CEE: otros cuatro meses

La vig¨¦simo s¨¦ptima reuni¨®n del Consejo Europeo, celebrada en Atenas, concluy¨® ayer con un rotundo fracaso. Aparte del desacuerdo generalizado sobre muchos puntos, no ha existido acuerdo alguno sobre los dos temas fundamentales que figuraban sobre la mesa de negociaciones: la financiaci¨®n y la pol¨ªtica agraria comunitaria.El problema interno inmediato que se plantea en la CEE es el de la financiaci¨®n de los gastos agr¨ªcolas durante los pr¨®ximos meses, al haberse agotado los recursos correspondientes al actual ejercicio y no contarse con nuevas asignaciones presupuestarias para el pr¨®ximo. Los problemas de fondo son, como suele ocurrir en lo referente a las Comunidades, mucho m¨¢s complejos, y se resumen en la frase seg¨²n la cual Europa s¨®lo ha conseguido hasta el momento crear una pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n en el marco de una uni¨®n aduanera. Hay apartados, como el de la pol¨ªtica industrial, en los que reinan el desacuerdo y el desorden, a pesar de la urgente necesidad europea, de reconvertir una industria vieja y claramente superada en tecnolog¨ªa por Estados Unidos y Jap¨®n.

Las soluciones comunitarias suelen producirse cuando las cosas han llegado a t¨¦rminos casi insalvables y quiz¨¢ el fracaso de Atenas sea expresi¨®n de que las circunstancias actuales no se consideraban de extrema gravedad. Al mismo tiempo, en el comentario de algunos asistentes va impl¨ªcito el juicio de que el consejo se ha preparado con cierta precipitaci¨®n y de que en su desenlace negativo ha influido el hecho de que su organizaci¨®n fue encomendada a un pa¨ªs que no es de los que cuentan con mayor peso y mayor solera en la CEE.

Se abre, por tanto, un per¨ªodo de cuatro meses en el que habr¨¢ que trabajar a fondo para que el descalabro no se repita en la convocatoria fijada para el pr¨®ximo 19 de marzo en Bruselas. La fase intermedia es comprometida, pero la experiencia hace prever que una rigurosa preparaci¨®n evitar¨¢ un nuevo fallo.

Las repercusiones de la cumbre de Atenas sobre la integraci¨®n de Espa?a y Portugal en la CEE no se han definido hasta ahora con suficiente claridad. Las respuestas de los jefes de Estado y de Gobierno de los 10 pa¨ªses comunitarios a la carta enviada d¨ªas atr¨¢s por Felipe Gonz¨¢lez abr¨ªan paso a un cierto optimismo, si bien su contenido estaba inspirado por el lenguaje diplom¨¢tico habitual en estos casos. Las manifestaciones de Helmut Kohl subrayando la un¨¢nime postura favorable de los diez acentuaban esa impresi¨®n, pero todo parece haber quedado en una afirmaci¨®n individual del canciller alem¨¢n, sin respaldo efectivo por parte de sus colegas. La actitud vigente, mientras no haya pruebas en contrario, es la del presidente Papandreu, mostr¨¢ndose desolado por los amigos de Espa?a y Portugal, que deben esperar".

Comienza, en efecto, un nuevo comp¨¢s de espera, que cabe suponer que pueda tener su desenlace el 19 de marzo en Bruselas al hilo de una mejor situaci¨®n general de los asuntos comunitarios. (...)

En este sentido, las primeras reacciones oficiales en nuestro pa¨ªs, mostrando en cierto modo m¨¢s l¨¢stima por el fracaso comunitario que por el nuevo retraso espa?ol, parecen un tanto apresuradas. No se nos aleja el recuerdo de gruesos titulares de un peri¨®dico de 1967, en los que se atribu¨ªa al entonces ministro Jos¨¦ Sol¨ªs la frase "entraremos en el Mercado Com¨²n hasta donde convenga".

, 7 de diciembre