Desconfianza

En 1976, todav¨ªa bajo la memoria del Watergate, la credibilidad del periodismo alcanzaba en Estados Unidos sus m¨¢s altos ¨ªndices en la historia, junto con instituciones tales como la Corte Suprema de Justicia y la Universidad, y muy superiores a la confianza que los ciudadanos del para¨ªso capitalista otorgaban a los bancos, por ejemplo. Todos hemos le¨ªdo estos d¨ªas, con motivo del reciente pase por nuestra televisi¨®n de la pel¨ªcula que contaba la haza?a de los dos periodistas del Washington Post, montones de comentarios gremialistas sonrojantemente hiperb¨®licos, tan orgullosos del protagonismo actual de los medios de comunicaci¨®n en lo p¨²blico y lo privado. Pues todo eso ya es historia. El ¨²ltimo n¨²mero que me llega de la revista Time demuestra con cifras, gr¨¢ficos y detalles que ya no existe tal credibilidad. La confianza que los americanos conceden actualmente al periodismo est¨¢ lo que se dice bajo m¨ªnimos. En estos siete a?os, seg¨²n una muy seria encuesta del muy fiable National Opinion Research Center, la famosa confianza en el llamado cuarto poder anda por los suelos. El ¨ªndice de credibilidad ha descendido del glorioso casi 30% de 1976 a un infamante 13,7% en 1983. Mientras tanto, aumenta aceleradamente el prestigio de la comunidad cient¨ªfica, de los m¨¦dicos y de los educadores. La opini¨®n p¨²blica empieza a formarse a trav¨¦s de nuevos cauces.Acaso haya razones espec¨ªficas de Estados Unidos para que se haya producido esta desconfianza hacia la Prensa, pero basta analizar distanciadamente las causas aducidas y los datos del Time de la investigaci¨®n sociol¨®gica, para verificar que el fen¨®meno resulta mucho m¨¢s amplio y afecta, nada metaf¨®ricamente, a nuestras propias costumbres informativas. El sensacionalismo que no cesa, el desmesurado af¨¢n protagonista de la Prensa, la vedetizaci¨®n creciente del periodista, la constante utilizaci¨®n de los medios como manera de influir en la pol¨ªtica o el propio corporativismo son algunas de las causas nada ex¨®ticas que explican este declive de la confianza. El mito de la todopoderosa influencia de los mass media sobre la formaci¨®n o deformaci¨®n de los ciudadanos ha saltado por los aires. Eso s¨ª que es una noticia sensacional que no veo reflejada en los peri¨®dicos de este pa¨ªs.