EL casco viejo de Bilbao celebra, con protestas de comerciantes, la recuperacion tras las inundaciones
Cien d¨ªas despu¨¦s de las inundaciones que arratraron Euskadi, el casco viejo de Bilbao, cuyas calles son las venas del coraz¨®n mismo de la villa, se apresta a celebrar a partir de hoy dos jornadas de fiesta, s¨ªmbolo de la recuperaci¨®n del pulso vital de la ciudad. Los latidos acompasados del martillo pil¨®n y de toda suerte de herramientas, acompasando el traj¨ªn de las gentes, constituyen el tel¨®n de fondo de un paisaje urbano en el que se combinan todav¨ªa, junto a los colorines de las tiendas restauradas, los restos del todo y escombros y un persistente olor a tierra h¨²meda proveniente de las entra?as del estuario del Nervi¨®n.
Raimon, el cantautor catal¨¢n, que no pudo actuar los ¨²ltimos d¨ªas de agosto en las fiestas bilba¨ªnas, desde el escenario levantado sobre un, aparcamiento, que tras d¨ªas de incertidumbre se supo que, felizmente, albergaba tan solo un cementerio de coches, ocupar¨¢ el espacio recuperado para la fiesta junto a bandas musicales y grupos rockeros, "aunque mantendremos una postura cr¨ªtica ante los obst¨¢culos que encontramos en este Bilbao para expresar nuestra m¨²sica", precisan estos ¨²ltimos.No son s¨®lo los rockeros quienes manifiestan sus cr¨ªticas ante las jornadas de animaci¨®n organizadas por los comerciantes del casco viejo con el apoyo del ayuntamiento. Algunos sectores del comercio y la asociaci¨®n de vecinos de la zona, que no oponen ninguna objeci¨®n a la iniciativa festiva, censuran, sin embargo, la presencia oficial de la corporaci¨®n "ante la falta de soluci¨®n para las familias desalojadas y otros problemas que afectan a una parte importante de la poblaci¨®n del barrio, que agrupa a unos 5.000 vecinos, la mayor¨ªa pensionistas, con una media de edad superior a los 60 a?os, cuyos recursos econ¨®micos les impiden acceder a las condiciones establecidas para enfrentar la cat¨¢strofe".
Acto de justicia
Sin entrar en valoraciones acerca de la oportunidad de las fechas festivas, Alfredo Guijarro, presidente de la asociaci¨®n "Bilbo-Zarra", que agrupa a casi un millar de comerciantes de la zona, la cuarta parte de los cuales han podido abrir la puerta de sus establecimientos, responde que "nuestra iniciativa tiene el prop¨®sito de llevar a cabo un acto de justicia y reconocimento con todas aquellas personas y voluntarios que, contribuyeron a las tareas de ayuda y reconstrucci¨®n de la zona, motor de la recuperaci¨®n de la ciudad y lugar de encuentro para todos los bilba¨ªnos".El capit¨¢n general de la VI Regi¨®n Militar con sede en Burgos, en representaci¨®n de las fuerzas del Ej¨¦rcito, que prestaron su ayuda a Bilbao junto a los equipos de Catalu?a y otras zonas de Espa?a, participantes en las tareas solidarias, han sido invitados a sumarse al s¨ªmbolo de la reconstrucci¨®n que pretende significar la fiesta.
"Salimos de la emergencia y ahora estamos en el principio de la recuperaci¨®n hacia la normalizaci¨®n de la ciudad. El impulso que est¨¢ viviendo el casco antiguo, tiene un especial significado en cuanto a la imagen viva de la reconstrucci¨®n de una zona y todo el pueblo de Bilbao. Por todo ello, el ayuntamiento participar¨¢ en la fiesta simb¨®lica, pero sin olvidar, en ning¨²n instante, que todav¨ªa quedan muchos problemas por solucionar", afirma el alcalde de Bilbao, Jos¨¦ Luis Robles.
La reconstrucci¨®n de los inmuebles afectados, la remodelaci¨®n arquitect¨®nica y urban¨ªstica del enclave -declarado conjunto hist¨®rico-art¨ªstico-, la modernizaci¨®n de las redes de alumbrado y la conducci¨®n de aguas dentro de la estructura general de los servicios, son las tareas prioritarias "en las que se trabaja sin prisas pero sin pausas", afirma el alcalde, para quien la plena recuperaci¨®n de la ciudad podr¨ªa contemplarse en un plazo menor de tiempo, "si no estuvi¨¦ramos incursos en la actual crisis, econ¨®mica".
Inundaci¨®n o lluvias
No obstante el reflotamiento observado en el sector del comercio, a trav¨¦s de las medidas derivadas del decreto del Gobierno central, encaminado a paliar la cat¨¢strofe y el plan de ayuda emprendido desde el Gobierno e instituciones vascas, la citada agrupaci¨®n de comerciantes anuncia su intenci¨®n de recurrir la calificaci¨®n de inundaciones que el Consorcio de Seguridad dependiente del Ministerio de Hacienda ha acordado respecto a los agentes causantes de la emergencia, abogando porque sea sustituida por la de lluvias torrenciales, que restituir¨ªa a los afectados en un cien por cien el valor total de sus p¨¦rdidas.Algunos de los establecimientos a los que arras¨® la riada, sin un contrato de seguro fuerte, contin¨²an eninarcados en el vac¨ªo de sus pilares y paredes "y continuar¨¢n as¨ª mucho tiempo si no se agilizan y materializan las ayudas", comenta Jos¨¦ Antonio Ochoa, animador de la vida nocturna del barrio e indiscutible canzonetista desde la barra de su establecimiento.
Convertido en un improvisado taller arqueol¨®gico, el restaurante que ha acogido a generaciones de la intelectualidad y progres¨ªa bilba¨ªnay otras gentes que recalaban en el bocho, Andone Gaztelu, trata de imaginar con impaciencia el d¨ªa que llegar¨¢ la normalidad para el local que, en el saqueo de las aguas, perdi¨® para siempre las obras pl¨¢sticas de,entre otros artistas, Pepe Caballero, Enzo Cini, Steplian Max Smith, Mendiburu, Eguillor, Astrid Walinska y Mari Puri Herrero. Las paredes desnudas que las acogieron, aguardan el momento de exponer nuevamente el arte ahogado por las aguas como el piano en el que Joaqu¨ªn Ach¨²carro, Alicia de la Rocha y otros concertistas ejecutaban los bis tras sus actuaciones en La Filarm¨®nica.
Los problemas m¨¢s agudos, entre los afectados por la cat¨¢strofe, contin¨²an para una parte de las familias que perdieron sus hogares. Mientras que en el antiguo cuartel del Campo de Garellano permanecen instaladas en tiendas de campa?a 18 de las 47 familias gitanas que lo ocupaban, otras ocho familias se hallan habitando las casas que ocuparon en el casco viejo donde han tenido su domicilio durante toda su vida. Amalur, de dos meses, es la inquilina m¨¢s joven del grupo de familias que ocuparon un inmueble de viviendas y en las residencias p¨²blicas destinadas a las personas que perdieron sus hogares. "No pod¨ªamos resistir m¨¢s aquella situaci¨®n hasta que ocupamos esta casa. Aunque los problemas contin¨²an, porque a falta de luz y otros servicios, no pude ba?ar a la ni?a durante 15 d¨ªas ni atender debidamente a mis otros tres hijos", afirma Mari Carmen Blanco, de 29 a?os. Su esposo, Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, de 38, parado, desde hace tres a?os dedicado a la recogida y venta de papel usado, opina que "lo peor es esta incertidumbre, que nos est¨¢ matando, porque no sabemos lo que va a pasar con nosotros".
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