Inexactitudes sobre Argentina

Hace seis, a?os que dej¨¦ Argentina, mi pa¨ªs, para iniciar una nueva vida en Espa?a, tierra de mis mayores. Leo con l¨®gico inter¨¦s todo lo que se publica sobre Argentina y, muy especialmente, las notas de Mart¨ªn Prieto.Precisamente quiero hacer unas puntualizaciones sobre la cr¨®nica, del 6 de noviembre (La resistible ascensi¨®n de Herminio Iglesias), respecto a la descripci¨®n que hace el periodista de la ciudad de Avellaneda. Nos cuenta que Avellaneda es "uno m¨¢s de los pueblos que conforman el Gran Buenos Aires...", "y es para los porte?os como el Chicago de los a?os treinta, y un poco s¨ªmbolo de la corrupci¨®n, la violencia y la inmoralidad". Pues bien, he nacido y vivido en Avellaneda hasta 1977 y creo que es interesante aclarar que el pueblo a que se refiere Prieto es una ciudad de alrededor de un mill¨®n de habitantes y que no es para ning¨²n porte?o otro s¨ªmbolo m¨¢s que el que es: el centro industrial y comercial m¨¢s importante de la provincia de Buenos Aires. Afirmo que la "corrupci¨®n, la violencia y la inmoralidad" s¨®lo existen en la truculenta imaginaci¨®n del periodista, tan proclive a las generalizaciones, exageraciones e incluso tergiversaciones de la realidad argentina.

Otra inexactitud: fui vecino de Avellaneda cuando Iglesias ocupaba su intendencia. Aseguro que nunca pagu¨¦ ning¨²n impuesto "mediante un trabajo de concienciaci¨®n personal", como dice Prieto que ocurr¨ªa con los vecinos, ni sufr¨ª presiones por ello. Creo que no es necesario exagerar sobre la realidad argentina, aun comprendiendo los motivos que pueden llevar al cronista a ello, toda vez que esa realidad es ya de por s¨ª muy exagerada.

Con respecto a Herminio Iglesias, por lo menos hasta el a?o 1977, y aun siendo intendente, fue para la mayor¨ªa un desconocido. Sus fechor¨ªas se circunscribieron casi exclusivamente a su sindicato, la Uni¨®n Obrera Metal¨²rgica, y al ¨¢mbito pol¨ªtico peronista (si no, que lo digan quienes lo sufrieron en la Juventud Peronista de Avellaneda), y no fue m¨¢s all¨¢ . Siempre fue para nosotros el prototipo de bur¨®crata sindical, t¨¦rmino con el cual los argentinos definimos a los sindicalistas mafiosos y traidores de su clase. De todas, maneras, su influencia en Avellaneda ha sido, comparada con la ejercida por los militares, m¨ªnima. Menos mal. /