Una vasta obra donde coinciden el intelectual y el artista
El granadino Francisco Ayala ha sido casi todo en su oficio intelectual: profesor, investigador social, investigador literario, traductor, ensayista, articulista, pensador, novelista, fil¨®sofo, soci¨®logo, moralista, analista pol¨ªtico, cuentista, conferenciante. Su vida transcurre entre dos mundos muy lejanos, Espa?a y Estados Unidos, y de los dos se alimenta simult¨¢neamente Ayala, sin perder su unidad primordial, en la que el artista y el intelectual, caso poco frecuente, coinciden plenamente.Naci¨® hace 77 a?os, en 1906, en Granada. Su gran pasi¨®n fue, entre sus muy variados talentos, la literatura pura, la ficci¨®n, bien como creaci¨®n propia o bien como estudioso de la ficci¨®n ajena. Antes de que la victoria de los ej¨¦rcitos franquistas le expulsase de su pa¨ªs durante cuatro d¨¦cadas, hab¨ªa formado parte d1 uno de los centros neur¨¢lgicos, Revista de Occidente, de la vida intelectual espa?ola, desde que con 19 a?os, edad muy prematura para un novelista, public¨® su Tragicomedia de un hombre sin esp¨ªritu.
Desde este libro precoz, con resonancias clasicistas, hasta el ex?lio de 1939, Francisco Ayala atraves¨® todas las vanguardias, y testimonio de ello son Historia de un amanecer, de 1929; El boxeador y un ¨¢ngel, del mismo a?o; Cazador en el alba, de 1930, y un libro sobre cine, uno de los primeros de esta especialidad en la cultura espa?ola, Indagaci¨®n del cinema.
Luego, el Ayala novelista guard¨® durante a?os silencio y dej¨® la palabra al profesor y al soci¨®logo. Fue, en la universidad de Madrid, catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico. "Era aquella una ¨¦poca en la que uno no estaba para escribir historias", dijo en cierta ocasi¨®n el escr¨ªtor.
Monumento al pesimismo
Y, ya en el exilio, la pasi¨®n narrativa resurgi¨® en ¨¦l, esta vez incontenible, entre sus ?das y venidas, por el norte y el sur del continente americano: Los usurpadores, de 1944; La cabeza del cordero, de 1949; Historia de macacos, de 1955, y Muertes de perro, de 195 8, fueron, con Elfondo del vaso y El as de bastos, para las letras espa?olas, la recuperaci¨®n de uno de sus m¨¢s grandes narradores contempor¨¢neos, un despiadado y voraz contemplador ir¨®nico de la naturaleza humana.En 1971 public¨® las extra?as y enso?adoras p¨¢ginas de El jard¨ªn de las delicias, uno de los monumentos del pesimismo espa?ol. Y est¨¢n, como apoyo al creador de ficciones, sus libros de pensamiento: Experiencia e invenci¨®n, La novela: Gald¨®s y Unamuno, Reflexiones sobre la estructura narrativa, Tratado de sociolog¨ªa, Introducci¨®n a las ciencias sociales y otros, que componen uno de los cuerpos literarios e intelectuales m¨¢s diferenciados e intensos de nuestras letras vivas.
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