M¨¢s periodistas
Otra vez les ha cogido el globo con nosotros, o sea los periodistas, que es que no se acostumbran a que el periodista no sea un propio que masculla su informaci¨®n con el carnet de la Escuela entre los dientes. Hay un anteproyecto, al respecto, que en uno de sus art¨ªculos establece que ser¨¢n periodistas "aquellas personas que tengan como ocupaci¨®n principal, regular y retribuida, el ejercicio de tareas informativas o de redacci¨®n en los medios de comunicaci¨®n social". Quienes vivieron y realizaron el sue?o fara¨®nico/ hortera de la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n, adonde yo he ido muchas veces a discutir con los caballos de los grises (anteayer bofia, ayer pasma, hoy madera), comprobando que, entre las dos cabezas del centauro, se diferenciaba la del animal por su inteligente mirada, quienes realizaron aquel sue?o, digo, adonde los maderos actuales no van para nada, que la democracia siempre es un touch, no se resignan a ese p¨¢rrafo: "Ser¨¢n periodistas aquellas personas que tengan como ocupaci¨®n principal, regular y retribuida, el ejercicio de tareas informativas". Vinader, pongo por caso. O yo mismo, co?a. Se les escapa el esquema del periodista troquelado por el Gobierno (por el Gobiemo que ellos esperan ser), y se cabrean un ojo de la cara y la yema del otro. Y la Escuela qu¨¦, y la Facultad qu¨¦, y las Ciencias qu¨¦, y la Informaci¨®n qu¨¦. "Lo dem¨¢s era muerte y s¨®lo muerte, n¨²entras las hojas huyen en bandada". Federico, como Zorrilla es que ten¨ªa frases para todo. Dej¨® conversacionalmente resuelta la vida espa?ola. Yo, un suponer, y perdonen que me cite por una vez (por una vez m¨¢s, quiero decir), tengo como "ocupaci¨®n principal, regular y retribuida el periodismo". Creo que la columna de Prensa quedar¨¢ como la columna d¨®rica (macho) o la columna j¨®nica (hembra). Mi ocupaci¨®n principal, despu¨¦s de compartir con los gatos la carne cruda y fresqu¨ªsima, es el periodismo. Tambi¨¦n es mi preocupaci¨®n regular, porque lo hago regularmente, o sea todos los d¨ªas, para entendemos. En cuanto a lo de ocupaci¨®n retribuida, aqu¨ª no quiero poner en verg¨¹enza a nadie, pero la verdad es que a m¨ª me da para chaquetas Cardin, lavado de cabeza femeninos (varios por semana), wodkas ex¨®ticas y libros raros y curiosos, que no son precisamente los que mandan las editoriales, y que en Correos no le entregan a nii Casa Civil, porque en Correos quieren que vaya yo para que les firme aut¨®grafos. Ya lo dijo Neruda. "Mirando fijamente en el aire, puede verse un cartero". Maravillosos carteros,libres de ejercer su profesi¨®n, tan parecida a la nuestra, la period¨ªstica, que vuelve, dicen, a dejar de ser Ebre. La derecha/derecha opone a esta gozada "la pericia acreditada por un t¨ªtulo". Como no hay manera de acreditar esa pericia sin el t¨ªtulo previo, el c¨ªrculo se vuelve vicioso y la pescadilla, ya viciosa de por s¨ª, se muerde la cola. Demasi¨¦. Parece que el nuevo anteproyecto valora m¨¢s "la mera permanencia y habitualidad en el ejercicio de la tarea correspondiente". 0 sea, la vida sobre el diploma, la experiencia sobre los t¨ªtulos, el profesional de raza sobre los "n¨²mero-uno-de-su-promoci¨®n". Los psoes, o quien sea, est¨¢n acertando en esto. Tambi¨¦n en esto.Un viejo truco tahur del cuarenta?ismo o sus glosadores consiste en asimilar todo organismo que se va creando a alg¨²n organigrama movimentista, y as¨ª, ahora, se recuerda el Consejo Nacional de Prensa, que era, sencillamente, la Inquisici¨®n, con Calvino, Torquemada y otros se?ores, cada uno en su sitio. Lo ¨²ltimo que se podr¨ªa decir del psocialismo -lo haga bien o mal-, es que se parece al cuarentaftismo. Pues se dice.
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