HB
Hay unas cuantas periodistas -todas amigas, j¨®venes y admirables profesionales, de las que uno aprende mucho- que celebran unas reuniones peri¨®dicas, en un gran hotel madrile?o, con los pol¨ªticos del momento. La ¨²ltima fue con dos dirigentes de Herri Batasuna, o directamente de ETA, no s¨¦, no estoy al loro, pero, trat¨¢ndose de semejantes personajes, queda claro que, sobre el inter¨¦s period¨ªstico hab¨ªa un inter¨¦s a?adido, femenino, por conocer a los machos de la guerrilla machista e inexplicable. La polic¨ªa ha detenido a I?aki Ruiz de Pinedo y a Jon Id¨ªgoras. Parece que ambos han ca¨ªdo en "apolog¨ªa del terrorismo" durante su picnic fino con las chicas de la Prensa madrile?a. Las declaraciones de estos se?ores coinciden en exceso con los objetivos de ETA. Lo que a uno le interesa del caso, naturalmente, es la secreta fascinaci¨®n de las hembras por los machos marginales, por los pol¨ªticos malditos, por los bandidos generosos y por Luis Candelas. S¨¦ que el d¨ªa del desayuno con los dos miembros de Herri Batasuna, en Madrid, un morbo secreto corr¨ªa por las lencer¨ªas de estas inteligentes criaturas femeninas, porque a la mujer le conmueve el hombre marginal como al hombre la mujer fatal. Erotismo/exotismo son palabras muy cercanas, y no s¨®lo fon¨¦ticamente, y cuanto m¨¢s ex¨®tico sea el oponente, m¨¢s y mejor y mayo erotismo tipogr¨¢fico. Pero no voy a la an¨¦cdota de estas singulares periodistas, que lo hacen magistralmente, sino a la categor¨ªa de una guerra interior a s¨ª misma, en la que, efectivamente alguna parte de la gente -la gente es hembra-, y no s¨®lo de la gente vasca, vive la aventura siniestra del terrorismo como la ¨²nica respuesta v¨¢lida y testicular al socialismo atenuado y el capitalismo moderado/inmoderado en que nos movemos. Presidente Gonz¨¢lez lo ha dicho, respecto de la persecuci¨®n o de tenci¨®n de estos h¨¦roes f¨¢ciles:-Esto no es sino la acci¨®n normal de la Justicia, que ha de seguir su curso.
El terrorismo es macho y la sociedad es hembra. De ah¨ª la profunda fascinaci¨®n del terrorismo en todos los pa¨ªses occidentales, y cuya met¨¢fora (que nadie supo leer entonces) es Pa tricia Hearst con su "ej¨¦rcito simbi¨®tico": una manera de penetrar/destrozar el cuerpo grato y blanco de la sociedad hedonis ta. Las se?oritas del Ritz -todas ellas grandes profesionales, y a las que conozco una por una-, han sucumbido, quiz¨¢ sin darse cuenta, por debajo de su fervor profesional, al fervor "pasional", digamos, de conocer en directo a unos revolucionarios te¨®ricos, siquiera sea te¨®ricos. Naturalmente que los miembros de HB tienen derecho a desayunar en el Ritz (derecho que, en su d¨ªa, se le negara, seg¨²n leyenda, a Lawrence Olivier, por c¨®mico, que no pod¨ªa desayunar ni morir en sagrado). Todo esto, siendo correcto, como una novela de Paul Morand, nos sirve para desarrollar un poco la idea de que la agresi¨®n pri¨¢pica del terrorismo siempre ejercer¨¢ sus secretas y quiz¨¢ involuntarias fascinaciones sobre las blanduras constitucionales de lo establecido. Es Lady Chatterley acudiendo a la caba?a del guardabosques. Y esto es lo que deben aprender nuestro. Gobierno y nuestra democracia, por lo que se refiere a las zonas afectadas: que sobre la valoraci¨®n pol¨ªtica est¨¢ la valoraci¨®n casi "er¨®tica" del terrorismo (muchas mujeres, siempre, en las manifestaciones hacheb¨¦ de Bilbao y San Sebasti¨¢n: bastantes mujeres, incluso, entre los terroristas: la mujer necesita emociones fuertes, pues que est¨¢ mejor dotada que el hombre para "percibir la vida con intensidad").
La mujer de izquierdas siempre estar¨¢ con el terrorista, cuando ya se le han agotado sus catecismos, e incluso llegar¨¢ m¨¢s lejos que ¨¦l, como Lady Macbeth, y la mujer de derechas siempre estar¨¢ con Al¨ª Agca, que quiso asesinar a Juan Pablo II y ahora ha sido visitado por ¨¦ste en su prisi¨®n. El irracionalismo macho fascinar¨¢ de por siempre a las se?oritas del Ritz.
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