Venezuela cerro ayer la campa?a electoral m¨¢s larga, costosa y ¨¢spera en el ¨²ltimo cuarto de siglo
El futur¨®logo norteamericano Melvin Shapiro ha sido el ¨²ltimo protagonista de esta irregular campa?a. El hombre que en su tarjeta de presentaci¨®n dice haber vaticinado la elecci¨®n de Reagan, Luis Herrera Campins y Juan Pablo II ha anunciado ahora que Jaime Lusinchi ganar¨¢ con 3,2 millones de votos, lo que representar¨ªa un 45%. de las papeletas v¨¢lidas. M¨¢s o menos lo mismo que vienen apuntando las encuestas.En este pa¨ªs donde todo el mundo cree en brujas (el propio Lusinchi dice: "Yo no creo, pero que vuelan, vuelan"), el partido Acci¨®n Democr¨¢tica (AD) se ha apresurado a publicar grandes encartes publicitarios en la Prensa con el aval de Shapiro para su candidato. En el fondo no han hecho otra cosa que copiar lo que hicieron sus adversarios de COPEI cinco a?os atr¨¢s, cuando la bola de cristal era ben¨¦fica para ellos.
La reacci¨®n de los copeianos no se ha hecho esperar. Su secretario general, Eduardo Fern¨¢ndez, ha utilizado espacios pagados en televisi¨®n para advertir que tal profec¨ªa es un enga?o, ya que se Shapiro ofreci¨® tambi¨¦n a su partido un anuncio del triunfo, previo pago de 250.000 d¨®lares (39 millones de pesetas).
La an¨¦cdota de los brujos -el Comit¨¦ de Organizaci¨®n Pol¨ªtica Electoral Independiente (COPEI) tiene tambi¨¦n los suyos- es apenas un indicador m¨¢s del baj¨ªsimo nivel que ha tenido una campa?a iniciada en mayo del pasado a?o. El propio presidente, Luis Herrera, manifest¨® a comienzos de semana que el electorado sigue sin conocer a¨²n el programa de acci¨®n de los dos candidatos principales.
Consultores de EE UU
Junto a los adivinos y vidente que predicen el futuro por las estrellas o los n¨²meros, han jugado un importante papel en la campa?a dos consultores pol¨ªticos norte americanos contratados por los partidos l¨ªderes: David Gartch, por COPEI, y Joe Napolitan, por AD. Este ¨²ltimo ha pasado algo m¨¢s desapercibido, en tanto que Gartch, que asesor¨® al ex primer ministro israel¨ª Men¨¢jem Beguin en sus campa?as electorales, ha logrado centrar casi todos los ataques. Sus adversarios pol¨ªtico han llegado a pedir al Consejo Su premo Electoral su expulsi¨®n de pa¨ªs por injerencia en los asunto internos. Muchas de las maniobras nada limpias ideadas por el equipo de Caldera parecen haberse urdido en su despacho. Los adecos le acusan, por lo dem¨¢s, de haber cobrado la fant¨¢stica suma de 20 millones de d¨®lares (m¨¢s de 3.000 millones de pesetas).Mientras Caldera acusa a Lusinchi de incapacidad, falta de liderazgo, escasa afici¨®n a la cosa p¨²blica y recuerda de paso su fama de juerguista, el candidato adeco dice que su oponente es un aspirante a caudillo, que desprecia a sus conciudadanos, cargado de odio, incapaz de escuchar a nadie y que, para colmo de un pa¨ªs en crisis, no se interesa por las cuestiones econ¨®micas.
Este tipo de lenguaje ha.ocupado gran parte de los espacios de televisi¨®n y las intervenciones p¨²blicas. El resto se ha ido en promesas, a menudo de dif¨ªcil cumplimiento, sin que nadie haya explicado c¨®mo va a ponerlas en pr¨¢ctica.
El m¨¢s prometedor ha sido sin duda Caldera. Seguramente porque desde que arranc¨® la campa?a estaba en desventaja en todas las encuestas. En ninguno de los sondeos publicados hasta el 17 de noviembre (fecha tope impuesta por el Consejo Supremo Electoral) alcanz¨® el 30%, mientras que Lusinchi manten¨ªa una c¨®moda ventaja que nunca baj¨® de 15 puntos.
Ante este resultado permanentemente adverso, el socialcristiano Rafael Caldera, que ya ocup¨® la presidencia de 1969 a 1974, adopt¨® una triple estrategia: exponer un amplio cap¨ªtulo de compromisos, distanciarse del actual Gobierno, que preside su correligionario Herrera, e intensificar la presencia de su color verde en la calle.
En medio de una incontinencia verbal cada vez m¨¢s pronunciada, el candidato copeiano ha prometido crear un mill¨®n de empleos en cinco a?os, subidas de salarios, seguro de paro, adaptar las pensiones al costo de vida real, ofrecer viviendas sin pago inicial, bono alimentario para las familias m¨¢s necesitadas, estabilizar el bol¨ªvar, reactivar la econom¨ªa, frenar la delincuencia, conseguir la autosuficiencia en alimentos b¨¢sicos...
Lusinchi ha sido algo m¨¢s cauto, pero tampoco se ha quedado atr¨¢s. En lugar de prometer un mill¨®n de empleos habla de una pol¨ªtica de pleno empleo, para a?adir a continuaci¨®n que hay en el pa¨ªs m¨¢s de un mill¨®n de parados y que cada a?o se incorporan al mercado laboral unos 250.000 venezolanos. Su compromiso de pleno empleo se vuelve as¨ª m¨¢s ambicioso de hecho, porque equivaldr¨ªa a crear dos millones de puestos de trabajo en su mandato. Tampoco hay grandes diferencias en el cap¨ªtulo de la vivienda o en el desarrollo de la agricultura. Ambos est¨¢n seguros de convertir esta naci¨®n insolvente en el pa¨ªs de las maravillas.
Los dos cuentan para ello con el sector de la construcci¨®n, que se encuentra casi paralizado. Con su reactivaci¨®n esperan frenar el desempleo y movilizar toda la econom¨ªa. T¨¦cnicos ajenos a los dos partidos hegem¨®nicos opinan que el pa¨ªs deber¨¢ cruzar necesariamente uno o dos a?os de austeridad y estabilizaci¨®n para hacer frente a sus obligaciones crediticias. Con esa receta es dif¨ªcil pensar a corto plazo en nuevos empleos.
Amargo despertar
El paro, la inflaci¨®n, la seguridad ciudadana y la vivienda son, por este orden, los problemas que m¨¢s preocupan a los venezolanos de la gran ciudad, que el 18 de febrero tuvieron un amargo despertar. La opulenta naci¨®n petrolera, que importaba hasta el pan rallado, se encontr¨® de pronto con que no pod¨ªa pagar su deuda exterior y con que el bol¨ªvar empezaba un deslizamiento vertiginoso que ha triplicado el precio del d¨®lar.Desde entonces hasta ahora m¨¢s de 400 empresas han cerrado sus puertas, el paro reconocido ronda el 20% y el Gobierno no ha conseguido renegociar con la banca internacional su deuda de 30.000 millones de d¨®lares, despu¨¦s de haber rechazado con ¨¦nfasis las exigencias del Fondo Monetario Internacional. Ser¨¢ ¨¦sta una herencia suplementaria para el pr¨®ximo Gobierno.
Ante una tendencia a la baja de los precios internacionales del petr¨®leo, ninguno de los dos candidatos ha explicado de d¨®nde van a salir los fondos para reactivar la econom¨ªa. Tal vez esto pudiera lograrse s¨®lo, piensan algunos economistas, con la repatriaci¨®n, aunque sea parcial, de los 11.000 millones de d¨®lares (1,7 billones de pesetas) que los venezolanos tienen depositados en el exterior. Pero esto requiere una confianza que hoy no existe y que es impensable que pueda ganarse a corto plazo ninguno de los candidatos.
La coincidencia de promesas tiene que ver tal vez con la casi total identidad que existe entre los dos partidos dominantes, a quienes diferencia ¨²nicamente su estilo y su origen, aparte de que AD est¨¦ af¨ªliada a la Internacional Socialista y COPEI a la Internacional Democristiana.
M¨¢s all¨¢ de las generalizaciones no ha habido nada. Ninguno ha querido entrar en otro de los problemas cr¨ªticos venezolanos: el injusto reparto de la riqueza, que ya era escandaloso en los teletipos de la opulencia nacional y que reviste caracteres peligrosos en esta ¨¦poca de austeridad nacional.
Divisi¨®n en la izquierda
?ste es un tema que ha monopolizado la izquierda, que se presenta dividida a estas elecciones. Frente al comunismo ortodoxo de, Jos¨¦ Vicente Rangel, el ex guerrillero Teodoro Petkoff representa el intento de crear una opci¨®n socialista radical, pero con derecho a la disidencia interna. Su partido, MAS (Movimiento al Socialismo), naci¨® en 1971 de ¨²na escisi¨®n del partido comunista, tras una cr¨ªtica feroz a la invasi¨®n sovi¨¦tica de Checoslovaquia.Las encuestas adjudican a ambos candidatos cerca del 15% de Votos, con una ligera ventaja para Petkoff. La com¨²n aspiraci¨®n de ambos es romper el f¨¦rreo bipartidismo que ha dominado la vida democr¨¢tica venezolana. Las denuncias de corrupci¨®n que se cruzan entre los dos partidos tradicionales, y que han sido una constante en la recta final de la campa?a, alimentar¨¢n sin duda el caudal de votos de la izquierda.
En el Congreso se han ventilado durante las ¨²ltimas semanas varios esc¨¢ndalos econ¨®micos que ensucian por igual a AD y COPEI. Miles de millones de bol¨ªvares han escapado de las arcas p¨²blicas. Cualquier elector con el que uno hable est¨¢ convencido de que los pol¨ªticos tradicionales volver¨¢n a robar al pa¨ªs, pero esto no le hace alterar su voto.
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