La protecci¨®n civil ser¨ªa in¨²til en caso de guerra at¨®mica, seg¨²n la asociaci¨®n m¨¦dica brit¨¢nica
La llegada de los primeros euromisiles a Europa, concretamente a la base a¨¦rea de Greenham Common, a 80 kil¨®metros al este de Londres, ha vuelto a poner sobre el tapete en el Reino Unido la pol¨¦mica sobre la necesidad y ericacia de un servicio de protecci¨®n civil. Hasta ahora, el Gobierno conservador no ha conseguido que la mayor¨ªa de los ayuntamientos y autoridades locales participen en ejercicios para planear la supervivencia frente a un ataque nuclear. Muchas autoridades locales estiman que dichos ejercicios suponen una p¨¦rdida de tiempo y de dinero: si estalla una guerra nuclear, todos los planes se demostrar¨¢n absurdos
El Reino Unido tiene una gran experiencia y una demostrada eficacia en la organizaci¨®n de servicios de protecci¨®n civil. Durante la segunda guerra mundial, la defensa civil realiz¨® una abnegada labor que salv¨® miles de vidas. Todos los esfuerzos, abnegaci¨®n y capacidad de sacrificio de la poblaci¨®n civil ser¨¢n, sin embargo, perfectamente in¨²tiles en el caso de un conflicto nuclear, seg¨²n el estudio realizado este a?o por la British Medical Association. Una sola bomba de un megat¨®n de potencia arrojada sobre la catedral de San Pablo, en la city londinense, provocar¨ªa 1.600.000 de heridos por la onda expansiva y 650.000 quemados graves: todo el Servicio Nacional de la Salud del pa¨ªs entero ser¨ªa insuficiente para atender el desastre. El Ministerio del Interior prepara, pese a todo, un proyecto de ley para obligar a las autoridades locales a mantener al d¨ªa y a perfeccionar sus sistemas de protecci¨®n. El Gobierno ha aceptado reyisar sus c¨¢lculos y previsiones formuladas en un ejercicio llamado hard rock que prepar¨® en 1982, y que, seg¨²n los expertos, es excesivamente optimista: las v¨ªctimas de un conflicto nuclear ser¨ªan probablemente casi el triple de las previstas.Refugios caseros
Hard rock preve¨ªa una escalada del conflicto lo suficientemente lenta como para permitir la adopci¨®n de una serie de medidas antes de que cayera sobre el Reino Unido el primer cohete at¨®mico. Por ejemplo, calculaba que dar¨ªa tiempo a publicar en la Prensa y difundir por todos los medios de comunicaci¨®n un folleto -Public do it yourself civil defense- con una serie de recomendaciones para la construcci¨®n de refugios elementales, a base de puertas desgajadas de sus marcos, ventanas pintadas de color blanco y minialmacenes de comida y agua. Los expertos gubernamentales pensaban, aun as¨ª, que una vez producido el ataque cada m¨¦dico brit¨¢nico tendr¨ªa que atender a unos 900 pacientes.
El informe de la British Medical Association, elaborado en 18 meses por un equipo de cinco prestigiosos doctores, ech¨® por tierra todas las previsiones oficiales. Su trabajo ha sido considerado como el m¨¢s importante y realista de cuantos se han publicado en Europa occidental al respecto.
El panorama que dibuj¨® el informe -Medical Effects of The Nuclear War- es dantesco. El n¨²mero de v¨ªctimas, si se produjeran explosiones equivalentes a 200 megatones, lo que no se considera imposible dada la rapidez de la escalada, ser¨ªa de 40 millones de personas. En Hiroshima, recuerdan los expertos, murieron el 90% de las enfermeras, pero aunque no ocurriera asi pasaran entre 10 y 21 d¨ªas antes de que el nivel de radiaci¨®n bajara lo suficiente como para permitir un trabajo m¨¦dico organizado. Los hospitales que hubieran quedado en pie ser¨ªan asaltados por los miles de heridos y por los familiares de las v¨ªctimas y las existencias de medicinas y de drogas para calmar el dolor quedar¨ªan agotadas en poco tiempo. Enterrar los muertos ser¨ªa pr¨¢cticamente imposible: en la segunda guerra mundial se precisaron ocho semanas para sepultar, en Filipinas, 36.000 cad¨¢veres.
El hundimiento de los servicios m¨¦dicos ser¨ªa completo, ello sin contar con la reacci¨®n psicol¨®gica que producir¨ªa una cat¨¢strofe semejante y que los cinco m¨¦dicos estiman completamente impredecible. Tres bombas, cada una de un megat¨®n de potencia, en Birmingham, Wolverhampton y Conventry, centros industriales, producir¨ªan 1.700.000 muertos y heridos. ?C¨®mo reaccionar¨ªan los supervivientes?
Al salir, situaci¨®n dantesca
Quienes quedaran con vida en contrar¨ªan, al abandonar los refugios, una situaci¨®n dantesca; y quienes hubieran quedado completamente inafectados -debido a la lejan¨ªa del centro de la explosi¨®n- no podr¨ªan entrar f¨¢cilmente en las zonas contaminadas. Las comunicaciones quedar¨ªan rotas y ser¨ªa imposible facilitar alimentos bebida y calefacci¨®n en condiciones adecuadas.
La British Medical Association consider¨® inevitable la aparici¨®n de epidemias de c¨®lera, tifus, malaria y tuberculosis, as¨ª como de difteria y polio. Los animales m¨¢s resistentes a las radiaciones ser¨ªan las moscas, pulgas, gusanos y ratas. Precisamente, los mejores medios para la transmisi¨®n de enfermedades infecciosas.
Los incendios provocados por el calor que desprender¨ªa la explosi¨®n nuclear podr¨ªan ser dificilmente atajados debido a la ruptura de las conducciones de agua y la imposibilidad de organizar un servicio de extinci¨®n. Atender a los quemados ser¨ªa una tarea prioritaria, pero imposible: todo aquel que sufriera quemaduras de tercer grado estar¨ªa condenado a morir, al igual que los que sufrieran heridas abdominales. "Todo intento de elaborar planes para organizar servicios m¨¦dicos y abastecimientos de agua y comida tras una explosi¨®n nuclear es un mito", sentencia el informe de la British Medical Association. El Gobierno, pese a todo, estima que millones de vidas podr¨ªan ser salvadas, especialmente con medidas preventivas frente a las radiaciones. Las autoridades brit¨¢nicas reconocen que poca ayuda podr¨ªa ser proporcionada a los habitantes de la ciudad atacada, pero estima que los planes de defensa civil podr¨ªan aliviar la situaci¨®n de quienes vivan en un per¨ªmetro alejado.
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