Pol/83
Esto de las banderas est¨¢ muy bien, porque es una manera de resumir la Patria en un retal, y nadie cree, m¨¢s que yo en la Patria, el pa¨ªs, el sitio, la cosa. Se lo pregunt¨¦ al gran Eusebio Garc¨ªa Luengo en unas jornadas literarias, cuando el autocar de escritores llevaba diez minutos rodando por Francia:-?Qu¨¦ se siente, Eusebio?
-Una infinita nostalgia de Espa?a.
El s¨¢bado, la Asociaci¨®n pro Derechos Humanos, convoca en no s¨¦ qu¨¦ Palacio de no s¨¦ qu¨¦ vagos deportes, a los de siempre: de Miguel R¨ªos a Rosa Mateo, pasando por Ana Bel¨¦n. Quiero decir que Espa?a se siente o no se siente. Yo la siento. Hay espa?oles ac¨¦rrimos que son, sin saberlo, enemigos mortales de Espa?a. Le pasaba a Bergam¨ªn. Los animales convocan m¨¢s correspondencia que los pol¨ªticos. Me ha bastado con sacar por la tele a Ada o el ardor (que en estos momentos del. alba se est¨¢ comiendo dulcemente su carne cruda), para descubrir una veta o galer¨ªa nueva de lectores / lectoras que est¨¢n dispuestos a compartir conmigo el sentimentalismo de los gatos. No estoy dispuesto / predispuesto a ese sentimentalismo, claro, de modo que no contesto. El escritor debe salvarse de los ¨¦xitos demasiado f¨¢ciles. Mejor la guerra de las banderas. Parece que se ha rendido honor a la bandera espa?ola en Ajuria Enea. No s¨¦ d¨®nde est¨¢ Ajuria Enea, ni por qu¨¦ parte cae. Pol / 83, cuya obra gr¨¢fica he presentado ayer en Madrid, est¨¢ entre Topor y Ops, con escapadas al comic. El adolescente se me confiesa: "Yo ya soy un alcoh¨®lico, pues que mi nivel de bebida supera el ¨ªndice de normalidad, pero no empiezo a beber hasta las doce de la noche, y esto me equilibra". C¨®mo hablarles a estos chicos de banderas. Pol Borr¨¢s pinta infinitas variantes de Aranguren, y el propio Aranguren est¨¢ en la sala, y nos damos un abrazo. "Est¨¢s m¨¢s delgado, Paco". "Yo lo que quiero es estar como t¨², Jos¨¦ Luis". Y su se?ora Pol Borr¨¢s va del drag¨®n chino a la mujer at¨®mica (nueva expresi¨®n del eterno pavor macho ante la mujer), pasando por el inevitable David Bowie. "Cremalleras en los ojos y en la lengua. Nos ven con cremalleras". Algo as¨ª dije en la presentaci¨®n. Mart¨ªn Vigil entre el p¨²blico. Y un nieto de Gim¨¦nez-Caballero. Nunca se sabe. Uno no escribir¨¢ jam¨¢s sino unas memorias / cr¨®nicas vagamente aproximadas. Me dan a elegir un cuadro y elijo una maciza que estalla por la cintura. Bueno. Todas estallan por la cintura, si el rollo va bien. Hasta ?gata Lys me dice que ella es ¨¢crata total y que empez¨® queriendo llamarse ?crata Lys. Jorge Cela me lleva en Metro, para que le haga una cr¨®nica en vivo del tema, y Caso me invita al c¨®ctel Su¨¢rez. La t¨®nica Scheppes quiere darme un homenaje, porque han confundido mis alusiones a Schwartz con alusiones a ellos. Todo vale. La nueva revista La Luna saca un primer n¨²mero dedicado casi ¨ªntegramente a Madrid. Lo curioso y como barroco es que este culto de los j¨®venes de Madrid viene mimetizado del culto de los j¨®venes catalanes a Barcelona. Esto de las loapas y loapillas est¨¢ haciendo mucho da?o.
La juventud, en fin, se mueve hoy entre un localismo de Casa Regional con guitarra electr¨®nica y un planetarismo de Tron. Sacando la media de todo esto, que es lo que yo he hecho, lo que viene a salirnos es la vieja frase de Eusebio:
-Una infinita nostalgia de Espa?a.
Woody Allen es fan¨¢tico de Manhattan y los bilbainicos son fan¨¢ticos de las Siete Calles. ?Por qu¨¦ Madrid no puede ser fan¨¢tico de Madrid? Porque eso es centralismo. Cierto. Pero Madrid, afortundamente (y ah¨ª est¨¢ su nueva revista La Luna) no es fan¨¢tico de nada y se ignora a s¨ª mismo. Con un par.
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