Un joven herido de bala en un muslo presenta una querella contra el polic¨ªa que le dispar¨®

Milkel Garicano Vera, el joven herido en un muslo en la madrugada del domingo en San Sebasti¨¢n por disparos de un polic¨ªa nacional, embriagado al parecer, anunci¨® ayer tarde la presentaci¨®n de una denuncia formal contra su agresor, que result¨® igualmente herido en una pierna, v¨ªctima de su propia arma.

En una conferencia de prensa desarrollada en la habitaci¨®n de la residencia sanitaria de San Sebasti¨¢n, donde convalece, Mikel Garicano desminti¨® las versiones que explican el suceso como fruto de una ri?a y dijo que el agente, que vest¨ªa de paisano y se encontraba fuera de servicio, hab¨ªa amenazado previamente a varias personas con su arma. Tras los disparos, el policia nacional fue desarmado y golpeado por un grupo de testigos, antes de ser hospitalizado en la Cruz Roja, donde se recupera de su herida y de sus lesiones en el rostro.La polic¨ªa trata de localizar a la persona que se apropi¨® del arma del agente, de 36 a?os, destinado en San Sebasti¨¢n. Mandos de la Polic¨ªa Nacional visitaron el domingo al joven donostiarra herido y le ofrecieron disculpas en nombre del acuartelamiento policial instalado en el hospital militar de esta ciudad.

El testimonio de Mikel Garicano, corroborado por varios testigos, establece que poco antes de las cinco de la madrugada el agente penetr¨®, con evidentes s¨ªntomas de borrachera, en uno de los bares de la calle de San Mart¨ªn, despu¨¦s de haber amenazado con su arma a una mujer, que sin hacer caso de las amenazas se alej¨® de la zona en un veh¨ªculo.

Una vez en el interior del bar, el polic¨ªa, que llevaba la pistola al cinto, molest¨® a varias personas, entre ellas a una amiga del joven donostiarra.

El polic¨ªa abandon¨® el local

lEn un momento determinado, el polic¨ªa sac¨® su arma y Mikel Garicano le inmoviliz¨® la mu?eca, invit¨¢ndole a abandonar el establecimiento para evitar que se produjera una tragedia en el interior. En un primer momento el agente confundi¨® al joven donostiarra, militante de? partido nacionalista Auzolan, con un compa?ero de las fuerzas de seguridad del Estado, y accedi¨® a abandonar el local, pero sin soltar la pistola.

Ya en la calle, Mikel Garicano condujo al agente durante unos metros, a la espera de que apareciera un coche policial, y en ese momento se produjo un forcejeo y los disparos que alcanzaron a ambos en las piernas.

El joven declar¨® ayer que tras el primero de los tres disparos su reacci¨®n fue la de inmovilizar la mu?eca que portaba la pistola, y que este gesto le salv¨® probablemente la vida.