La presencia de Gorbachov en Oporto realza el Congreso del Partido Comunista portugu¨¦s

El d¨¦cimo congreso de los comunistas portugueses empez¨® sus trabajos ayer en Oporto con la participaci¨®n de 2.000 delegados y de repre sentantes de 65 partidos extranjeros. La presencia, a la cabeza de la delegaci¨®n sovi¨¦tica, de Mijail Gorbachov, miembro del Pohtbur¨® d el Comit¨¦ Central del Partido Comunista de la URSS y uno de las can didatos a la sucesi¨®n de Yuri Andropov, bastar¨ªa para dar a este con greso una importancia internacional. El pasado reciente justifica el espaldarazo de Mosc¨² a Alvaro Cunhal y a la direcci¨®n del Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP).

Mario Soares declaraba en noviembre a The New York Times que es un error "pensar que Portugal dej¨® atr¨¢s las amenazas de golpe y dictaduras" y denunciaba la existencia de planes subversivos del Partido Comunista Portugu¨¦s con infiltraciones dentro del Ej¨¦rcito. Cuando el primer ministro socialista procura,la protecci¨®n de Washington es sintom¨¢tico que los dirigentes de Mosc¨² env¨ªen uno de sus m¨¢s altos representantes para expresar su solidaridad con los comunistas portugueses.Severamente criticado por los eurocomunistas, que condenan su sectarismo, estalinismo y fidelidad incondicional al partido coinu¨¢ista sovi¨¦tico, el comunismo portugu¨¦s parece soportar mucho mejor que el espa?ol, el franc¨¦s o el italiano los cambios de la situaci¨®n internacional con el fin de la pol¨ªtica de coexistericia pac¨ªfica y el regreso a la guerra fr¨ªa. Las elecciones en serie que se verificaron en Portugal en los ocho ¨²ltimos a?os prueban la firmeza de la base electoral del comunismo portugu¨¦s, que se mantiene alrededor del 20%, registrando incluso peque?os progresos cuando todos los dem¨¢s partidos comunistas europeos registran graves reveses electorales.

La hegemon¨ªa comunista sobre el movimiento sindical luso, resiste tambi¨¦n al desencanto de una revoluci¨®n frustrada y a la crisis econ¨®mica, que liquidaron las conquistas de abril y el sue?o de la revoluci¨®n agraria, crearon un clima de inseguridad laboral e hicieron regresar el poder adquisitivo de los salarios a niveles infer¨ªores a los de 1973.

La presencia de Gorbachov tiene otro significado que un simple homenaje a los resultados positivos del Partido Comunista Portugu¨¦s bajo la direcci¨®n de Cunhal. El d¨¦cimo congreso debe preparar la sucesi¨®n -a la que Cunhal se refiri¨® abiertamente en su discurso inaugural de ayer- y convencer a los militantes, que muestran un cierto cansancio, de que la lucha no es puramente defensiva y que el partido se prepara para nuevas batallas.

El viejo l¨ªder comunista portugu¨¦s, que cumpli¨® 70 a?os, goza a¨²n de notable agilidad mental, y sus adversarios le reconocen una extraordinaria lucidez pol¨ªtica; pero no es inmortal, y Curihal desempe?¨® en los ¨²ltimos 40 a?os un papel demasiado importante como para que su desaparici¨®n no provoque una crisis profunda y de dif¨ªcil soluci¨®n en el comunismo portuiti¨¦s. Muchos militantes se interrogan ya acerca del poscunhalismo, y, a pesar del hermetismo del funcionamiento interno del partido, existen s¨ªntomas'de desasosiego entre los dirigentes. Hasta ahora los intentos de renovar la imagen del partido tuvieron como consecuencia la desaparici¨®n de la escena de j¨®venes cuadros cuya popularidad pod¨ªa aparecer como un fermento de cambio.