parece probable, este ¨²ltimo renuncia a la reelecci¨®n, ser¨¢ su antiguo mentor, Retolaza, actual consejero de Interior del Gobierno vasco, quien mayores posibilidades tenga de ocupar el cargo vacante. Eso piensan, al menos, los m¨¢s expertos peneuve¨®logos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.