Fellini: "Soy incapaz de decir la verdad"
El director italiano convers¨® en Roma con la Prensa extranjera
Los corresponsales de la prensa extranjera destacados en Roma ten¨ªan una cita con Federico Fellini desde hac¨ªa siete a?os. Ha sido ahora, para hablar de Y la nave va, su ¨²ltima y m¨¢s dif¨ªcil pregunta, cuando el realizador ha accedido. Pero exigi¨® que no fuera una conferencia de prensa, sino una reuni¨®n informal, una copa entre amigos. No lo consigui¨®. Se acalor¨®, discuti¨® y respondi¨® a las preguntas.
Hab¨ªa llegado con un cuarto de hora de adelanto. Este corresponsal se lo encontr¨® en la calle. Estaba muy nervioso: "Yo no s¨¦ lo que os puedo decir que no haya dicho en mis pel¨ªculas. Y adem¨¢s estoy sin voz, con catarro". Y la forma con la que se cubr¨ªa garganta y boca con la gran bufanda granate y se apretaba el sombrero hasta taparle cejas y orejas hubiese hecho pensar a un psicoanalista que se trataba de un s¨ªntoma para escabullirse del examen.Retras¨® el subir a la sala donde esperaban los periodistas con la excusa de que ten¨ªa que esperar a un amigo. "Entonces parece ser que la nave va...", le dijo a este peri¨®dico?. Y Fellini respondi¨® como obsesionado: "Lo que no va es mi catarro", y se llev¨® la bufanda a la boca. Y el cine italiano ?va o no va? "No va, est¨¢ agonizando", respondi¨® con decisi¨®n. Este corresponsal le subray¨® que son los grandes directores de cine quienes hablan de esta agon¨ªa, mientras que los j¨®venes son optimistas. "Es verdad", dijo Fellini, "es un problema generacional. A nosotros nos preocupa el ocaso, el que se nos paralice la creatividad, el no saber ya qu¨¦ decir. Y somos, pesimistas. Los que empiezan, al rev¨¦s, necesitan ser optimistas para no dejar las armas, para seguir respirando".
Alguien le record¨® una afirmaci¨®n suya: "Soy constitucionalmente incapaz de decir la verdad", y le pregunt¨® si era cierto. "Ni el mejor psicoanalista", dijo Fellini, "sabr¨ªa responder a esto. Es verdad que lo dije, pero no es la respuesta desenvuelta de un mentiroso cr¨®nico. Lo que ocurre es que yo cuento las cosas con im¨¢genes y tengo que atravesar por fuerza esos corredores que se llaman la subjetividad". Uno a cero.
"Su pel¨ªcula Y la nave va me parece cansada". "Y a m¨ª me parece viv¨ªsima", responde. "Me parece vieja". "Y a m¨ª me parece nuevo cada fotograma". "Me parece sin fantas¨ªa". "Y a m¨ª, llena de creatividad". El periodista que lo hab¨ªa atacado hab¨ªa empezado diciendo que siempre hab¨ªa admirado a Fellini. Y el autor de La dolce vita dijo con sorna: "Ahora que ha hablado un amigo, que me pregunte otra cosa un enemigo
Hab¨ªa curiosidad por saber qu¨¦ iba a ver al cine el gran Fellini. Y, como se pod¨ªa esperar, su respuesta desconcierta. "Voy muy poco a ver las pel¨ªculas de los otros. Algunas las he visto con confianza, como por ejemplo las de Bu?uel". Y a?adi¨®: "Yo no soy exigente. Me gustan mucho las de 007". Hay risitas. "Y, sin embargo", coment¨® Fellini, "se trata de un cine que pasar¨¢ a la historia. Pienso que se trata de una documentaci¨®n magn¨ªfica de un mundo criminal, terror¨ªfico, de insectos. Hay en estas pel¨ªculas m¨¢s historia verdadera que en tantas otras que se llaman comprometidas. Dentro de 100 a?os ser¨¢ precioso este cine para estudiar esta ¨¦poca nuestra". El corresponsal de la agencia sovi¨¦tica Tass, en un italiano con acento marcadamente rudo, le pregunt¨® si es verdad que en su ¨²ltimo filme, Y la nave va, ha querido indicar que el mundo est¨¢ corriendo hacia un peligro. Y Fellini, con sorna, le respondi¨®: "No creo que sea el ¨²nico que hoy dice estas cosas. Aunque creo que quiz¨¢ usted me pueda informar mejor sobre este asunto". Hubo carcajadas. significativas.
"La gente aplaude cuando sucede la cat¨¢strofe. Es como un aplauso liberador. La pel¨ªcula habla de ese miedo que a todos nos tiene como cogida la garganta desde hace tiempo, y cuando ve en im¨¢genes la cat¨¢strofe es como si dijera: 'Ya est¨¢ ah¨ª, ya ha pasado'. Y es que se trata de un miedo", dijo Fellini, "que es tan agudo que nos paraliza a todos, nos hace asociales, nos impide hacer programas para el futuro".
Babelia
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