Maciej Szczepanski
El ex director de la televisi¨®n polaca, encarcelado por corrupto
Algunos lo recuerdan con una cierta nostalgia. "Era un sinverg¨¹enza, pero pod¨ªamos ver alguna que otra serie interesante en la televisi¨®n, Colombo y esas cosas, que ya casi han desaparecido por la falta de divisas". Entre los que trabajan en televisi¨®n, alguno echa de menos "las t¨ªas estupendas que trabajaban de azafatas, contratadas por Szczepanski. Ahora s¨®lo quedan conserjes viejos".Informes difundidos en el momento de su ca¨ªda hablaban de Maciej el Sanguinario, por el trato desp¨®tico que daba a sus subordinados. Tambi¨¦n se le contabilizan dos palacios, cuatro mansiones y varios apartamentos en Varsovia, un hotel en la costa del B¨¢ltico y una pensi¨®n en las monta?as de Zacopane, un sal¨®n de masaje para caballeros, una caba?a de caza en Kenia... Por la capital polaca todos hablaban a finales de los ochenta de "las negras de Szczepanski", que se hab¨ªa tra¨ªdo de Kenia. En la costa b¨¢ltica estaba amarrado el yate Pogoria con sus tres m¨¢stiles y un establo para el caballo favorito del director de la televisi¨®n.
El yate pas¨® a poder del Estado, y en la televisi¨®n reina el orden y el aburrimiento. El proceso contra Szczepanski ha dejado de interesar pero sigue a ritmo lento. El fiscal acusa a Szczepanski de haber malversado en su gesti¨®n 192 millones de zlotys (m¨¢s de 300 millones de pesetas), cantidad fabulosa en Polonia, pero todo resulta mucho m¨¢s prosaico y, aburrido que las historias de las negras de Kenia, o cuando se contaba que el director de la televisi¨®n, en estado de embriaguez, vomitaba sobre la cubierta del Pogoria.
La aparici¨®n de Gierek como testigo fue uno de los momentos culminantes del proceso. A la pregunta del juez sobre su profesi¨®n, Gierek respondi¨®: "Minero, con 18 a?os de trabajo all¨¢ abajo". Luego, Gierek se confundi¨® al declarar que fue primer secretario del POUP desde diciembre de 1970 hasta agosto de 1980. El inconsciente le jug¨® quiz¨¢ una mala pasada -las huelgas de agosto-, porque Gierek fue cesado en diciembre de aquel a?o.
Gierek no quiso sentarse, y declar¨® de pie, record¨® c¨®mo conoci¨® a Szczepariski, en Katowice, el feudo de la llamada mafia silesiana. El equipo gobern¨® y arruin¨® a Polonia en la d¨¦cada de los setenta con la pol¨ªtica megal¨®mana, de la que el hoy acusado y el testigo son claros exponentes.
El ex dirigente dice que trataba de camarada al acusado, yquiz¨¢ a veces de t¨², pero "quiero afirmar, una vez m¨¢s, que no he recibido regalo alguno de Maciej Szczepanski o de la televisi¨®n". Una cr¨®nica del proceso, publicada en Polonia, cuenta que en la pausa Gierek se paseaba por los pasillos, acompa?ado de su hijo y de los gorilas. Gierek niega haber recibido de Szczepanski un florero del siglo XVIII, una c¨¢mara Polaroid y un minitelevisor. Luego, el fiscal saca a relucir una "medalla plateada con una placa de oro", y Szczepanski protesta, indignado, porque "el cumplea?os de Gierek era la fiesta de un estadista". Despu¨¦s comparece como testigo el hijo de Gierek, que reconoce haber recibido, "para probarlo", un televisor en color, que luego devolvi¨®. El proceso contin¨²a, y entre el p¨²blico alguien comenta que la t¨¢ctica escogida por Szczepanski es fatal y enfadar¨¢ a los jueces; "lleva tanto tiempo en la c¨¢rcel, que est¨¢ nervioso". Los tiempos de las negras y los viajes al extranjero se acabaron para ¨¦l.
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